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La suba de precios fomenta una alimentación pobre e impide llenar el changuito

Sabado, 23 de junio de 2012 23:55

La mayoría de los consumidores que pasa por los supermercados de Salta no carga ni la mitad del changuito. Está por llegar la mitad del año y la vertiginosa inflación no se detiene. Tampoco hay esperanzas de que se desahogue el bolsillo. Así, la principal preocupación económica de los argentinos en vistas al resto del 2012 es la suba de los alimentos. Así lo determinó un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA).

En varios hogares la ola de precios ya modificó la alimentación diaria. Menos carne, mate, leche y pan, indicaron los salteños que dialogaron con El Tribuno. Los nutricionistas salteños están preocupados por el bajo nivel de calcio que consume la población e hicieron una fuerte crítica a la monótona canasta básica de alimentos del Indec por su escasez de nutrientes.

El “cuento” del organismo estadístico no solo dibuja los precios, sino que se aleja de una dieta saludable.
Esta semana, el secretario de Comercio Guillermo Moreno autorizó a algunas empresas de lácteos y de alimentos a actualizar los precios hasta un 9%. El freno no está en los planes.

El documento que emitió la UCA sostiene que al 39% de los argentinos le causa malestar que los productos de la canasta alimentaria sean cada vez más caros. Esa intranquilidad se mantiene como predominante desde 2010. “Para llenar un carrito tenés que recurrir a la tarjeta de crédito y a las cuotas. Es casi imposible pagar con efectivo. Como siempre el plato roto siempre lo pagan los pobres y los jubilados”, protestó Lidia Soraire, presidenta de la Liga de Amas de Casa.

“En todos los segmentos sociodemográficos, el precio de los alimentos es la primera preocupación, creciendo aún más entre los mayores de 65 años”, remarca la UCA.
A diario, las políticas oficiales siguen tirando la cuerda de los precios. En el estudio que realizó esta semana la Subsecretaría de Defensa del Consumidor de la Municipalidad capitalina se determinó que una veintena de productos de fruterías y verdulerías cuesta $90,50. Siete días atrás, el monto era $83,50. Se trata de los valores más económicos en la ciudad.

El cálculo asusta por el abultado incremento. El zapallito verde escaló un 200%, pasó de costar $2 a $6 el kilo; el precio del coreanito subió un 33,33%; y la lechuga un 25%.
El kilo promedio de carne se ofrece a $40. En algunos barrios se encuentran cortes populares a $30. En el otro extremo: el lomo puede llegar a $60.

“Abril y mayo fueron durísimos. Vendimos muy poco. En junio repuntamos por el asado Día del Padre. Después veremos como sigue todo”, comentó Marcelo Racedo, un carnicero del mercado San Miguel.

“Hace tres años que cada vez se consume menos carne. Subieron mucho los precios”, agregó.
Lidia Soraire lamentó que en los supermercados vendan un aceite por persona o dos paquetes de azúcar. “Cada vez que quieren aumentar los precios ponen límites o esconden la mercadería”, denunció. Además recomendó a las amas de casas estar atentas a las ofertas para ir de compras.
 

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La mayoría de los consumidores que pasa por los supermercados de Salta no carga ni la mitad del changuito. Está por llegar la mitad del año y la vertiginosa inflación no se detiene. Tampoco hay esperanzas de que se desahogue el bolsillo. Así, la principal preocupación económica de los argentinos en vistas al resto del 2012 es la suba de los alimentos. Así lo determinó un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA).

En varios hogares la ola de precios ya modificó la alimentación diaria. Menos carne, mate, leche y pan, indicaron los salteños que dialogaron con El Tribuno. Los nutricionistas salteños están preocupados por el bajo nivel de calcio que consume la población e hicieron una fuerte crítica a la monótona canasta básica de alimentos del Indec por su escasez de nutrientes.

El “cuento” del organismo estadístico no solo dibuja los precios, sino que se aleja de una dieta saludable.
Esta semana, el secretario de Comercio Guillermo Moreno autorizó a algunas empresas de lácteos y de alimentos a actualizar los precios hasta un 9%. El freno no está en los planes.

El documento que emitió la UCA sostiene que al 39% de los argentinos le causa malestar que los productos de la canasta alimentaria sean cada vez más caros. Esa intranquilidad se mantiene como predominante desde 2010. “Para llenar un carrito tenés que recurrir a la tarjeta de crédito y a las cuotas. Es casi imposible pagar con efectivo. Como siempre el plato roto siempre lo pagan los pobres y los jubilados”, protestó Lidia Soraire, presidenta de la Liga de Amas de Casa.

“En todos los segmentos sociodemográficos, el precio de los alimentos es la primera preocupación, creciendo aún más entre los mayores de 65 años”, remarca la UCA.
A diario, las políticas oficiales siguen tirando la cuerda de los precios. En el estudio que realizó esta semana la Subsecretaría de Defensa del Consumidor de la Municipalidad capitalina se determinó que una veintena de productos de fruterías y verdulerías cuesta $90,50. Siete días atrás, el monto era $83,50. Se trata de los valores más económicos en la ciudad.

El cálculo asusta por el abultado incremento. El zapallito verde escaló un 200%, pasó de costar $2 a $6 el kilo; el precio del coreanito subió un 33,33%; y la lechuga un 25%.
El kilo promedio de carne se ofrece a $40. En algunos barrios se encuentran cortes populares a $30. En el otro extremo: el lomo puede llegar a $60.

“Abril y mayo fueron durísimos. Vendimos muy poco. En junio repuntamos por el asado Día del Padre. Después veremos como sigue todo”, comentó Marcelo Racedo, un carnicero del mercado San Miguel.

“Hace tres años que cada vez se consume menos carne. Subieron mucho los precios”, agregó.
Lidia Soraire lamentó que en los supermercados vendan un aceite por persona o dos paquetes de azúcar. “Cada vez que quieren aumentar los precios ponen límites o esconden la mercadería”, denunció. Además recomendó a las amas de casas estar atentas a las ofertas para ir de compras.
 

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