Iván Delfino puso el tema en el tapete: a Juventud Antoniana le falta definición. El DT del santo criticó la falta de contundencia para explicar, en gran parte, el porqué el equipo se volvió con las manos vacías desde Tucumán, donde el sábado perdió 1-2 frente a San Martín. Y tiene razón, aunque ese no es el único mal que afectó al equipo en el torneo; pero sí, en estas últimas fechas, es la deficiencia que más se siente.
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Iván Delfino puso el tema en el tapete: a Juventud Antoniana le falta definición. El DT del santo criticó la falta de contundencia para explicar, en gran parte, el porqué el equipo se volvió con las manos vacías desde Tucumán, donde el sábado perdió 1-2 frente a San Martín. Y tiene razón, aunque ese no es el único mal que afectó al equipo en el torneo; pero sí, en estas últimas fechas, es la deficiencia que más se siente.
Si el santo convirtiera la cantidad de goles en igual medida que las oportunidades que se le presentan, es muy probable que hubiera sumado un par de puntos más. Y hoy no estaría sufriendo tanto con la clasificación.
El análisis llega cuando el técnico debe decidir si solicita a un volante o a un delantero goleador como cuarto refuerzo, para encarar lo que resta del torneo.
Si bien Enrique Triverio es el máximo artillero del equipo en esta temporada, con seis tantos, y es uno de los jugadores que ha tenido un rendimiento regular y parejo, su sola presencia no bastó para que Juventud disimule su baja efectividad en el arco contrario. Es que los volantes tampoco aportaron goles y eso agudiza la anemia ofensiva.
El santo es uno de los equipos que menos cantidad de goles convirtió en el torneo (también el que menos recibió), mucho menos de un gol por partido: contabiliza 18 tantos a favor, en 22 juegos.
La dirigencia también toma nota del asunto. Ni bien se consumó la derrota en Tucumán, la queja fue una sola. “Lo perdimos nosotros, no podemos errar tantos goles”, dijeron entre Marcelo Romero y Fernando Segura.
La definición se mejora con el trabajo, con los ensayos, pero también es cierto que es una virtud innata que poseen los goleadores. Hoy, Juventud no los tiene: Cristian Badaracco (está lesionado) y José Tabares quedaron lejos de serlo y solo Triverio puede salvarse de esta.