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Sudáfrica llora a Mandela y los suyos se pelean por su fortuna

Lunes, 09 de diciembre de 2013 01:45

Sudáfrica rinde homenaje a Nelson Mandela, el primer presidente negro de ese país, premio Nobel de la Paz y representante de la universalidad de los derechos civiles. Pero los suyos están en el medio de una batalla familiar, tironeados por la fortuna del líder que quieren controlar.

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Sudáfrica rinde homenaje a Nelson Mandela, el primer presidente negro de ese país, premio Nobel de la Paz y representante de la universalidad de los derechos civiles. Pero los suyos están en el medio de una batalla familiar, tironeados por la fortuna del líder que quieren controlar.

No se trata de un patrimonio pequeño, ya que el clan está involucrado en 110 compañías. Datos oficiales muestran vínculos con minas, ingeniería civil, marcas de vino y ropas, restaurantes. Los beneficios de la imagen de Madiba, además de un selectivo parque inmobiliario que incluye casas en los mejores barrios de Johannesburgo, también es parte del deseo de exesposas, hijos y nietos.

El negocio es tal que hasta se vendió un reality show. Protagonizado por sus nietas y emitido por la televisión estadounidense, muestra su vida de ensueño por las mejores tiendas bares y restaurantes de Sudáfrica y, de paso, las visitas a la prisión de Robben Island con las cámaras para honrar la memoria de su abuelo, que cumplió allí 18 de los 27 años de su condena.

La disputa económica tiene varios años y se agudizó cuando Mandela, ya enfermo, no tenía fuerzas para imponer el orden. El que descubrió el tema fue Mac Maharaj, hoy portavoz del Consejo Nacional Africano (CNA) e íntimo amigo del líder desde hace 50 años, desde los tiempos de la lucha contra el apartheid.

El problema es que los Mandela no son una unidad, son un clan partido en dos. Por un lado está la rama que lidera una de sus hijas, Makaziwe, y, por otro, está el que lidera su nieto Mandla. En realidad, la división, pese a que Makaziwe es hija de la primera esposa, Evelyn, parece más entre la estirpe de Winnie Mandela, de la que forman parte también las hijas Zindze y Zenani, y el resto.

En el medio, está Gra‡a, la viuda y mujer más importante de Africa, como se la presenta en este continente, por ser también viuda del libertador y presidente de Mozambique, Samora Machel. La mujer, millonaria también por herencia en su país natal, parece que es la única que no necesita la fortuna. Algo que los familiares nunca creyeron.

La disputa entre estos irreconciliables bandos viene de lejos. La parte procedente de Evelyn cree que no ocupan el lugar que les corresponde. Ellos son los primeros y, por tanto, los únicos legítimos, dicen; pero la fama de Winnie los relegó a un segundo plano. “La segunda familia cree ser dueña de mi abuelo”, explicó la nieta mayor de Madiba, Ndileka.

Mandela reconoció no haber estado con los suyos, involucrado siempre en una vida política que le llevo a esconderse para crear el grupo armado del CNA, a la cárcel y a una presidencia que no le permitía tener tiempo para su familia.

Los sudafricanos bailan y cantan en honor a Madiba

Los sudafricanos rezaron, cantaron y bailaron en honor a Nelson Mandela. Fue ayer, en el primer día de una semana de duelo oficial que finalizará con su entierro, el próximo domingo. La gran iglesia católica Regina Mundi de Soweto, el antiguo gueto negro que fue el centro de la resistencia al apartheid, estaba casi llena para la primera misa del día.

El sacerdote Sebastian Rossouw llamó a sus fieles a orar por Mandela, “una luz en la oscuridad”, destacando su humildad y su capacidad para perdonar. Sin embargo, “como todos los seres humanos, Madiba no era perfecto”, dijo el cura, llamando a Mandela por su nombre de clan, como a menudo hacen los sudafricanos de manera afectuosa. Frente a la iglesia rezaban los feligreses que esperaban la segunda misa del día. No se escuchaban llantos.

Olga Mbeke recordó la época violenta del apartheid. “Durante nuestros mitines aquí rezábamos por los combatientes, incluyendo a Mandela. Luchó por nosotros, ahora debe encontrar el descanso. Oramos por la paz de su alma”, dijo.

El sábado, el presidente Jacob Zuma pidió a los sudafricanos que participen en la jornada nacional de plegaria y de reflexión. “Debemos, aunque lloremos, cantar con la voz más fuerte posible, bailar y hacer lo que queramos hacer, para celebrar la vida de este revolucionario excepcional que mantuvo vivo el espíritu de libertad y nos condujo hacia una nueva sociedad”, exclamó Zuma. Los homenajes comenzaron cuando se anunció el fallecimiento del premio Nobel de la Paz de 1993.

 

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