La psicopedagoga Susana Artaza respondió algunos interrogantes muy frecuentes a la hora de pensar en las actividades extraescolares que realizarán los niños.
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La psicopedagoga Susana Artaza respondió algunos interrogantes muy frecuentes a la hora de pensar en las actividades extraescolares que realizarán los niños.
¿Es importante que los niños realicen actividades extraescolares?
Sí, considero que realizarlas apunta a lograr una educación integral. Uno de los grandes problemas que presenta nuestra sociedad es el sedentarismo y la falta de actividad física que tienen nuestros niños, adolescentes y jóvenes y las consecuencias sobre la salud. Por eso es importante instaurar medidas de promoción de estilos de vida más activas y saludables.
¿A partir de qué edades es recomendable que los chicos hagan esas actividades?
Debemos partir desde el semillero. Las actividades extraescolares, que deben tener un carácter lúdico, recreativo y no tan formal como el colegio, son recomendables desde el inicio de la escuela. Para elegir qué hacer en contraturno del colegio se debe tener en cuenta la cantidad de horas escolares, de deportes, de actividades técnicas (idiomas o computación), el tiempo de ocio que les quedará y que es necesario para que aprendan también a disfrutar y planificar. Sobre esas premisas se debería organizar.
Las actividades se han convertido en un complemento formativo de la jornada escolar. Debe ser motivador, para que el niño no sienta que es una obligación. Este espacio debe ser el del desarrollo personal, allí mejorarán las capacidades personales de autoestima.
¿Es posible identificar las actividades adecuadas para cada edad?
Para los niños de 3 a 6 años las actividades sugeridas deben ser simples porque están ingresando al mundo del lenguaje social y aprendiendo a interactuar con el otro. Eso beneficiará a un pensamiento cada vez más consciente de su cuerpo y un mejor proceso socializador.
Los niños de 6 a 8 años están comenzando a entender lo que es compartir. Lo sugerible es iniciarlos en pre-deporte, donde la competencia no prevalece. Además a esta edad el niño necesita correr, salir, jugar. Esto es lo que se denomina socialización.
A partir de los 9 años los chicos comienzan a proponer qué quieren hacer. Se deben tener en cuenta actividades que desarrollen su confianza, favorezcan el autoestima y la seguridad. En este período comienza a recibir presiones ya que el tiempo de trabajo y estudio demandarán más horas de tareas escolares. Ya entrando a la adolescencia necesitan liberar energía realizando actividad física además de participar en actividades sociales. Lo que no se debe descuidar es el tiempo de estar con la familia.
¿Qué pasa con los chicos que sólo van a la escuela?
El exceso de mirar televisión, jugar con la computadora o la Play o dormir demasiadas horas nos dará como resultado una personalidad solitaria. En contrapartida, el exceso de actividades los puede llevar a niveles de estrés y cansancio que los acompañarán durante la rutina escolar. De las actividades que cada niño escoja dependerá, en parte, su personalidad. Por eso el rol de los padres será como el de “guía responsable”.