El mandato de la Presidenta no tendrá otra reelección y en 2015, sí o sí, será otra persona quien ocupe su lugar.
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El mandato de la Presidenta no tendrá otra reelección y en 2015, sí o sí, será otra persona quien ocupe su lugar.
La sensación generalizada de que no habrá grandes sorpresas en relación con las primarias está lejos de opacar la importancia superlativa que tienen los comicios de hoy en la Argentina. La sociedad parece tener en claro que con su voto definirá mucho más que un nuevo escenario parlamentario: lo que comenzará desde mañana mismo será la lucha por la sucesión y una transición que lleva implícitos varios interrogantes de envergadura, tanto en materia política como económica e institucional.
A diferencia de las primarias, los argentinos llegarán al cuarto oscuro con una certeza sustancial: el mandato de la Presidenta no tendrá otra reelección y en 2015, sí o sí, será otra persona quien ocupe su lugar. Esa confirmación, que por varios días descomprimió el tenor agresivo de la campaña, obligó a los candidatos opositores a cambiar el eje de sus intervenciones, y a los oficialistas a comenzar a admitir que la inflación y la inseguridad son los grandes temas pendientes de este gobierno.
La trascendencia que la sociedad le aporta a esta contienda, aún siendo de medio término, se refleja en las estimaciones que las autoridades tienen sobre la cantidad de votantes que se presentarán a sufragar. “Es muy difícil hacer un cálculo previo, pero creemos que no habrá menos electores que en agosto, cuando votó el 76 por ciento de la gente”, señaló ayer a El Tribuno el director nacional electoral, Alejandro Tullio.
En un contexto signado por el estado de salud de la Presidenta y sin conocerse aún cuándo retornará a sus funciones cotidianas, las elecciones generales de hoy develarán datos trascendentes para la conformación de los liderazgos en el corto y mediano plazo, tanto hacia dentro de las filas del peronismo como de otras fuerzas como el radicalismo, el socialismo y el PRO.
Todo indica que las urnas ratificarán lo que insinuaron las PASO: el kirchnerismo seguirá siendo la fuerza más votada de la Argentina y la primera minoría en el Congreso, aunque probablemente el segundo lugar en volumen de votos ya no lo ocupe la UCR -un partido nacional- sino el Frente Renovador de Sergio Massa, un partido que por ahora solo está en Buenos Aires.
Si bien es cierto que el radicalismo mantendría el segundo lugar en Diputados, también lo es que el massismo podría recibir después del 10 de diciembre la fuga hacia su bloque de varios kirchneristas desencantados, lo que le agrega suspenso más allá de las elecciones a la real conformación de la Cámara Baja. En el Senado, por su parte, el kirchnerismo también mantendría el quórum propio, pero por una ajustada diferencia que lo dejaría con poco margen de acción ante presuntos imponderables.
Los principales interrogantes
¿Logrará el kirchnerismo mejorar, al menos parcialmente, su performance en los principales distritos de la Argentina? ¿Superará el intendente de Tigre el 40 por ciento de los votos en Buenos Aires? ¿Quién absorberá en el oficialismo el costo de la derrota en el principal distrito: Cristina Kirchner o Daniel Scioli? ¿Será Daniel Filmus o “Pino” Solanas quien se quede con la senaduría porteña por la minoría? ¿Se confirmarán las arrasadoras victorias de Julio Cobos y Hermes Binner en Mendoza y Santa Fe? ¿El Frente para la Victoria quedará cuarto en Córdoba? ¿Habrá una profundización de la sangría kirchnerista en provincias más chicas pero históricamente oficialistas como San Juan, La Rioja o Catamarca? A pocos días del ataque contra Milagro Sala, ¿habrá violencia en las elecciones jujeñas? ¿Cambiará de color la mayoría parlamentaria en Santa Cruz? ¿Qué pasará con los senadores salteños?
Como queda claro en la enumeración previa, son muchos los elementos a tener en cuenta a la hora de analizar lo que pase una vez que se cierren las urnas. Sin embargo, también parece haber cosas que difícilmente vayan a variar sean cual sean los resultados: algunos con más chances que otros, Massa, Scioli, Binner, Cobos, Mauricio Macri y José de la Sota quedarán ubicados en la pole position para buscar la presidencia dos años más tarde.
A ese grupo se le pueden sumar también el entrerriano Sergio Urribarri y el chaqueño Jorge Capitanich en el caso de que repitan las buenas elecciones que hicieron en las PASO. Ambos serían los representantes más fieles del kirchnerismo puro al que adhieren La Cámpora, Kolina y otras agrupaciones transversales del Frente para la Victoria como Nuevo Encuentro de Martín Sabbatella.
La elección de hoy, sin reelección presidencial a la vista, tiene mucha más trascendencia política de cara a lo que ocurra en 2015 que a lo que suceda a partir de diciembre de este año, fecha en la que asumirán sus bancas los nuevos legisladores nacionales.
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