¿La educación sexual puede ser la respuesta frente a los embarazos adolescentes?
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¿La educación sexual puede ser la respuesta frente a los embarazos adolescentes?
La educación sexual es la base para que se minimice esta situación, y tiene que comenzar en la familia.
Si no tenemos hoy una educación sexual satisfactoria es porque los padres tampoco tienen buena información sobre el tema. Entonces, es una cadena. Una sucesión de generaciones con déficit de conocimientos.
Debemos empezar a desmitificar todo lo que uno tiene como idea de educación sexual y hablar claramente del tema. Tenemos que decir que, si no existiera la sexualidad, nosotros no existiríamos. Hay que ubicarse en ese plano. Con respecto a la educación sexual en la escuela, los docentes tienen temor de informar a los chicos sobre cuestiones de las que tampoco están lo suficientemente formados. No saben cómo enfrentar los temas y, entonces, los obvian.
¿Que debe hacer el Estado?
El Estado está empezando a hacer ahora. Ha comenzado capacitando a nivel general a supervisores y directores. La ley (que establece la obligación de dar educación sexual en el país) es de 2006. Hay material sobre el tema del Ministerio de Educación de la Nación pero creo que, muchas veces, los docentes que están a cargo de un aula no tienen acceso.
Este es un tema que es responsabilidad de todos. Si queremos bajar el índice de maternidad adolescente, tenemos que trabajar todos desde nuestro lugar. Debemos reestructurar una serie de ideas con las que fuimos concebidos y educados.
¿Qué ideas por ejemplo?
Hay muchas ideas con respecto a que la educación sexual te enseña a tener relaciones sexuales y no se trata de eso. Sería una mala interpretación.
La sexualidad es inherente al ser humano y la educación sexual es un bastión esencial para la formación de todos. También es importante decir que, muchas veces, los embarazos adolescentes se producen por una falta de contención, no solamente social sino afectiva y familiar.
La falta de contención se origina en una falta de comunicación entre padres e hijos o profesores y alumnos.
Se pueden reducir los niveles de deserción escolar, embarazos adolescentes y adicciones. Pero tiene que haber un compromiso de toda la sociedad.
Si los chicos tienen problemas que no saben cómo resolver, son susceptibles de exponerse a situaciones como estas.
Existe la concepción equivocada de que los varones tienen que saber todo y no es así. Llegan a los 15 años sin saber qué hacer y no pueden preguntar. Empiezan a buscar respuestas entre sus compañeros, que están igual que ellos. Así empieza un círculo de mala información.
*Presidenta de la Fundación Educare.