Susana Enriquez, de 36 años, golpeó furiosa a Eduardo Fusco, el director de la escuela secundaria de Pergamino (Buenos Aires) donde concurría su hijo. Ella considera que la condena es desmedida: “Está mal. En realidad, la víctima es mi hijo. Está en un colegio de rehabilitación porque fue a robar para drogarse cuando mi hijo nunca se drogó. Se corta todo. Sigue sosteniendo que fue manoseado, no fue un invento” y luego agregó: “Creo que está mal lo que hice, pero ya pagué. Hace un año que estoy detenida. Sigo presa porque soy pobre”.
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Susana Enriquez, de 36 años, golpeó furiosa a Eduardo Fusco, el director de la escuela secundaria de Pergamino (Buenos Aires) donde concurría su hijo. Ella considera que la condena es desmedida: “Está mal. En realidad, la víctima es mi hijo. Está en un colegio de rehabilitación porque fue a robar para drogarse cuando mi hijo nunca se drogó. Se corta todo. Sigue sosteniendo que fue manoseado, no fue un invento” y luego agregó: “Creo que está mal lo que hice, pero ya pagué. Hace un año que estoy detenida. Sigo presa porque soy pobre”.
La madre agresora relató su versión de los hechos: “Esto no surgió de la noche a la mañana. Esto empezó cuando el director lo llevó a mi hijo al patio. Lo denuncié en el Consejo Escolar, en los Derechos del Niño y en la comisaría. Las agresiones contra mi hijo siguieron y yo no entendía por qué hasta que ese día volvió de la escuela llorando y me dijo que lo manoseaba”.
Fue entonces cuando enojada ante la situación de su hijo, Enriquez fue a buscar al director del colegio para amedrentarlo y así defender a su hijo: “Fui a la escuela y había una regla o un palo. Lo agarré y le pegué una sola vez. No era para que (Fusco) hiciera tanto lío, que moviera tanto la Argentina como la movió”.