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La muerte de Evita conmovió al país

Sabado, 28 de julio de 2012 22:24

El pasado jueves 26 de julio se cumplieron 60 años del fallecimiento de Eva Perón, en la vieja residencia presidencial, conocida como el Palacio Unzué. Ese día, El Tribuno publicó en tapa el último parte médico. Decía: “Los médicos que asisten a la Sra. Eva Perón, informaron esta noche que, en las últimas 24 horas, no se han registrado novedades apreciables en el estado de salud de la ilustre enferma”.

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El pasado jueves 26 de julio se cumplieron 60 años del fallecimiento de Eva Perón, en la vieja residencia presidencial, conocida como el Palacio Unzué. Ese día, El Tribuno publicó en tapa el último parte médico. Decía: “Los médicos que asisten a la Sra. Eva Perón, informaron esta noche que, en las últimas 24 horas, no se han registrado novedades apreciables en el estado de salud de la ilustre enferma”.

En aquella edición, el diario anunciaba entre otras cosas el traspaso a la Provincia del inmueble del Club 20 de Febrero (Mitre 23); la inauguración en La Merced del nuevo edificio de la escuela Mariano Boedo; y sobre una misa que “el Ejército Argentino haría oficiar por la salud de Evita”.

En el ámbito internacional la noticia destacada provenía de EEUU. La convención demócrata había elegido al gobernador de Ilinois, Adlai Stevenson, para que enfrentara al presidente Dwight Einsehower.

La inmensa mayoría quería saber cómo seguía Evita. Tanto sus seguidores, como quienes la aborrecían, pasaron el día pegados a la radio. Todos sabían que agonizaba y, por ello, se multiplicaban las rogativas.

Finalmente, cuando la noche había caído en la Argentina y todos estaban convencidos de que le había ganado un día más de vida al cáncer, las emisoras entraron repentinamente en cadena nacional. Eran las 9.30 de la noche cuando un locutor, por la Red Argentina de Radiodifusión, leyó con tono pausado el comunicado que estremeció al país: “Cumple la Subsecretaría de la Presidencia de la Nación con el penosísimo deber de informar a la República que esta noche, a las 20.25, ha fallecido la señora Eva Perón, jefa espiritual de la Nación”. Concluida la lectura, las radios comenzaron a pasar música sacra.

En Salta

Aquí, “frente a las pizarras de El Tribuno, un continuo desfile de personas, con lágrimas en los ojos, daba la pauta del pesar colectivo. Poco después de conocerse la infausta nueva, la sirena del diario, las campanas de los templos y los pitos de las locomotoras, llenaron el espacio con sus tristes lamentos, desgarrando el aire de la ciudad y embargando en un pesar colectivo a la población”, contó nuestro diario en su edición del 27 de julio. “Mientras tanto -agregó-, en la campaña las campanas doblaron a duelo en una noche que fue más triste y fría que nunca”.

Al momento de su muerte, a Evita la acompañaban Juan Perón, su madre Juana Ibarguren de Duarte, sus hermanos Elisa, Blanca, Helmira y Juan, su hermano político Oscar Bertolini y el padre Hernán Benítez.

Su cuerpo estuvo en su lecho hasta la mañana siguiente. A las 9.30, fue colocado en un ataúd, que una ambulancia de la Fundación Eva Perón trasladó hasta el Ministerio de Trabajo y Previsión, donde permanecieron hasta el 9 de agosto. Ese día fueron trasladados al Congreso y luego a la CGT, donde permanecieron hasta setiembre de 1955, cuando fueron robados y trasladados clandestinamente a Italia.

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