Un menor de quince años se autoincriminó de un asesinato. El joven ingresó ayer a una comisaría junto a Omar Maidana, el principal sopechoso de haber asesinado a Pablo Ernesto Mamaní, esposo de su amante, en la propia casa conyugal, hecho ocurrido en la madrugada del domingo.
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Un menor de quince años se autoincriminó de un asesinato. El joven ingresó ayer a una comisaría junto a Omar Maidana, el principal sopechoso de haber asesinado a Pablo Ernesto Mamaní, esposo de su amante, en la propia casa conyugal, hecho ocurrido en la madrugada del domingo.
El menor, aseguró haber sido el autor material de la puñalada que terminó con la vida del chofer y pretendió desincriminar de toda sospecha a Omar Maidana (35), quien lo condujo hasta la sede policial y hasta hace pocas horas era el hombre más buscado por la Brigada de Investigaciones local.
Ante tamaña revelación, la fiscal a cargo de la causa ordenó que ambos queden incomunicados, el mayor en la Alcaidía judicial y el menor en el centro de contraventores.
Una fuente policial ayer consultada dijo que vio muchas cosas en su vida como policía, pero nunca una manipulación de esta naturaleza, no solo de la verdad de los hechos sino de personas menores de edad utilizadas para deslindar responsabilidad, “es lo más osado que vi en décadas”.
El policía reflexionó telefónicamente: “Ojalá sea verdad, de lo contrario tiene que haber una sanción ejemplar para este tipo de maniobra con la que pretende eludir la Justicia y ridiculizar a los investigadores”, dijo.
Fuentes de Prensa de la Policía indicaron que la única novedad es la que tomó estado público, pero debido a la confesión de una de las partes la investigación volvió a foja cero.
“El solo hecho de que un menor de edad, inimputable para la Justicia penal, se autoincrimine del brutal asesinato es de por sí una noticia que es contraria a toda especulación policial y se debe investigar hasta las últimas consecuencias”.
De todas maneras la Justicia no dio crédito a la versión y ordenó la detención de las dos personas.
Fuentes ligadas a la investigación aseguraron que en la tarde de ayer se les tomó declaración indagatoria a ambos, aunque los pormenores de los testimonios, que por ley se hacen sin juramento y sin obligación de decir verdad, no trascendieron.
En la mañana de hoy continuarán las declaraciones de testigos citados para la fecha, aunque varias de las citas serán reprogramadas por la confesión novelesca del menor, que cambió el tenor de la investigación.
El caso
Poco después de la cero hora del domingo Pablo Ernesto Mamaní, de profesión taxista, fue a visitar a su esposa, Rocío Loza, dejando estacionado su vehículo, un Chevrolet Corsa, en la puerta del domicilio de Loza.
Fuentes policiales aseguraron que mientras el taxista conversaba románticamente con su esposa ingresó a ese domicilio Maidana, y segundos después Mamaní, herido de muerte, logró ganar la calle, donde recibió atención del personal del Samec.
Mamaní murió antes de llegar al hospital San Bernardo, mientras Maidana huía de lugar, según los vecinos.