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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La entrevista en la que Capitanich le dijo a El Tribuno que eran necesarios cambios en la agenda de Cristina

Miércoles, 20 de noviembre de 2013 15:44

Casi como una manera profética de anticiparse a los acontecimientos, el gobernador de Chaco en un diálogo que mantuvo con El Tribuno había pedido cambios en la política y en la agenda nacional. Lo hizo luego de las elecciones pasadas donde el kirchnerismo obtuvo a nivel nacional, el 32%.

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Casi como una manera profética de anticiparse a los acontecimientos, el gobernador de Chaco en un diálogo que mantuvo con El Tribuno había pedido cambios en la política y en la agenda nacional. Lo hizo luego de las elecciones pasadas donde el kirchnerismo obtuvo a nivel nacional, el 32%.

Capitanich había dialogado en aquel momento con el diario El Tribuno y apuntado sobre el resultado de esas elecciones donde analizó que el kirchnerismo, a nivel nacional, había perdido una importante cantidad de apoyo. Fue en ese contexto que Capitanich, quien fue el gobernador kirchnerista mejor posicionado en estas últimas elecciones (con un 60% de votos), pidió un cambio en la agenda.

Días después y tras la vuelta de la presidenta Cristina Kirchner, fue nombrado como nuevo jefe de Gabinete dentro de las modificaciones introducidas en el Gobierno nacional que incluyó el desplazamiento de Juan Manuel Abal Medina y del polémico Guillermo Moreno.

Mirá acá la entrevista que Jorge Capitanich le dio a El Tribuno. Hoy asume en el nuevo cargo y, con esto, el gobernador del Chaco queda posicionado como aspirante a suceder a la Presidenta.

 

Jorge Capitanich: "Cristina debe considerar el cambio en la agenda pública"

Por Hugo Krasnobroda

Su arrollador triunfo en las elecciones del Chaco, donde cosechó el 61% de los votos, lo dejó muy bien posicionado dentro del Frente para la Victoria para disputar la sucesión presidencial. Junto al entrerriano Sergio Urribarri, ambos fueron los gobernadores con perspectivas hacia 2015 que mejor elección hicieron en el kirchnerismo el pasado domingo 27 de octubre. Su victoria contrasta, por ejemplo, con la enorme cantidad de votos que perdió el salteño Juan Manuel Urtubey, quien todo indica que el domingo habría desperdiciado buena parte de sus chances de llegar al sillón de Rivadavia en dos años.
“Cualquier dirigente que le toque gobernar desde el 10 de diciembre de 2015 va a tener un estilo propio”, sostuvo Jorge Capitanich. En una entrevista con El Tribuno realizada en la Capital Federal, el mandatario apuntó a Daniel Scioli como el principal responsable de la derrota kirchnerista en Buenos Aires, aseguró que el gran crecimiento de los últimos años ha provocado “tensión inflacionaria” e indicó que “hay garantía de gobernabilidad” tras los comicios. Además, señaló que en 2015 habrá un poder político “más distribuido” y especuló con un eventual balotaje para definir al reemplazante de Cristina.

¿Cuál es su análisis de las elecciones generales del domingo pasado?
Creo que es importante hacer un análisis de contexto. En general, yo siempre transmito que las elecciones son diferentes cuando se tratan de comicios ejecutivos y de legislativos. Si uno observa el comportamiento del electorado cuando una elección es de carácter ejecutiva, tienden a ser plebiscitarias. Es decir, el elector tiene una interacción entre el oficialismo y la oposición: si está de acuerdo vota al oficialismo y si no está de acuerdo con este vota la alternancia a través de los candidatos opositores. En el caso concreto de las elecciones legislativas de medio término la tendencia es a consolidar un núcleo duro de apoyo, que es lo que ha ocurrido el domingo con casi el 34% de respaldo, y hay una tendencia muy clara que tiene que ver con la construcción de una nueva agenda a partir del voto opositor. Fue una elección que consolidó para el Gobierno la mayoría legislativa, ya que tendrá 132 diputados, lo que le da quórum propio y mayoría; y lo mismo ocurre en el Senado. Por lo tanto, hay garantías de gobernabilidad y se abre una nueva agenda a partir del voto opositor. Esta elección ha configurado garantía de gobernabilidad para los próximos dos años y, paralelamente a eso, la percepción de que quien conduce -Cristina Fernández de Kirchner- debe considerar el cambio cualitativo en la agenda pública derivado del comportamiento del voto opositor en las legislativas.


O sea que usted no coincide con los que dicen que fue una gran derrota del Gobierno...
Yo creo que efectivamente el Gobierno no ha tenido buenos resultados en determinados distritos electorales y ha tenido muy buenos resultados en otros distritos como Chaco. Cuando uno va a una elección de medio término debe advertir los efectos de la elección. El primer efecto es la preservación y acrecentamiento de la mayoría en el Congreso, el segundo es la construcción de una nueva agenda pública derivada del voto opositor y el tercero es que se generaron las condiciones para gobernar con tranquilidad los próximos dos años.


En su provincia el kirchnerismo superó el 60% de los votos pero en otras hasta salió cuarto, ¿qué explicación le encuentra a ese fenómeno?
Hay una combinación entre liderazgo territorial más claridad para transmitir ideas y propuestas, y obviamente la construcción natural de un puente al futuro. Muchas veces lo que uno tiene que razonar es que no hay elección sin campaña, que no hay campaña sin mensaje y que no hay mensaje sin la perspectiva de transmitir alegremente ese mensaje. En muchos casos las propuestas entre quienes ejercen un poder territorial y los candidatos siempre se remontan a lo que se hizo y la gente no solo valora eso sino también lo que se va a hacer.


¿Cree que eso fue lo que ocurrió en la provincia de Buenos Aires por ejemplo?
En la provincia de Buenos Aires se ha configurado un escenario particular. Allí hubo un liderazgo emergente que fue el de Sergio Massa y que ha logrado capturar votos propios y ajenos. En ese contexto, la competencia era difícil y compleja. Allí el Frente para la Victoria consiguió un diputado más, pero obviamente perdió las elecciones y eso constituye un aprendizaje sobre qué es lo que pudo haber ocurrido. Hay que ver si la fuerza electoral opositora fue mejor, si el mensaje fue el adecuado y si se produjeron las condiciones necesarias para que esta elección no haya arrojado el resultado favorable que uno podía esperar. Esas son las circunstancias que deben ser motivo de evaluación del gobernador de la provincia (Daniel Scioli), de sus dirigentes y de los candidatos.


Cristina se puso al hombro la campaña bonaerense en las PASO y Scioli en las generales, ¿quién fue más perdedor?
Yo siempre soy extremadamente prudente en relación con echarle culpas a alguien. Me parece claro y notorio que la elección en territorio bonaerense fue liderada desde el punto de vista político por el gobernador Daniel Scioli conjuntamente con Martín Insaurralde y el resto de los candidatos. Son elecciones complejas.


¿Se siente presidenciable para 2015 tras su rotundo triunfo en el Chaco?
Creo que es muy prematuro hablar de las elecciones presidenciales de 2015; nosotros tenemos que cumplir etapas. La primera etapa era cumplir un muy buen resultado electoral el 27 de octubre. La segunda etapa es generar el respaldo institucional necesario para propiciar que la gobernabilidad sea la garantía de los próximos dos años en la Argentina. Y el tercer elemento es que es necesario pensar que el respaldo popular tan contundente que hemos obtenido en Chaco nos obliga a ejecutar las demandas que pide la sociedad. Entonces, un buen resultado electoral, garantía de gobernabilidad, ejercer este mandato popular con la eficiencia que la gente reclama y el último paso es pensar cómo se va a dar el escenario de 2015. A mí me parece muy prematuro hablar de 2015 pero sí advierto que ese año se van a dar otra vez las PASO.

¿Cree que el domingo se dio una especie de ordenamiento interno de cara a 2015? Usted y Urribarri sacaron muchos votos y Juan Manuel Urtubey, por ejemplo, perdió casi treinta puntos en dos años...
Las elecciones pueden ser la base de un ordenamiento político pero también pueden no serlo. Las elecciones son dinámicas y lo que hoy se ve de una manera después puede ser de otra. En 2009 hubo un escenario y en 2011 otro. Hay que ver cómo se da el escenario y eso va a dar las condiciones para lo que ocurra en 2015. Si el escenario es optimista en tanto y en cuanto se ejecuten ciertas medidas que generen las condiciones de un crecimiento sostenible, puede cambiar el mapa y la capacidad de liderazgo de nuestro espacio político. No me cabe la menor duda de que este es un piso del Frente para la Victoria. Hacia adelante se verá, pero es un ordenador que genera las bases y condiciones aunque no impide que surjan nuevos candidatos.

¿Qué escenario avizora para 2015?
Imagino que se dará la consolidación de un poder político más distribuido, que dependerá de las propuestas que haya. No veo menos de siete fórmulas compitiendo en primarias, y cada frente electoral tendrá al menos dos candidatos. Entonces uno debe advertir que para agosto de 2015 va a haber un conjunto de competidores. El Frente para la Victoria sigue siendo el principal partido pero existe también el Frente Progresista en Santa Fe, existe el liderazgo del Pro en la Ciudad de Buenos Aires, existe el Partido Obrero que hizo una muy buena elección en varias provincias, existe también el espacio de Sergio Massa y también existen votos dispersos por izquierda o por derecha que pueden ir a otras fuerzas. Uno advierte que no habrá menos de cinco o siete candidatos con chances y un escenario que puede marcar por primera vez desde la vuelta de la democracia a la fecha un balotaje.


¿Imagina que el candidato que llegue por el Frente para la Victoria en 2015 será ultrakirchnerista como ahora o más peronista?
Cualquier dirigente que le toque gobernar desde el 10 de diciembre de 2015 va a tener un estilo propio. El estilo propio es la base de la condición de liderazgo. Todo dirigente político debe tener tres atributos en esta etapa: ética, estética y poética. Un líder moderno debe afrontar las demandas de la sociedad complejas, heterogéneas, demandantes y exigentes. Si uno no consigue eso probablemente la gente no lo vea con condiciones para expresar el mandato popular. ¿Qué quiere decir la estética? Hay que tener capacidad de articular consenso y diálogo. Así como el papa Francisco es el ícono de la estética en comportamiento de la ética esto también emerge a la poética. Es decir, al lenguaje como capacidad de generar empatía que se traduzca en consenso indispensable con la ciudadanía. Eso se logra con capacidad para transmitir.


¿Teme que el desgaste de la década kirchnerista arrastre a todos los candidatos oficialistas en 2015?
Es bueno en democracia que uno pueda tener la posibilidad de competir. La voluntad del electorado debe elegir respecto a los líderes que quiere. En ese sentido, debe ser la voluntad del líder como uno puede ser capaz de transmitir consenso ciudadano. Me parece que es importante destacar los hechos positivos en esta etapa. Hemos vivido la etapa de crecimiento económica más grande los últimos 200 años. Eso ha generado tensión inflacionaria, lo que implica que una solución de carácter estructural ha generado también un problema que necesita capacidad de resolución. Hemos tenido el mayor desendeudamiento de la historia, pero eso ha originado un problema cuya demanda estamos viendo en el sector energético. Lo que quiero decir es que no hay una actitud contradictoria entre lo uno y lo otro. Hay logros muy significativos desde el punto de vista de la inclusión social y la plena vigencia de derechos sociales, civiles y económicos. Partimos de un piso muy bueno de muchas cosas que se han hecho y que para adelante es necesario perfeccionar.

 

 

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