La sensación de indefensión y de impotencia ante los hechos de inseguridad se acrecienta y el caso de Mauro Luna es, en ese sentido, paradigmático. El comerciante, que había colgado el primero de agosto en su zapatería del barrio porteño de Recoleta el cartel de “liquidación por robo” luego de que saquearan su negocio, volvió a sufrir otro atraco, esta vez en el taller donde confecciona la mercadería, situado en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador.
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La sensación de indefensión y de impotencia ante los hechos de inseguridad se acrecienta y el caso de Mauro Luna es, en ese sentido, paradigmático. El comerciante, que había colgado el primero de agosto en su zapatería del barrio porteño de Recoleta el cartel de “liquidación por robo” luego de que saquearan su negocio, volvió a sufrir otro atraco, esta vez en el taller donde confecciona la mercadería, situado en la localidad bonaerense de Lomas del Mirador.
El último hecho se produjo el lunes pasado en horas de la madrugada, en las instalaciones que posee la familia Luna en el partido de La Matanza.
Los delincuentes se apropiaron de cinco mil pesos en efectivo, computadoras, un televisor LCD, además de un equipo de audio y una impresora, entre otros elementos de valor.
Los asaltantes no se llevaron zapatos, como habían hecho a mediados del mes pasado en el local de Recoleta, aunque en ambos casos lograron ingresar a las propiedades al violentar las puertas con una barreta.
“Tengo dos millones de sensaciones. Ya no sabés qué hacer ni qué poner para evitar los robos. Estas cosas te vuelven loco. Pero vamos a seguir trabajando”, dijo Claudio Luna, uno de los hijos del propietario de la fábrica y la zapatería.
Luna dijo que se dieron cuenta del robo el martes a las 7.30 de la mañana, cuando notaron que las luces del taller estaban prendidas y la puerta había sido forzada.
Las reacciones
El dueño de la empresa, Mauro Luna, de 76 años, aseguró que se sobresalta por las noches, pensando en la inseguridad, a partir del robo que sufrió en el comercio de la calle Juan Manuel Gutiérrez al 2200, de Recoleta, el 16 de julio pasado.
“Siento mucha bronca. A la noche me sobresalto. Me despierto a las 2 o 3 de la madrugada y estoy pensando en los robos”, dijo el hombre, quien, sin embargo, confió en que su familia va a lograr salir del mal trance por el que están pasando.
“Esto nos cambia los planes totalmente. Somos laburadores, vamos a salir”, sostuvo.
El caso de los Luna cobró notoriedad a partir del cartel de “liquidación por robo” que colgaron en la zapatería, de la que se habían llevado los 300 pares que tenían, para dejar solo las cajas vacías.
No obstante, la decisión de la familia fue, posteriormente, persistir en el negocio.