¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
2 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La generación de los jóvenes ?ni ni?: un alarmante hipoteca social

Sabado, 26 de enero de 2013 02:14

Ellos son los futuros pobres. Están en la flor de la vida pero, paradójicamente, no saben qué hacer con ella. Los “ni” son jóvenes que ni estudian ni trabajan. Desmotivados por un futuro laboral no visible, optan por abandonar sus estudios y así trabajar se vuelve una posibilidad aún más remota. Subsistir va convirtiéndose en el eje de su transitar de cada día.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Ellos son los futuros pobres. Están en la flor de la vida pero, paradójicamente, no saben qué hacer con ella. Los “ni” son jóvenes que ni estudian ni trabajan. Desmotivados por un futuro laboral no visible, optan por abandonar sus estudios y así trabajar se vuelve una posibilidad aún más remota. Subsistir va convirtiéndose en el eje de su transitar de cada día.

La situación se agudiza en las clases sociales más marginales, pero el problema no distingue clases.

De acuerdo a datos del Indec, entre el 2003 y el 2012, el segmento de jóvenes que ni estudia ni trabaja incrementó en un 17% y alcanza a casi un millón de chicos de entre 15 y 24 años.

Para el sociólogo Alberto Noé esto ocurre porque hay una gran incertidumbre el torno al futuro. “Los "ni' no estudian porque no ven allí perspectivas laborales y no trabajan porque no consiguen insertarse rápidamente”, dice el profesional.

El núcleo familiar, el contexto socio-económico, los niveles de educación alcanzados previamente y las nuevas competencias en el mercado laboral, también influyen. El tema es amplísimo y puede abordarse desde distintas perspectivas.

La antropóloga María Cristina Bianchetti habla de la falta de proyectos de los jóvenes como el resultado de núcleos familiares disfuncionales. Esto, dice Bianchetti, confluye en la pérdida de metas y motivaciones de cara al futuro. La tendencia, así, es la de satisfacer las necesidades más básicas, resignando, inconcientemente, sus ambiciones.

Educación pública

Argentina corre con una suerte que no se tiene en muchos lugares: en nuestro país hay acceso gratuito a la educación, en todos sus niveles.

La realidad de los “ni” de otros países del mundo, entonces, es bien distinta. Para ellos, en muchos casos, estudiar no es una posibilidad a nivel económico.

Acá, pese a la gratuidad para acceder a una formación académica, el escenario de juego no plantea tanta igualdad de condiciones. Los sectores más marginales quedan excluidos de todas formas.

En ese sentido, Noé dice que la educación tiene que estar en consonancia con las nuevas competencias que exige el mundo del trabajo. “Educación y trabajo deben ir de la mano”, resume.

El trabajo de la generación “ni”

Patricio Galindo, gerente zonal del NOA de la agencia laboral Manpower, señala un cambio de paradigma de los jóvenes en relación al trabajo: “Estos jóvenes buscan la satisfacción a corto plazo, no temen a renunciar a grandes compañías, en las que muchos harían lo que fuera por pertenecer, para irse de viaje, por ejemplo. En las generaciones anteriores, uno hacia una carrera en una empresa, trabajaba toda la vida, ahora no”, sostiene.

Otro de los cambios que se pueden observar en la generación “ni”, dice Galindo, es que son ellos los que ponen las condiciones laborales, antes de que las compañía lo contraten.

Las empresas tienen que cambiar el sistema de incentivos, ahora el dinero no es el incentivo primordial para un joven. “Lo primero que te preguntan en una entrevista de trabajo es qué tareas de responsabilidad social realiza la empresa, si contamina o no el medio ambiente, nadie quiere trabajar es este tipo de empresas. Es muy difícil conseguir personal para las tabacaleras, por ejemplo. Buscan sentirse a gusto, que dentro de la empresa puedan capacitarse, aprender más. Y si bien en un principio cuesta que los jóvenes se comprometan, cuando lo hacen, lo hacen con todo. Está en las empresas incentivar a los jóvenes y poder encontrar los talentos”, explica.

Hoy, también hay una tendencia al trabajo por cuenta propia, estos jóvenes son más emprendedores y les cuesta trabajar en relación de dependencia.

La escolarización no influye en la obtención de un trabajo; lo que sí es primordial es la actitud de la persona y, sobre todo, la responsabilidad.

Galindo dice que hay dos realidades en estos jóvenes “ni”: uno es el que tiene que salir a trabajar sí o sí porque no le queda otra, y el otro grupo es el que vive con los padres y el trabajar no representa una necesidad. También manifestó que hay muchos trabajadores temporales y que la segunda mitad del año hay más postulantes para trabajos temporarios porque idean recaudar dinero para salir de vacaciones.

Es hora de volver a los viejos oficios

 Muchos especialistas coinciden en que los oficios son una muy buena salida laboral, que puede insertar a un gran número de personas al mercado y satisfacer las demanda de otro tanto.

En la década del 90 se dejaron de enseñar los oficios y cerraron las escuelas técnicas. Tampoco se transmiten de generación a generación como en otras épocas y muchos ya dejaron de existir.

Paralelamente, la sociedad y la industria necesitan cada vez más esta mano de obra que, actualmente, no se consigue fácilmente y los pocos que hay son caros y están llenos de trabajo. Hace 4 años el municipio puso en marcha la Escuela de Artes y Oficios que tiene como objetivo “enseñarle a la gente que quiera aprender o desarrollar un oficio”, dijo Pablo Copa, director del establecimiento.

“Queremos, también, dignificar el nivel de capacitación. Volver a instalar el aprendizaje de los oficios de una manera más profesionalizada para que se pueda ofrecer un servicio de mayor calidad”, agregó.

Actualmente concurren 400 personas a los 31 talleres que se dictan en las distintas sedes de la ciudad, integradas por los CIC, centros vecinales, salones de usos múltiples y bibliotecas.

“Queremos que la perspectiva de futuro no sea acceder a un plan social, y no todos quieren y pueden acceder a las universidades. Esta, los terciarios y los oficios, garantizan el futuro, pero para eso es necesario una actitud para con el trabajo, la familia y la sociedad. Y la capacitación juega un rol fundamental”, señaló Copa.

Analfabetismo, la otra cara de la exclusión

LUZ ROJA | ESTOS JOVENES SON EL SECTOR MÁS VULNERABLE DE LA SOCIEDAD

En la era del conocimiento y las comunicaciones, la educación formal es fundamental para la inclusión social, pero no todos tienen la posibilidad y el interés de estudiar. Los últimos datos oficiales publicados por la provincia estiman que solo el 2,7% de la población estudiantil obtiene un título universitario y el 15% termina la secundaria, siendo un dato poco alentador.

Por otro lado, un problema de gravedad que afecta a Salta es el índice de analfabetismo que llega al 3,1% en la provincia, sumando unas 37.800 personas que tiene un analfabetismo absoluto o funcional, de las cuales 9.800 pertenecen a la ciudad de Salta. Según Dante Rosas, subsecretario de Servicios a la Comunidad, este número es un poco mentiroso ya que es muy difícil admitir que uno no sabe leer y escribir, siendo la familia quien advierte de este inconveniente. “El analfabetismo es un flagelo social y hay que hacerse cargo”, resaltó Rosas, quien está a cargo de un programa de alfabetización llamado “Yo sí puedo” que tiene 19 centros de alfabetización en toda la ciudad y del que ya han egresado 75 personas de distintos barrios y diferentes edades.

El objetivo de este programa es alcanzar mil personas alfabetizadas en el transcurso de este año.

 Talleres de verano para jóvenes

PROGRAMA DE ALFABETIZACIÓN “YO SI PUEDO”

El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología inició una serie de cursos y talleres de formación profesional que se dictarán en escuelas técnicas, centros vecinales, centros de capacitación laboral y en escuelas para jóvenes y adultos de capital y el interior provincial. La finalidad de la iniciativa es brindar a jóvenes y adultos un espacio de aprendizaje de oficios con salida laboral durante las vacaciones de verano, sumando una alternativa más a los cursos y talleres que anualmente se dictan en las distintas instituciones y de los que ya forman parte 10.500 personas.

Son alrededor de 20 talleres diferentes entre los que se encuentran: albañilería, electricidad, costura, gastronomía, carpintería, peluquería, entre otros. Para consultar los lugares donde se dictan los talleres se puede ingresar al sitio web: www.edusalta.gov.ar.

 Una familia con un núcleo familiar bien constituido, genera un individuo respetuoso de las leyes y la sociedad.

Los datos

  • Los últimos datos oficiales, dicen que el 2,7% de los estudiantes obtuvo un título universitario y el 15% terminó la secundaria.
  • “Yo Sí Puedo”: Por mayor información sobre este programa, llamar al 4373423 y 4373424 o concurrir a Leguizamón 288.
  • Salta: el índice de analfabetismo llega al 3,1% en la provincia, con unas 37.800 personas, de las cuales 9.800 son de la capital.
  • Están abiertas las inscripciones para la Escuela de Artes y Oficios, en cualquiera de los CIC de los 5 barrios de la ciudad de Salta.

 

LA OPINIÓN: “Sin metas ni esperanzas en el futuro”

POR MARIA CRISTINA BIANCHETTI, ANTROPOLOGA

Se ha destruido la familia y se ha restado autoridad a los padres, al docente, a la ley y, en el fondo, dado que el fenómeno social es un respeto de pautas, se ha desintegrado la sociedad toda. La falta de trabajo, de autoestima, de la cabeza de la familia y de valoración a los ancianos, ha llevado a la formación de un grupo humano sin metas y esperanzas en el futuro. Hoy la juventud no tiene proyectos, tiende al facilismo y a la obtención de sus escasas necesidades o metas por medio de métodos no convencionales, impensables en nuestra época donde tuvimos una cultura del trabajo, la corrección, la urbanidad, o sea, la proyección de un yo-social. El objetivo último de la juventud hoy, en muchos casos, es integrar o formar parte de barras que se congregan por un partido de fútbol o tomar alcohol en las esquinas.

Una familia con un núcleo familiar bien constituido, genera un individuo respetuoso de las leyes y la sociedad

El rol de la familia es fundamental; una familia con un núcleo familiar bien constituido, respetuoso de su esquema de autoridades y roles genera un individuo respetuoso de las leyes y que va a valorar y respetar su rol en la sociedad, así como también va a hacer que lo valoren y respeten, convirtiéndose en un ser activo y no un individuo sumiso.

Ante la falta de trabajo y la aparición de planes sociales en los 90, se destruyó el núcleo familiar, donde los roles se tornaron difusos, los niños pasaron a merendar y almorzar en comedores escolares o comunitarios. Los padres a cumplir tareas retributivas que hubieran requerido mano de obra mejor remunerada y los jóvenes, adolescentes, adultos y ancianos dejaron de tener una alimentación adecuada, como también una contención familiar, con lo que se desestructuró la familia continuando así la marcha en una fragmentación social.

Los docentes pasaron a ser víctimas de la situación, ampliando su rol de educador a asistente social y sin autoridad, a ser un extremo donde se descarga la violencia social y familiar. El Estado es un eje fundamental para la corrección de la situación actual, ya que se corre el riesgo de que se convierta en un barco sin rumbo; pero debe ser un trabajo conjunto con la sociedad, debiendo comenzar a reorganizar la familia como centro fundamental de la sociedad. Pero debemos pensar en trabajar en pos de reeducar a la vigente generación de padres adolescentes o educar a la generación que está en la primera etapa de escolaridad de los niños de esos padres adolescentes. El Estado debe elegir con qué grupo etario va a revalorizar el esquema básico de la familia, unidad mínima de una sociedad saludable.

PUBLICIDAD