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No había pólvora en su mano

Sabado, 09 de junio de 2012 20:51

Reeves, era un hombre muy responsable y se había tomado el papel tan en serio que solía salir a las calles con su vestimenta de Superman
(malla azul y calzoncillos y capa rojas) y saludaba a los más chicos, firmaba autógrafos y daba clases de urbanidad.
En su afán de mostrarse como un hombre sin defectos, dejó de fumar y nunca se lo vio en una situación pública que pudiera comprometer su imagen de superhéroe, pero eso era de las puertas hacia afuera.
En la intimidad había entablado una relación furtiva con Toni Mannix, una mujer ocho años mayor que él, pero el problema no era ese, sino que estaba casada con Eddie Mannix, gerente general de la Metro-Goldwyn-Mayer. Reeves estaba divorciado de Ellanora Needles.
Se había metido con la esposa de un pez gordo y esto no pasaría desapercibido.

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Reeves, era un hombre muy responsable y se había tomado el papel tan en serio que solía salir a las calles con su vestimenta de Superman
(malla azul y calzoncillos y capa rojas) y saludaba a los más chicos, firmaba autógrafos y daba clases de urbanidad.
En su afán de mostrarse como un hombre sin defectos, dejó de fumar y nunca se lo vio en una situación pública que pudiera comprometer su imagen de superhéroe, pero eso era de las puertas hacia afuera.
En la intimidad había entablado una relación furtiva con Toni Mannix, una mujer ocho años mayor que él, pero el problema no era ese, sino que estaba casada con Eddie Mannix, gerente general de la Metro-Goldwyn-Mayer. Reeves estaba divorciado de Ellanora Needles.
Se había metido con la esposa de un pez gordo y esto no pasaría desapercibido.

El mito de Superman

La leyenda comenzó a crecer como una forma de justificar y entender lo que le había ocurrido al máximo héroe. En ese marco, se llegó a señalar que Reeves había enloquecido y, creyéndose Superman, había saltado de un edificio tratando de volar.
Sin embargo la realidad era más simple: había muerto de un tiro en la sien. No se sabe a ciencia cierta qué sucedió. Los testigos de aquella noche, que llamaron a la Policía un par de horas después, dijeron no entender demasiado lo ocurrido, debido a la borrachera que tenían. Pero, recordaron que George estaba durmiendo en su dormitorio cuando ingresaron al departamento y que luego, bajó molesto por el ruido, pero hizo unos brindis y volvió a subir. La pregunta es ¿quién subió con él? Lo concreto es que en su mano no había rastros de pólvora, pero la investigación se cerró rápidamente.

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