Tiene tres años y su asistencia al jardincito es la apertura a un nuevo mundo. Pero el mundo de los adultos puede se muy duro con los niños. Ajeno a lo que realmente ocurría, este pequeño que vive en la localidad santiagueña de La Banda salió ayer del jardín con un cartel colgado en su delantal. La maestra había decidido usar ese medio para cobrarle a los padres una deuda de $45. La escuela a la asiste el pequeño es pública, pero como no se designó profesor de gimnasia lo padres acordaron pagar uno entre todos. La forma de cobranza resultó ser de lo más indigna. Y otra vez fue un chico el que quedó atrapado en medio de un problema que le corresponde solucionar a los mayores: docente y padres, en este caso.
inicia sesión o regístrate.
Tiene tres años y su asistencia al jardincito es la apertura a un nuevo mundo. Pero el mundo de los adultos puede se muy duro con los niños. Ajeno a lo que realmente ocurría, este pequeño que vive en la localidad santiagueña de La Banda salió ayer del jardín con un cartel colgado en su delantal. La maestra había decidido usar ese medio para cobrarle a los padres una deuda de $45. La escuela a la asiste el pequeño es pública, pero como no se designó profesor de gimnasia lo padres acordaron pagar uno entre todos. La forma de cobranza resultó ser de lo más indigna. Y otra vez fue un chico el que quedó atrapado en medio de un problema que le corresponde solucionar a los mayores: docente y padres, en este caso.
Para los salteños, la medida no es novedad. El pasado 5 de diciembre de 2011, El Tribuno publicó una noticia similar. En aquel momento los docentes del jardín de infantes Crear ubicado en barrio Intersindical, de la ciudad de Salta, abrocharon en la solapa del delantal la deuda que los padres del alumno mantenían con la institución. La niña fue retirada del jardín por su hermano mayor y viajó hasta su casa en colectivo exhibiendo la nota. Una mujer le sacó una foto y denunció el caso.
El hecho fue denunciado públicamente por la madre del niño, Celeste Arévalo, quien consideró que su hijo fue sometido de esa forma a un acto de discriminación por lo que se manifestó indignada y afirmó que “no es la forma correcta de comunicarse con los padres”.
El cartel que llegó prendido del guardapolvo del pequeño en Santiago del Estero decía: “Papis: para el lunes 03/09 deben abonar $45 correspondientes a los meses de julio, agosto y septiembre. Gracias, La Seño”.
Arévalo aseguró haberse “sorprendido” cuando a la salida del jardín Carrusel, vio a su hijo con esa nota.
“En el camino (de regreso a su casa) veníamos hablando con algunas madres que me contaban que no era la primera vez, que ya les había pasado a otras madres, una de ellas lo denunció en el Ministerio de Educación y quedó en la nada”, remarcó.
En el caso de Santiago, la mujer aseguró que la deuda “no es un gran dineral y reconoció que ella fue un poquito irresponsable por haberse retrasado en el pago, a pesar de que se trata de una escuela pública y de que el maestro debería haber sido nombrado en el cargo por el Ministerio.
Si bien la nota estaba firmada como “La Seño” por la maestra del niño, estimó que la orden de colgar el cartel al chico habría venido de los directivos del establecimiento.
Arévalo precisó que todavía no había hablado sobre lo ocurrido con las autoridades de la escuela y dijo que asistirá a una reunión de padres.
“Yo sé lo que me espera, pero estoy muy convencida de que no actué mal” al difundir públicamente lo ocurrido con su hijo.
“Ahora tengo miedo por mi bebé”, dijo a lo que agregó que su hijo no fue el único sometido a esa situación, sino que el mismo día dos o tres chiquitos más salieron del jardín llevando el reclamo colgado del guardapolvos. “Me decía: “mami qué dice el cartelito”, contó. “Le dije que la próxima vez que intentaran colocarle una nota tenés que decirle “mi mamá no me deja que me pongan cartelitos”, relató.