La presidente Cristina Fernández de Kirchner llegó ayer a Estados Unidos para realizar una visita de cinco días que incluirá el martes su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York donde se esperan nuevas negociaciones por YPF.
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La presidente Cristina Fernández de Kirchner llegó ayer a Estados Unidos para realizar una visita de cinco días que incluirá el martes su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York donde se esperan nuevas negociaciones por YPF.
Como en viajes anteriores, la expectativa radica en si la Presidenta mantendrá un encuentro bilateral con su par norteamericano Barack Obama, quien debe afrontar elecciones a fin de año. También se indicó que Cristina se encontraría mañana con el CEO de la petrolera Exxon, Rex Tillerson, para abordar un eventual acuerdo con YPF.
En la agenda, figura también una visita de la mandataria al consulado argentino en Nueva York para recorrer mañana la muestra Evita, Pasión y Acción, que se exhibe allí, aunque se advirtió que la actividad presidencial se confirmará recién a la llegada de la comitiva.
En cuanto a la actividad académica, está previsto que la Presidenta se traslade el miércoles a Washington para dar una charla en la Universidad de Georgetown. El jueves hará lo propio en la de Harvard, en Cambridge.
Ese mismo día, está previsto el regreso de la comitiva oficial desde Boston a la Argentina.
Dudas ante el contacto con Irán
Cristina llegó ayer a Nueva York, y aún no dio la orden a su canciller, Héctor Timerman de aceptar o no la invitación de su par del gabiente iraní a reunirse en el marco de la 67 Asamblea General de las ONU, en la que la Presidenta hablará mañana.
La mandataria permanecía ayer recluida en las habitaciones del majestuoso hotel Mandarín, cerca del Central Park, aunque ante el mal ánimo argentino decidió ella misma que este año la acompañaba una mínima comitiva.
Están aquí además de Timerman, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini, y María Cristina Perceval, que a quien esta semana se le ofreció ser la embajadora ante la ONU, y aceptó, por lo que llegó en carácter de designada.
Hasta ayer, Timerman que ya estaba en Manhattan trabajando su otra agenda , no había contestado a la invitación que le había hecho Alí Akbar Salehi. El canciller de Mahmud Ahmadinejad, invitó a reunirse a su colega argentino, según informó esta semana un comunicado de la Cancillería en Buenos Aires, una forma de comunicar en la que evidentemente la reunión ya era un hecho.
Pero varios factores habrían puesto a Cristina a cocinar la decisión que tomará ella misma por el delicado equilibrio que debe hacer entre el diálogo para resolver un conflicto cuando un Estado así se lo ofrece (Irán), y la presión y sensibilidad de la colectividad judía -argentina y estadounidense- que da crédito a la acusación de la justicia contra un grupo de actuales y ex funcionarios iraníes de ser los autores intelectuales del atentado a la AMIA de 1994.
El año pasado, Irán envió una carta a la Argentina invitando a un diálogo superador del conflicto.