El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, acaba de explicar al país lo que el kirchnerismo entiende por democracia, tomando como base la reciente actitud de los alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) y de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini,.
Ambos establecimientos dependen de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y fueron noticia cuando los jóvenes estudiantes los tomaron la dependencia en demanda de bares que sean explotados de forma institucional.
El ministro nacional dio su parecer sobre esos sucesos: “Es un triunfo de la democracia, de la educación. Lo primero que me sale es celebrarlos.”
En el programa radial desde el que lo consultaron sobre las tomas mencionadas, Sileoni aseguró que “la libertad de expresión siempre es bienvenida: es un reaseguro de que no nos vuelva a ocurrir lo que ya nos ocurrió”, dijo, en referencia a los golpes de Estado que sufrió la Argentina.
Se cuidó de mencionar que también puede ser reaseguro para que no se repita lo que nos está sucediendo.
Esta mención laudatoria de la libertad de expresión suena a farsa por provenir de un integrante de un gobierno enemigo feroz de esa libertad.
Que para el ministro Alberto Sileoni la toma del colegio y de la escuela nombrados sea “un triunfo de la democracia”, tiene un contenido altamente demagógico, uno de los principales componentes de la ideología, o lo que fuese, del gobierno al que pertenece.
Ese contenido es profundamente pernicioso para los jóvenes pues, entre otros efectos, los confunde y los lleva al exceso, creándoles una falsa noción de democracia.
Por lo dicho y hecho, al ministro kirchnerista Sileoni le acreditamos este triste gol en contra.
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El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, acaba de explicar al país lo que el kirchnerismo entiende por democracia, tomando como base la reciente actitud de los alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA) y de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini,.
Ambos establecimientos dependen de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y fueron noticia cuando los jóvenes estudiantes los tomaron la dependencia en demanda de bares que sean explotados de forma institucional.
El ministro nacional dio su parecer sobre esos sucesos: “Es un triunfo de la democracia, de la educación. Lo primero que me sale es celebrarlos.”
En el programa radial desde el que lo consultaron sobre las tomas mencionadas, Sileoni aseguró que “la libertad de expresión siempre es bienvenida: es un reaseguro de que no nos vuelva a ocurrir lo que ya nos ocurrió”, dijo, en referencia a los golpes de Estado que sufrió la Argentina.
Se cuidó de mencionar que también puede ser reaseguro para que no se repita lo que nos está sucediendo.
Esta mención laudatoria de la libertad de expresión suena a farsa por provenir de un integrante de un gobierno enemigo feroz de esa libertad.
Que para el ministro Alberto Sileoni la toma del colegio y de la escuela nombrados sea “un triunfo de la democracia”, tiene un contenido altamente demagógico, uno de los principales componentes de la ideología, o lo que fuese, del gobierno al que pertenece.
Ese contenido es profundamente pernicioso para los jóvenes pues, entre otros efectos, los confunde y los lleva al exceso, creándoles una falsa noción de democracia.
Por lo dicho y hecho, al ministro kirchnerista Sileoni le acreditamos este triste gol en contra.