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Central Norte le ganó 2 a 0 a Juventud y se recupera

Lunes, 14 de octubre de 2013 02:03

Central Norte tuvo el desahogo perfecto, el que se guardó durante ocho fechas y justo ahora viene a ganar, en el partido más importante.
Venció dos a cero a Juventud Antoniana y casi sin merecerlo. Pero tuvo la puntería que muchas veces se le criticó, en un jugador prácticamente desconocido como Juan Berdún.
El cuervo encontró la victoria, digamos, desde que el técnico Gustavo Coleoni decidió sacar a Jonathan Artura de la cancha precisamente por Berdún. Iban 13’ del complemento y el partido hasta allí había sido muy opaco, mal jugado, cortado, friccionado, etc.
Pero ese cambio fue la solución aunque nada lo hacía presagiar. Es que este gran clásico salteño venía torcido, sin lucidez, sin figuras y sin fútbol.
Nadie pudo sacarse de encima la imprecisión y la ansiedad. De un lado y del otro recurrieron al “pum para arriba” y dio la sensación de que tuvieron más preocupados en tirarse al piso y pedir falta. Nadie dio dos pases seguidos.
Sin embargo, en ese primer tiempo, Leandro Martínez, el delantero cuervo, pudo estrellar un cabezazo en el travesaño y después habilitó de gran manera a Magno, pero el otro Martínez, Emanuel, el del santo, se cruzó justo para tapar el remate. Estas fueron las dos más claras llegadas del cuervo en la primera parte; igual cantidad acumuló Juventud, con un tiro exigido de Sánchez que terminó en la tribuna y un mano a mano de Aguirre que no supo resolver.
Los dos se fueron al descanso en deuda en lo futbolístico y nunca la pagaron. Artura no fue el conductor que Central necesitó, mientras en el medio seguía la batalla entre Campos y Chmil con Ortiz y Fernández. Además, por los carriles, ninguno sobresalió.
Y volvió el “pum para arriba” en el complemento, el juego fuerte y cortado. Hasta que Coleoni mandó a Berdún a la cancha; y en medio de tanta mediocridad vino un lateral del cuervo que encontró a Berdún escabulléndose entre los centrales y muy acertado para definir: a Maino se la puso al ángulo. A partir de allí, Central se aprovechó de los nervios de Juventud y Berdún de una mala barrera, la que dejó pasar la pelota para meterse por debajo y a un costado del palo. Con ese segundo tanto prácticamente se terminó el clásico, aunque el santo tuvo un par de chances con Palacio y Sánchez.
 

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Central Norte tuvo el desahogo perfecto, el que se guardó durante ocho fechas y justo ahora viene a ganar, en el partido más importante.
Venció dos a cero a Juventud Antoniana y casi sin merecerlo. Pero tuvo la puntería que muchas veces se le criticó, en un jugador prácticamente desconocido como Juan Berdún.
El cuervo encontró la victoria, digamos, desde que el técnico Gustavo Coleoni decidió sacar a Jonathan Artura de la cancha precisamente por Berdún. Iban 13’ del complemento y el partido hasta allí había sido muy opaco, mal jugado, cortado, friccionado, etc.
Pero ese cambio fue la solución aunque nada lo hacía presagiar. Es que este gran clásico salteño venía torcido, sin lucidez, sin figuras y sin fútbol.
Nadie pudo sacarse de encima la imprecisión y la ansiedad. De un lado y del otro recurrieron al “pum para arriba” y dio la sensación de que tuvieron más preocupados en tirarse al piso y pedir falta. Nadie dio dos pases seguidos.
Sin embargo, en ese primer tiempo, Leandro Martínez, el delantero cuervo, pudo estrellar un cabezazo en el travesaño y después habilitó de gran manera a Magno, pero el otro Martínez, Emanuel, el del santo, se cruzó justo para tapar el remate. Estas fueron las dos más claras llegadas del cuervo en la primera parte; igual cantidad acumuló Juventud, con un tiro exigido de Sánchez que terminó en la tribuna y un mano a mano de Aguirre que no supo resolver.
Los dos se fueron al descanso en deuda en lo futbolístico y nunca la pagaron. Artura no fue el conductor que Central necesitó, mientras en el medio seguía la batalla entre Campos y Chmil con Ortiz y Fernández. Además, por los carriles, ninguno sobresalió.
Y volvió el “pum para arriba” en el complemento, el juego fuerte y cortado. Hasta que Coleoni mandó a Berdún a la cancha; y en medio de tanta mediocridad vino un lateral del cuervo que encontró a Berdún escabulléndose entre los centrales y muy acertado para definir: a Maino se la puso al ángulo. A partir de allí, Central se aprovechó de los nervios de Juventud y Berdún de una mala barrera, la que dejó pasar la pelota para meterse por debajo y a un costado del palo. Con ese segundo tanto prácticamente se terminó el clásico, aunque el santo tuvo un par de chances con Palacio y Sánchez.
 

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