Una vez más la violencia en el fútbol se manifestó en nuestra provincia. Fue en el clásico que se jugó entre Central Norte y Juventud Antoniana, disputado el domingo en el estadio Marteanera, que dejó como saldo varios hinchas heridos y un sargento de la Policía brutalmente atacado a la salida. El suboficial se encuentra en terapia intensiva en una clínica privada.
A pesar que los médicos dicen que el sargento ayudante Cardozo se encuentra estable, su familia aseguró a este medio que el hombre atraviesa por una crisis emocional y muchos dolores que lo aquejan.
Su esposa, con quien comparte su vida hace 25 años, dialogó con El Tribuno y contó lo que se enteró del fatídico encuentro futbolístico, por el testimonio de un compañero que le salvó la vida y lo poco que él le pudo contar.
“Mi esposo me dijo que estaba en el acceso del sector vip, cuando terminó el partido primero salieron los hinchas de Central y los de Juventud se quedaron viendo cómo los jugadores del otro equipo festejaban la victoria, cosa que no es habitual.
En un momento se armó una avalancha y mi marido me dijo que alrededor de 5.000 personas se les vinieron encima, cuando desde la tribuna le tiraron dos adoquines en la cabeza que le provocaron serias lesiones y lo dejaron inconsciente. Su amigo y compañero, de apellido Nieva, vio cómo lo pateaban y lo golpeaban, ante la desesperación se le tiró encima para cubrirlo. El le salvó la vida, sino lo habrían matado”.
Cuando lograron controlar la situación y sacarlo de ahí fue trasladado en una ambulancia al hospital San Bernardo, luego a una clínica privada. Los médicos afirmaron que a Cardozo le sacaron cuatro piezas dentales, le quebraron varios dientes, tiene deslizamiento de maxilar, pérdida auditiva y traumatismo
de cráneo. Su esposa, Blanca, y su hijo, Samuel, con impotencia expresaron: “El operativo de seguridad falló. No es la primera vez que lo golpean, pero nunca algo así”. Asimismo, su esposa dijo: “Casi me muero cuando lo vi. La gente no entiende que los policías tienen una familia por detrás y que son gente”. La familia radicó la denuncia y destacó la solidaridad de sus compañeros.
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Una vez más la violencia en el fútbol se manifestó en nuestra provincia. Fue en el clásico que se jugó entre Central Norte y Juventud Antoniana, disputado el domingo en el estadio Marteanera, que dejó como saldo varios hinchas heridos y un sargento de la Policía brutalmente atacado a la salida. El suboficial se encuentra en terapia intensiva en una clínica privada.
A pesar que los médicos dicen que el sargento ayudante Cardozo se encuentra estable, su familia aseguró a este medio que el hombre atraviesa por una crisis emocional y muchos dolores que lo aquejan.
Su esposa, con quien comparte su vida hace 25 años, dialogó con El Tribuno y contó lo que se enteró del fatídico encuentro futbolístico, por el testimonio de un compañero que le salvó la vida y lo poco que él le pudo contar.
“Mi esposo me dijo que estaba en el acceso del sector vip, cuando terminó el partido primero salieron los hinchas de Central y los de Juventud se quedaron viendo cómo los jugadores del otro equipo festejaban la victoria, cosa que no es habitual.
En un momento se armó una avalancha y mi marido me dijo que alrededor de 5.000 personas se les vinieron encima, cuando desde la tribuna le tiraron dos adoquines en la cabeza que le provocaron serias lesiones y lo dejaron inconsciente. Su amigo y compañero, de apellido Nieva, vio cómo lo pateaban y lo golpeaban, ante la desesperación se le tiró encima para cubrirlo. El le salvó la vida, sino lo habrían matado”.
Cuando lograron controlar la situación y sacarlo de ahí fue trasladado en una ambulancia al hospital San Bernardo, luego a una clínica privada. Los médicos afirmaron que a Cardozo le sacaron cuatro piezas dentales, le quebraron varios dientes, tiene deslizamiento de maxilar, pérdida auditiva y traumatismo
de cráneo. Su esposa, Blanca, y su hijo, Samuel, con impotencia expresaron: “El operativo de seguridad falló. No es la primera vez que lo golpean, pero nunca algo así”. Asimismo, su esposa dijo: “Casi me muero cuando lo vi. La gente no entiende que los policías tienen una familia por detrás y que son gente”. La familia radicó la denuncia y destacó la solidaridad de sus compañeros.
EXISTEN VIDEOS
El jefe de Policía, Marcelo Lami, aseguró que los videos de las cámaras de seguridad muestran a las claras la agresión sufrida por el uniformado. Ya están en manos de la Justicia, informó.