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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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No era Marita Verón la joven hallada en la ruta

Viernes, 08 de febrero de 2013 17:44

Una trabajadora tucumana, Mari Robles, de 55 años, se presentó al anochecer de ayer en Rosario de la Frontera y dio por terminada una especulación que realizaron todos los medios del país, luego que El Tribuno publicara en su edición de ayer, la fotografía de una joven que fue hallada deambulando por la ruta nacional 34 en las primeras horas del 21 de enero pasado y cuyo parecido con Marita Verón, la chica tucumana desaparecida hace 12 años y probablemente víctima de una red de trata de personas, es asombroso.

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Una trabajadora tucumana, Mari Robles, de 55 años, se presentó al anochecer de ayer en Rosario de la Frontera y dio por terminada una especulación que realizaron todos los medios del país, luego que El Tribuno publicara en su edición de ayer, la fotografía de una joven que fue hallada deambulando por la ruta nacional 34 en las primeras horas del 21 de enero pasado y cuyo parecido con Marita Verón, la chica tucumana desaparecida hace 12 años y probablemente víctima de una red de trata de personas, es asombroso.

“Ella es mi hija” aseguró la mujer, quien trajo entre sus pertenencias documentación que acredita la identidad de Nancy Natalia Robles, de 32 años, quien está alojada en el hospital Melchora Cornejo de la ciudad termal y está siendo tratada como paciente psiquiátrica.

Cuando la encontraron deambulando en medio de la oscuridad, solo dijo saber su nombre y edad, pero no pudo explicar de qué manera había llegado a ese lugar, ni de dónde provenía. Incluso llegó a decir “no se quién soy”.

Tras la publicación de El Tribuno y la difusión de su fotografía, las sospechas de que Nancy fuera Marita Verón, cundieron por todo el país. A tal punto que de inmediato, se trasladaron a Rosario de la Frontera los jueces de Instrucción Formal 1 y Correccional de Metán, Mario Herminio Teseyra y Sebastián Fucho, respectivamente; la fiscal Ana Inés Salinas y las asesoras de Incapaces Karina Singh y Marta García, recurriéndose, paralelamente, al Cuerpo de Investigadores Fiscales (CIF) del Ministerio Publico, a objeto de que sus científicos tomaran muestras genéticas de la joven para la realización de análisis comparativos.

De la misma manera y por otros medios, arribaron los abogados Carlos Garmendia, asesor legal de la Fundación Marita Verón, que lucha contra el flagelo de la trata de personas y un delegado especial del Ministerio de Justicia de la Nación, Silvio Mannino Leal.

Al anochecer hizo lo propio Mari Robles, quien aseguró que la chica “es mi hija”, confirmando que padece trastornos psiquiátricos y asegurando que “no es la primera vez que se va de casa. Ya fue hallada anteriormente en Buenos Aires, en una situación igual a esta. Yo hice la denuncia de su desaparición hace tres días (la última vez que la vio, supuestamente, fue el 20 de enero) y me enteré que estaba aquí por la fotografía publicada por el diario El Tribuno de Salta”.

De todos modos y pese a la seguridad con la que la mujer habló y la documentación que aportó, el juez Teseyra ordenó que se le hiciera un hisopado salival a objeto a que su ADN también fuera sometido a un examen comparativo.

Previo al desenlace de la historia, la madre de Marita Verón, Susana Trimarco, había descartado que fuera su hija (ver información en esta misma página).

No obstante, las autoridades médicas y judiciales a cargo del caso, habían hecho lo propio, puesto que, pese al parecido, Nancy Robles no presentaba huellas de haber sido sometida a una intervención quirúrgica jamás, lo que no ocurre con Marita Verón, que había dado a luz a una beba a través de una cesárea.

Por otra parte y por prescripción médica, las autoridades del nosocomio local, cuya gerencia ejerce el médico Emilio Alderete, quien hizo que la joven hallada fuese tratada como paciente esquizofrénica, no permitieron el encuentro físico entre madre e hija. “Hay que realizar un trabajo de preparación previo”, enfatizaron desde el establecimiento de salud sureño.

Se estima que el encuentro podría producirse hoy aunque eso deberá definirse.

 “La chica aparecida no es Marita Verón”

Las declaraciones de la madre de Marita Verón terminaron con las especulaciones que relacionaban la joven hallada en Rosario de la Frontera con la hija de Susana Trimarco, desaparecida en 2002.
“No es Marita”. Con esas palabras, Susana Trimarco descartó ante El Tribuno que la joven de 32 años aparecida en Rosario de la Frontera sea su hija. “Se trata de un nuevo caso de desaparición que la policía no dio a conocer ni notificó a su familia”, agregó la madre. En estos días, Trimarco y su nieta se encuentran en Córdoba.
Hace dos meses el tribunal que juzga el caso decidió absolver a todos los imputados, lo que generó un escándalo nacional y que terminó con renuncias en el gobierno de José Alperovich.
Durante la jornada se había especulado con que la joven aparecida sea Marita, pero eso quedó enterrado con las declaraciones de su propia madre.

 LA OPINION:

Saludable reacción social y otros temas pendientes

 Natalia Buira- Defensora Oficial Civil Nº 4

La aparición de una joven de 32 años hallada en la localidad de Rosario de la Frontera de la Provincia de Salta, provocó una saludable reacción social que demostró que la sociedad ha avanzado en la sensibilización y concientización en temas relacionados a la severa vulneración de derechos humanos fundamentales, como lo son la trata y la desaparición de personas.
 

Es de esperar que este avance en la concientización de la sociedad sea acompañada por el trabajo comprometido de los poderes del Estado, aunque es bien sabido que el narcotráfico, el tráfico de armas y la trata de personas son delitos que se realizan contando con la colaboración por acción o por omisión de funcionarios públicos de los distintos organismos estatales.
 

La figura de Susana Trimarco, madre de la joven desaparecida en el año 2002, Marita Verón, y la organización de la sociedad civil que la misma formó “Fundación María de los Angeles” y que a la fecha ha logrado recuperar de las redes de trata a numerosas jóvenes y que también presta asistencia a las mismas, lo cual le ha valido reconocimiento tanto nacional como internacional, lo que hace es poner de relieve y resaltar la inacción estatal en materia de lucha contra la trata de personas y en materia de protección y asistencia a las víctimas de este delito.
 

La aparición de una joven en Rosario de la Frontera también nos debe llevar a reflexionar sobre la desaparición de personas en plena democracia. La desaparición de personas fue llevada a cabo por la dictadura militar que gobernó nuestro país hasta el retorno a la democracia en 1983, pero debemos advertir que no es propia únicamente de regímenes de facto sino también lo es de democracias endebles que sólo son formales, pero no reales, porque una democracia real es la que garantiza el respeto de los derechos humanos, derechos humanos que se violentan severamente con la desaparición de personas.
 

Que el avance de la conciencia en la sociedad requiera de los gobernantes -que tienen una gran deuda en esta materia- que se comprometan seriamente con los derechos humanos.

 

 

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