El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, admitió ayer que la Argentina perdió el autoabastecimiento energético, pero dijo que se debe al aumento de la demanda, el crecimiento del consumo y el incremento de la producción industrial promovidos por el Gobierno nacional.
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El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, admitió ayer que la Argentina perdió el autoabastecimiento energético, pero dijo que se debe al aumento de la demanda, el crecimiento del consumo y el incremento de la producción industrial promovidos por el Gobierno nacional.
De Vido sostuvo que en el país “el valor final de las tarifas y precios de la energía, que incluye lo que abonan los usuarios y lo que aplica el Estado como subsidios, es el más bajo de la región”.
El funcionario salió así al cruce del exsecretario de Energía de la Nación Jorge Lapeña, quien fustigó al Gobierno después de que la Argentina perdiera la autosuficiencia energética en 2010 y quedara, desde entonces, obligada a importar combustibles por miles de dólares para satisfacer su demanda interna.
“Hablar de autoabastecimiento energético con 54 por ciento de pobreza, 25 por ciento de desocupación y las tarifas más caras del mundo es faltarle el respeto a la inteligencia de los argentinos”, dijo De Vido, en alusión a lo ocurrido durante el gobierno de Fernando de la Rúa.
Remarcó que “aunque le preocupe a Lapeña, la demanda de energía aumenta porque este es un modelo que pone el eje en el consumo, en el fortalecimiento del mercado interno, porque en ese círculo virtuoso aumenta el empleo y la producción industrial, que es posible porque el valor final de las tarifas y precios de la energía es el más bajo de la región”.
“Eso es lo que explica que desde 2003 los hogares de la Argentina han duplicado su consumo, que a su vez es cuatro veces el de Brasil; indiscutiblemente este es un indicador de una mejor calidad de vida, como lo es el incremento del 40 por ciento de la demanda de gas residencial”, agregó.
De Vido manifestó que “es un argumento falaz o lisa y llanamente una ficción, sostener que nuestro país en el 2003, con la industria quebrada por falta de competitividad, millones de compatriotas excluidos, la mitad de los hogares sin gas natural y 11 provincias desconectadas del sistema, tenía autoabastecimiento”.