“Hoy (por ayer) durante el recreo pasó una situación muy desagradable con alumnos de cuarto grado contra su sobrino. Si usted desea mayor información pase por el establecimiento”, decía la nota enviada a los tutores del pequeño de 10 años, luego de ser agredido y abusado por cuatro menores de 11 en los baños de la escuela Mitre de Campo Quijano.
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“Hoy (por ayer) durante el recreo pasó una situación muy desagradable con alumnos de cuarto grado contra su sobrino. Si usted desea mayor información pase por el establecimiento”, decía la nota enviada a los tutores del pequeño de 10 años, luego de ser agredido y abusado por cuatro menores de 11 en los baños de la escuela Mitre de Campo Quijano.
La víctima fue despachada a su domicilio. Juancito (nombre con el que identificaremos a la víctima para preservarla) salió corriendo espantado a su domicilio, mirando a cada rato si era seguido por los otros menores que lo agredieron.
Recién en la noche su abuela, al volver del trabajo, se dio con que el chico estaba encerrado con llave en su cuarto, llorando y sin querer dialogar con nadie.
Finamente el pequeño contó todo lo sucedido. Horrorizadas, la abuela y la madre se dirigieron a la policía a radicar la denuncia y de ahí al hospital a examinar a la criatura. No se detectaron lesiones que presumieran una violación. Sin embargo, Juancito reafirmó lo dicho a su abuela: “Me bajaron los pantalones y el calzoncillo tres veces, me pegaron y me dijeron que me iban a matar si contaba todo”.
La madre se comunicó, ya entrada la noche, con la maestra buscando una explicación. “La maestra me dijo que estaban preocupadas y que las autoridades de la escuela lo iban a resolver. Que concurra este viernes (por ayer) para ver qué hacía la escuela con este hecho, pero me doy con que los chicos (los agresores) fueron a la escuela como si nada hubiera ocurrido, y solo tres de los cuatro padres se acercaron a saber qué pasaba con sus hijos”, aseguró la abuela del menor a El Tribuno.
Ante semejante cuadro de inseguridad para su nieto la mujer retiró a Juancito. En ese momento en las puertas del establecimiento escuchó a Nora Lilia Rioja, la supervisora de núcleo de la Supervisión General del Ministerio de Educación de la Provincia: “Estamos analizando lo sucedido, en los próximos días la vamos a convocar (a la abuela) para que usted sepa qué decidiremos”, atinó a expresar la funcionaria.
Una burla que terminó en ataque
Según el relato pormenorizado del menor de 10 años, los incidentes comenzaron tras la hora de educación física, a eso de las 17.10 del jueves. El pequeño estaba a punto de compartir el segundo recreo de la tarde cuando fue interceptado en el baño por cuatro chicos de entre 11 y 12 años.
Comenzaron a burlarse porque a su mamá le dicen “mona”. Luego vinieron los golpes en el rostro y en otras partes del cuerpo. Hasta que uno de ellos le bajó los pantalones y el calzoncillo. Acto que se repitió en dos ocasiones más. Entre el forcejeo, el pequeño salió corriendo y se dirigió a la dirección donde la vicedirectora, Lidia Tolaba, tomó intervención en el tema. Identificó a los causantes y mediante nota enviada en sus cuadernos, convocó a los padres para informarles de lo ocurrido. Ayer solo se presentaron tres de los cuatro padres de los chicos involucrados en el ataque. Al final de la jornada no se pudo saber qué determinación tomaron las autoridades de la escuela Mitre.