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?El NOA y su música están muy presentes en mí?

Jueves, 09 de agosto de 2012 22:21

¿Compusiste las canciones de “Ahora” con el mar como música de fondo ¿cómo fue el proceso de este trabajo?

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¿Compusiste las canciones de “Ahora” con el mar como música de fondo ¿cómo fue el proceso de este trabajo?

“Ahora” nació de un retiro compositivo que me tomé en junio/julio de 2011, en el que me propuse componer una canción por día, de una manera espontánea, sin pulir demasiado lo que surgiera para no interferir con el proceso creativo. Para lograr el clima propicio me instalé en Mar de las Pampas, antiguamente un desolado arenal y hoy un frondoso bosque. Llevé un pequeño estudio móvil, un par de guitarras, un bajo y un piano eléctrico, y me dediqué por completo a escuchar lo que quisiera expresarse. Fue un mes muy productivo, muy feliz, lleno de entusiasmo y conexión. La casa donde me hospedé está a pocos metros del mar (a la noche me dormía escuchando el sonido de las olas) y tiene ventanales que incorporan la arboleda que la circunda. En ese entorno compuse y grabé mis partes vocales e instrumentales casi en su totalidad para las 12 canciones que conforman el disco.

Completamos la grabación en 5 sesiones en Circo Beat, en diciembre de ese mismo año, y en mi estudio, Marina Sound, en febrero de 2012, donde hicieron su aporte los músicos de mi banda: Julián Semprini (batería y guitarra), Alejandro Oliva (percusión y guitarra barítono), Hernán Jacinto (teclados, bajo y cuatro) y Coqui Rodríguez (guitarra eléctrica y dobro).

A fines de febrero partimos con el ingeniero Ariel Lavigna a Londres, donde grabamos una orquesta de cuerdas de 22 músicos en los legendarios estudios Abbey Road. El arte estuvo a cargo de Alejandro Ros, quien decidió utilizar para el libro que contiene las letras varias fotos que yo había tomado durante el mes de composición en Mar de las Pampas, para conservar la atmósfera que envolvió a este trabajo desde el principio.

¿En qué se diferencia “Ahora” de tus trabajos anteriores?

Todos tienen que ver con estados emocionales y espirituales. “Ahora” es, tal vez, la apuesta más fuerte en cuanto a algo conceptual, que atraviesa cada canción del disco. Tiene mucha relación con el Zen. Se refiere a que el presente es lo único que tenemos y podemos modificar. Vivir regurgitando el pasado o pendientes del futuro (que es pura especulación) no lleva a otra cosa que a la inquietud y la angustia constantes. El ahora es el centro de la experiencia de vivir, y si estamos en completa presencia en él, todo cobra otro sentido, otra posibilidad.

¿Tenés un vínculo de mucha intimidad con el NOA y su música, has grabado “La pomeña”, “Si llega a ser tucumana” y la “Zamba del carnaval”, entre otras ¿tenés pensado incluirlas en el show del viernes? ¿Cómo influyeron en vos el Cuchi Leguizamón, Leda Valladares o Atahualpa Yupanqui, norteño por adopción?

El NOA y su música están muy presentes en mí y en lo que hago. Leda ha sido uno de mis grandes maestros, a quien nunca voy a terminar de agradecer el haberme alentado a sumergirme en el manantial del canto andino, que me cambió no solamente la manera de cantar, sino la manera de entender la música. El Cuchi es uno de los más grandes creadores que dio nuestro país, un renovador, un revolucionario. Y Don Ata, a pesar de no haber nacido por estos pagos, fue uno de los que más amó y mejor representó musical y poéticamente estos paisajes, que no son solo cerros, sino presencias ancestrales, no son solo desiertos, sino un recordatorio que le hace la tierra al hombre de la infinitud que lo habita.

Por supuesto, voy a incluir algunas de esas obras en el concierto.

Estamos mezclando y editando el concierto Puentes Amarillos para lanzarlo en CD y DVD en noviembre, y seguramente lo presentaremos en algunas provincias.

En el último concierto en Buenos Aires recordaste, entre otros, a Luis Alberto Spinetta. ¿Qué es lo que más te conmueve de su repertorio?

La música de Luis es un hito en la música argentina, no solo de rock. Spinetta elevó la canción popular al nivel de obra de arte, un estándar de calidad musical y poética a la altura de los mejores autores de tango y folklore (donde se dieron glorias como Manzi, Cadícamo, o los antes mencionados Leguizamón y Yupanqui).

El tema que nombra al disco tiene algunas reminiscencias sonoras de Come Together, de Los Beatles, que en su letra remite al ahora ¿fue algo casual o pensado?

No lo había notado... Fue absolutamente casual. Ambas canciones tienen una fuerte presencia del bajo y la batería, es verdad.

Hablaste de la importancia de vivir el momento presente como motor del disco y de la vida en general ¿en qué momento arribaste a esa conclusión?

Medito desde los 26 años, soy budista y un frecuente lector de filosofía y religión. Entre mis lecturas de los últimos tiempos estuvieron “Una nueva tierra”, de Eckhart Tolle, y “Be Love Now”, de Ram Dass, dos libros profundamente inspiradores que se centran, desde distintos ángulos, en ese mismo concepto. Durante la composición del disco medité muchas veces en un hermoso Zen-Do (templo) en Mar de las Pampas. Creo que todas esas líneas apuntan y convergen en la reflexión que hace “Ahora”.

En Quebrado, le dedicaste “Violinista” a tu padre; en Ahora, “Un solo jazmín”, a tu madre ¿qué te motivó a hacerlo?, ¿tus afectos más cercanos suelen ser motor de tu inspiración?

Ambas canciones son despedidas. Mi padre era violinista, de ahí el título de la canción, y que el instrumento principal sea ese. Mi madre amaba su jardín (en los últimos años yo le ayudaba a cuidarlo) y, especialmente, una planta de jazmín, que dio una sola flor, fuera de temporada, a las pocas semanas de su fallecimiento, en aparente respuesta al ruego de mi hermana de que su alma estuviera en un lugar de paz. Cuando mi hermana me contó la historia, nació la canción.

¿Qué importancia tiene el amor en tu obra?

Tiene una importancia fundamental, claro. “Si no oigo a mi corazón” es una reflexión sobre la necesidad de vivir en sintonía con los sentimientos; “Amar y dejar partir” habla de la finitud, y del desafío de amar profundamente a pesar de que todo sea pasajero, y “Cuando el amor” celebra la alquimia transformadora que hace el amor cuando le abrimos sin reparos la puerta de nuestro corazón.

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