Existen artistas con la innegable capacidad de conectar con el público de una manera casi inexplicable. El multiintrumentista y compositor Pedro Aznar es, sin dudas, uno de ellos. Con la serenidad y seguridad de un artista que lleva una vida entera transitando el camino de la música, y la profundidad de un hombre que escribe y canta su sentir, el exbajista de Serú Girán volvió a emocionar al público salteño. El encuentro, que fue la oportunidad perfecta para presentar su disco “Ahora”, tuvo lugar el viernes en el Teatro Provincial.
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Existen artistas con la innegable capacidad de conectar con el público de una manera casi inexplicable. El multiintrumentista y compositor Pedro Aznar es, sin dudas, uno de ellos. Con la serenidad y seguridad de un artista que lleva una vida entera transitando el camino de la música, y la profundidad de un hombre que escribe y canta su sentir, el exbajista de Serú Girán volvió a emocionar al público salteño. El encuentro, que fue la oportunidad perfecta para presentar su disco “Ahora”, tuvo lugar el viernes en el Teatro Provincial.
Todavía no se había abierto el telón cuando comenzaron a sonar los primeros acordes de “Panteras de polvo”, una pieza de su último álbum que Aznar eligió para abrir el show. Le siguieron “Par” y “Los días más cortos del año”, también de “Ahora”. El mensaje de este último trabajo discográfico está explícito en su nombre, “Ahora”. Vivir el presente como la única realidad concreta del ser humano y entender que el pasado se escapa de las manos y el futuro es un misterio, es el modo de vida del gran compositor, que en este álbum se volcó hacia el pop y eligió contar una historia (de amor) a lo largo de las 12 canciones que lo integran.
Tras unas palabras de bienvenida, el músico se dio el gusto de retroceder en el tiempo y recordar a grandes artistas que acompañaron su carrera como Charly García y el actor Jorge Luz con “Cucamonga dance”, del disco “Tango 4” (1991), seguido de “Mientes” y “Ella se perdió”. Luego, en un formato acústico, tocó “Rencor” y “Quiero decirte que sí”.
El momento más profundo de la noche llegó con los homenajes a Gustavo Cerati, a través de “Lisa”; a Luis Alberto Spinetta, con “Credulidad” y a John Lennon, con el inolvidable “Jealous guy”. El público acompañó cada interpretación con un silencio casi devocional que se sostuvo hasta el último acorde y, entonces sí, el teatro demostró su admiración con aplausos. También recordó a la mujer que cambió su modo de ver la música y le mostró el inagotable “manantial” del canto con caja, Leda Valladares. Tras mencionar al “Cuchi” Leguizamón y a Tomás “Bagualero” Vázquez ejecutó una selección de coplas norteñas con la complicidad del público. Para el final interpretó “Cuando el amor”, que condensó la dulzura y equilibrio de su voz, su poesía y sus acordes.