Trabajadores del subte, vecinos, representantes de organizaciones sociales, legisladores y artistas fueron los protagonistas, en la estación Primera Junta, del homenaje a los centenarios vagones de la línea A en su último día de servicio, en medio de críticas al Gobierno de la Ciudad por lo que consideraron como “destrucción del patrimonio histórico”.
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Trabajadores del subte, vecinos, representantes de organizaciones sociales, legisladores y artistas fueron los protagonistas, en la estación Primera Junta, del homenaje a los centenarios vagones de la línea A en su último día de servicio, en medio de críticas al Gobierno de la Ciudad por lo que consideraron como “destrucción del patrimonio histórico”.
La estación cabeza de la línea, Plaza de Mayo, fue el punto de encuentro. Desde allí, decenas de personas embarcaron hacia la estación Primera Junta. Durante el recorrido, los pasajeros sacaban fotos, filmaban y aplaudían el paso de las formaciones belgas La Brugeoise, que desde el primero de diciembre de 1913 recorrieron los túneles porteños y que dejaron de circular ayer a las 22.45.
El servicio será suspendido hasta el 8 de marzo para reemplazar las centenarias formaciones por las nuevas unidades adquiridas por el Gobierno nacional a China como parte de las inversiones para renovar y modernizar los servicios de transporte.
La decisión de interrumpir la línea A durante 60 días fue adoptada a principios de 2013 por el gobierno de Mauricio Macri, cuando anunció que se haría cargo de los subterráneos. La medida generó fuertes cuestionamientos a la gestión cultural del gobierno de la Ciudad. “Este jefe de Gobierno ( Macri) destruye todo el patrimonio histórico, por eso estoy acá, para manifestar mi dolor”, agregó un joven.
Los antiguos vagones son de madera, tienen tulipas de iluminación en su interior, amplios espejos, asientos de madera, detalles de estilo y puertas que deben ser abiertas por los pasajeros en cada parada, por lo que las ONG y dirigentes políticos y sociales pidieron que se los preserve como parte de la historia cultural de la ciudad.
Ante las críticas, la administración macrista señaló que los vagones serán usados como bibliotecas en espacios públicos, como parques y plazas.