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El maravilloso vuelo de las golondrinas de San Juan de Capistrano

Sabado, 23 de noviembre de 2013 02:16

Existen meses que se caracterizan por alguna festividad o fecha especial. Para los salteños -se puede decir- noviembre es un mes más, pero no lo es para los pobladores de Goya, en la provincia de Corrientes. La ciudad, que ocupa el segundo lugar en población en Corrientes, está ubicada a orillas del Paraná.

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Existen meses que se caracterizan por alguna festividad o fecha especial. Para los salteños -se puede decir- noviembre es un mes más, pero no lo es para los pobladores de Goya, en la provincia de Corrientes. La ciudad, que ocupa el segundo lugar en población en Corrientes, está ubicada a orillas del Paraná.

El mes de noviembre es esperado con alegría tanto por sus habitantes como por miles de turistas. ¿A qué se debe tanta expectativa?, pasa que en esta fecha, el día 24 (para ser más precisa) llega una bandada de golondrinas que atraviesan todo el continente americano en busca de su primavera.

"Cada golondrina tiene su primavera" se suele decir y se debe a que esta especie migratoria de aves está en constante búsqueda de climas cálidos. Es así que cada año vuelan desde su lugar de origen, San Juan de Capistrano (al sur de California, entre Los Angeles y San Diego, Estados Unidos), hasta el noreste de la Argentina.

Un poco de historia

LA MISIÓN | LOS TURISTAS RECORREN CON SORPRESA EL INTERIOR DEL CONVENTO. 

La Misión San Juan de Capistrano se encuentra en el centro histórico de California. Fue fundada en 1776 por Fray Junipero Serra. El lugar consiste en una antigua iglesia-monasterio llena de historia y en la que, al parecer, a las golondrinas les pareció el mejor sitio para anidar mientras dure su estancia primaveral por esos lugares.

Estas golondrinas hacen su viaje migratorio hacia el hemisferio sur todos los 23 de octubre (día de San Juan) en busca de zonas más cálidas ya que para esa fecha, en el hemisferio norte, se empiezan a sentir los primeros fríos.

Teniendo en su haber 30 días de vuelo, llegan puntualmente a Goya el 24 de noviembre, y hacen su descenso en la plaza San Martín, donde anidan hasta su retorno a California.

En esta plaza se erigió, en el año 1992, el Monumento a las Golondrinas, promovido e impulsado por un vecino, Jorge Junco, y el escultor Antonio "Chango" Sotelo. La idea fue dejar un testimonio de simpatía que la Comisión de Amigos sentía por estas pequeñas aves. Allí y en el barrio Las Golondrinas (al sur de la ciudad) se realizan festejos para esta fecha esperando su retorno.

Calentando “motores”

Lo que motiva a estas aves a desplazarse año tras año es netamente biológico: vivir, reproducirse en climas benignos y, de paso, controlar y regular plagas e insectos. Se alimentan de arañas, moscas, insectos y gusanos. La razón de su voracidad increíble al alimentarse es porque necesitan almacenar grasa en sus finos tejidos que le servirá de combustible para el viaje de regreso.

En vuelo

“¿Adónde te irás volando por esos cielos, brasita negra que lustra la claridad?, detrás de tu vuelo errante mis ojos gozan la inmensidad, la inmensidad”.Esta es la primera estrofa de una canción escrita y musicalizada por los salteños Jaime Dávalos y Eduardo Falú. Y es que las golondrinas no solo maravillan con su avistaje sino que inspiran a poetas y músicos a engalanar sus obras con ellas.

La frase “a vuelo de pájaro” viene muy bien para la travesía que realizan estas aves. Así como las vemos, tan delicadas y frágiles en apariencia, son tan aguerridas e instintivas como muy pocas. Cruzan de un hemisferio a otro, trazando una ruta de 12.000 km en total, en 30 días. Si sumamos otros 12.000 km del viaje de vuelta se diría que es casi un vuelo completo alrededor de la tierra.

Durante el viaje, las golondrinas más jóvenes siguen a las más experimentadas ya que éstas conocen trucos para escapar de los depredadores que puedan encontrar en el trayecto. En ese período de vuelo (30 días) no comen ni beben ya que vuelan desde el amanecer hasta la puesta del sol. De esta manera no pierden tiempo. Vuelan a más de 2 km de la superficie terrestre para aprovechar las corrientes rápidas y favorables y también evitan encontrarse con otros pájaros. Su rutina diaria dura 15 horas, volando 450 km. A mi parecer, un milagro de la naturaleza.

“Vuela, vuela, vuela golondrina, vuelve del más allá. Vuelve desde el fondo de la vida, sobre la luz, cruzando el mar, cruzando el mar”.

En tierras gauchas

En una conversación con una de las personas que más conoce de aves en Salta, Javier Arias -del Ministerio de Cultura y Turismo- saltó a la luz que estas golondrinas también surcan suelo salteño. "Las golondrinas y los vencejos también son aves migratorias diurnas. Tal es el caso de la Golondrina Rabadilla Canela (Petrochelidon pyrrhonota), también conocida como Golondrina Campestrino, que proviene de Alaska, Canadá y EEUU, llegando aquí en primavera y verano, ubicándose en Salta, en el área chaqueña", dijo Arias dejando sentado que estas avecillas también visitan nuestra tierra. Arias también acotó que "el chaco salteño es muy amplio pero la zona de avistaje de estas golondrinas es en el departamento de Rivadavia, en Palma Chueca".

Estas brasitas azuladas vinieron recorriendo puntualmente 12.000 km desde Goya hasta California, a lo largo de más de 100 años. El 18 de febrero, como cada año, emprenden su vuelo de regreso a California para seguir en su eterna primavera.

Viaje de regreso

El vuelo comienza en Goya, sigue por los valles de los ríos Paraná y Paraguay, hasta el lago Mirin (límite entre Brasil y Bolivia), siguiendo las corrientes que producen las grandes masas de aire del sur que se mueven hacia el Ecuador. Después del lago Mirin, de cambiar de ruta hacia el oeste buscando los valles de Los Andes y por último el Ecuador, viajan a una altitud más alta para aprovechar las corrientes dinámicas de aire que se mueven hacia el Polo Norte. No cruzan Los Andes hasta que alcanzan el Golfo de México y por el Yucatán buscan el oeste y el Pacífico.

Vuelan a lo largo de la orilla de Baja California y entran en el valle.

Néstor Macía es ingeniero, vive en Rosario de Santa Fe y tiene el hobby de investigar a las aves. Comentó al El Tribuno que las golondrinas Rabadilla Canela también dejan su huella por esos lugares y envío esta foto. Este gomero de la plaza España, sobre calle Rivadavia, es el árbol dónde tradicionalmente anidan en su paso hacia el norte en los meses de marzo.

¿De cuál especie hablamos

Haciendo averiguaciones aquí y más allá, El Tribuno tuvo la posibilidad de que Ramiro Arrieta, bibliotecario de BirdLife International en Argentina, nos cuente un poco respecto del tipo de golondrinas que se avistan en Goya. Esta es su descripción:

  • El nombre de esta golondrina es Rabadilla Canela.
  • Se cría en América del Norte, desde el oeste al centro de Alaska y Canadá, sur y noroeste de México y en todo EEUU.
  • Mide entre 13 y 15 cm.
  • Tiene la frente de color blanca, corona y dorso azul oscuro que se mezclan con color canela, alas y cola marrón oscuro.
  • Se reconocen 4 subespecies.
  • Su canto es un suave gorgojeo.
  • Otro dato importante es que algunos estudios la filopatria de esta especie ya que la mayoría de las aves de un año de vida, tienden a volver a su sitio de nacimiento.
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