El escenario político que se presenta en Salta luego de las elecciones del domingo pasado, ya ha provocado efectos evidentes en los esquemas del oficialismo, tanto a nivel del gobierno provincial como municipal.
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El escenario político que se presenta en Salta luego de las elecciones del domingo pasado, ya ha provocado efectos evidentes en los esquemas del oficialismo, tanto a nivel del gobierno provincial como municipal.
Si bien no han sido confirmados, los rumores de cambios y movimientos de piezas en ministerios y secretarías han tornado el escenario de gobierno en una angustiante expectativa para aquellos funcionarios que ya se hacen fuera de la gestión para los próximos dos años.
Los nombres van y vienen y están vinculados a posibles recambios en áreas políticas y técnicas: Gobierno, Economía, Gabinete, Hacienda, Obras Públicas; los rumores aparecen por todos lados y la incertidumbre aumenta. Pero los cambios deben ser inmediatos. Hay que tallar y dar de nuevo parece ser la consigna, aunque nadie se arriesga a decir por dónde hay que comenzar.
Los hombres que se barajan son reaparecidos o bien, soldados mal heridos en la última batalla de las urnas.
“Hay que enviar un mensaje a la sociedad. Tenemos que ser realistas y admitir que será una ardua tarea la de reorganizar todo esto” aseguró una fuente vinculada directamente a las oficinas del PJ salteño, donde hace exactamente una semana atrás se vivieron momentos de extrema tensión, con fuertes insultos hacia los funcionarios. “Perdimos por culpa de ustedes” le reprocharon a uno que justo en esos momentos daba declaraciones en vivo a la televisión. Es que los enojos indisimulados en esos pasillos se apoderaron como una sombra siniestra de las sonrisas triunfadoras y anticipadas que presagiaban un victoria contundente. Ninguno de ellos hizo una autocrítica. Nadie.
Los números que han dejado los últimos comicios, mal que le pese a los que promueven forzadas y facilistas conclusiones sobre el éxito del oficialismo, significan grandes retrocesos; inobjetablemente.
Los efectos de las elecciones y sus resultados se hicieron evidente pocas horas después del recuento de votos. El gobierno provincial anunció la expropiación de los terrenos de Pereyra Rozas. La municipalidad capitalina pidió que el actual Concejo Deliberante sea el que apruebe el próximo presupuesto. El Partido Renovador de Salta impulsó desde el Senado el adelantamiento de las elecciones provinciales en el 2015 cuando deban elegirse gobernador e intendentes. Tres movimientos que no son menores.
Sobre el último punto el PRS pretende modificar la Ley Electoral. “La tarea como representantes del pueblo es identificar el malestar social y reaccionar a tiempo para evitar nuevos problemas” aseguró el senador renovador Luis D"Andrea uno de sus promotores.
El legislador se refería puntualmente a lo engorrosas y molestas que resultaron las cuatro elecciones que los salteños debieron cumplir en menos de 3 meses.
Sin poner ninguna objeción, el resto de los senadores aprobó casi sin chistar el proyecto. Diputados, en tanto, ni siquiera esperó la remisión de la media sanción y mandó a buscar la iniciativa para su urgente tratamiento. Se piensa que la semana próxima la cámara baja lo convertiría en ley en un rápido tratamiento.
Así están las cosas a una semana de los comicios que le dejaron una pírrica victoria para el oficialismo y que ahora está obligado a reinventarse.