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En Argentina, el 53,4% de la población padece de sobrepeso

Viernes, 13 de julio de 2012 22:38
La obesidad ya es considerada una epidemia y, por eso, se sugiere al Estado adoptar políticas adecuadas para combatirla.
Beber agua antes de las comidas genera una sensación de saciedad que puede ser aprovechada por quienes quieren bajar de peso.

En la Argentina, el 53,4% de la población padece de sobrepeso u obesidad, según cifras oficiales. Para disminuir esa situación, los especialistas recomiendan tomar agua potable en lugar de bebidas e infusiones azucaradas para prevenir el aumento de peso y la obesidad, porque de esa manera se evita la ingesta de calorías sin valor nutricional. Esta y otras conclusiones acaban de ser publicadas en un documento de la Sociedad Argentina de Nutrición, elaborado por un panel de expertos en hidratación, nutrición, obesidad y deporte, que se reunió para trabajar mancomunadamente en el abordaje integral de la problemática y desarrollar estrategias para mejorar la calidad de la ingesta de líquidos en nuestro país.

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La obesidad ya es considerada una epidemia y, por eso, se sugiere al Estado adoptar políticas adecuadas para combatirla.
Beber agua antes de las comidas genera una sensación de saciedad que puede ser aprovechada por quienes quieren bajar de peso.

En la Argentina, el 53,4% de la población padece de sobrepeso u obesidad, según cifras oficiales. Para disminuir esa situación, los especialistas recomiendan tomar agua potable en lugar de bebidas e infusiones azucaradas para prevenir el aumento de peso y la obesidad, porque de esa manera se evita la ingesta de calorías sin valor nutricional. Esta y otras conclusiones acaban de ser publicadas en un documento de la Sociedad Argentina de Nutrición, elaborado por un panel de expertos en hidratación, nutrición, obesidad y deporte, que se reunió para trabajar mancomunadamente en el abordaje integral de la problemática y desarrollar estrategias para mejorar la calidad de la ingesta de líquidos en nuestro país.

“Los argentinos toman una cantidad adecuada de líquido por día; el problema es que, según reveló el estudio HidratAR, apenas el 21 por ciento del líquido diario proviene de agua pura, que es lo mejor para el organismo, pero más de la mitad del líquido ingerido proviene de bebidas e infusiones con azúcar”, señala el médico especialista en nutrición Edgardo Ridner, actual presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición.

La ingesta excesiva de calorías innecesarias a través de la hidratación preocupa a los especialistas por el impacto sobre el estado nutricional.

Agua para bajar de peso

El agua no aporta calorías, es la bebida natural. Además, según los nutricionistas, genera una sensación de saciedad que puede ser aprovechada por los que desean bajar de peso. “Tomar agua es perder peso”, revela la médica especialista en nutrición Mónica Katz. De hecho, un estudio realizado en Estados Unidos con 4.755 individuos mostró que los que beben un litro y medio de agua por día y además ingieren una alimentación saludable que contenga frutas, vegetales y lácteos descremados, poseen un gasto energético 9 por ciento mayor (194 kcal/día) que el resto que no bebe ese volumen.

Los resultados de aumentar el consumo de agua pueden ser sorprendentes. “Si una persona tomara 1,5 litro de agua por día, en un año quemaría 17.400 calorías, cifra que causaría una pérdida de 2,5 kg”, afirma Katz, directora de la carrera de Médico Nutricionista de la Universidad Favaloro.

Incluso el agua con gas, sirve

“Dado que aumenta la saciedad, beber agua con gas es inclusive mejor, siempre que una persona no padezca de acidez, úlcera o hernia hiatal”. Varios mecanismos explican por qué el líquido contribuye al descenso de peso: en primer lugar, señala Katz, el agua ocupa un lugar en el estómago, lo cual produce una sensación de saciedad mecánica. Además, el agua diluye la concentración de sales en la sangre (la osmolaridad), estimula el sistema nervioso simpático, lo que dispara la producción de noradrenalina y, con ella, la degradación de lípidos. En tercer lugar, el agua aumenta la liberación de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor ligado a la sensación de recompensa. Por lo tanto, después de beber agua, el organismo siente menos deseo de ingerir alimentos placenteros con exceso de calorías. Por último, beber agua fría obliga al organismo a invertir energía en calentarla hasta los 37 grados del cuerpo, lo que implica un gasto extra de unas 100 calorías.

 

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