En vez de argumentar a favor de Maximiliano Troyano, su candidato, Urtubey eligió atacar a El Tribuno.
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En vez de argumentar a favor de Maximiliano Troyano, su candidato, Urtubey eligió atacar a El Tribuno.
Seguramente los principales funcionarios de Juan Manuel Urtubey aprovecharán este fin de semana para descansar. Es que, a pesar de que fue corta por el feriado del lunes, la semana que termina estuvo cargada de nervios en el Grand Bourg.
El martes, primer día hábil de la semana, el gobernador sacudió la modorra que buena parte de su gabinete arrastraba desde el Milagro y puso a todos en alerta: “El Tribuno miente” fue la frase que lanzó a la prensa.
Fiel a su estilo, el mandatario reaccionó con agravios y descalificaciones a este medio por la publicación de información que no fue presentada como él hubiera querido.
El Tribuno informó que Urtubey propuso al Senado que se designe como fiscal al exministro de Seguridad Maximiliano Troyano, pese a que era el candidato con menor puntaje entre 12 postulantes. Esa información es tan cierta y legítima como el derecho que tiene el gobernador de nominar a Troyano o a cualquiera de los otros dos integrantes de la terna que seleccionó el Consejo de la Magistratura. Pero en vez de argumentar a favor de su candidato, Urtubey eligió atacar a El Tribuno.
Varios personajes menores de la política local se encolumnaron con el gobernador en su ataque. Pero tampoco ellos hablaron de las pocas habilidades mostradas por Troyano en el concurso para fiscal, y su elección a pesar de que había otros dos candidatos mejor valorados. El ambiente se llenó así de nervios y tensión.
Sin descanso
El miércoles, cuando todos esperaban que vuelva la calma, una solicitada de fuerzas opositoras cuestionando el manejo del Fondo de Reparación Histórica del Norte volvió a poner los pelos de punta a los popes del Grand Bourg. El escrito objetaba la conversión de los dólares recibidos en pesos, la tasa de interés que se cobra por los fondos depositados en el Banco Macro, la lentitud para contratar y poner en marcha las obras, las sospechas de corrupción en algunas adjudicaciones y hasta el incumplimiento de promesas de campaña.
La respuesta no se hizo esperar. El jueves se publicó una nueva solicitada -esta vez del Gobierno- aclarando algunos cuestionamientos y haciendo la vista gorda sobre otros. No faltaron las explicaciones insólitas. Así, por ejemplo, el administrador del Fondo y hermano del mandatario, Rodolfo Urtubey, argumentó que el gobernador había cumplido en su primer mandato la promesa de no designar familiares en el Gobierno, aunque esa promesa había “caducado” para el segundo mandato. Olvidó mencionar que Facundo Urtubey, hermano de ambos, actuó como asesor del mandatario desde su primera gestión; y que Ximena Saravia Toledo, su esposa, fue designada durante varios meses interventora del municipio de Payogasta.
Pero volviendo a la polémica por el Fondo, el jueves Rodolfo Urtubey brindó una conferencia de prensa en la que repitió conceptos de la solicitada y apuntó contra el gobierno anterior, que terminó hace ya 5 años.
Tanto afán en responder a las críticas con ataques y agravios contrasta con la pasmosa inacción del gobierno. Excepto la firma de un convenio con el ministro de Educación de la Nación Alberto Sileoni para lograr alcanzar 32 metas educativas antes de 2016, la agenda oficial de la semana pasada no tiene casi ningún hecho destacado. Sin anuncios, sin obras, sin acciones ni nada para mostrar, la nueva meta del Gobierno parece ser acallar a quienes lo ponen en evidencia. Y si se puede echarle la culpa al gobierno anterior, mejor.