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Ramón: ?Estamos muy felices de volver a Salta?

Sabado, 23 de marzo de 2013 19:54

A pesar de las turbulencias, de los clásicos resignados, de las glorias ajenas y del triste descenso; de los planteles “muletto” y hasta de cierta indiferencia hacia el fervoroso hincha del interior del país, River demuestra ser un grande y dejar estelas de fuego por cada lugar que pasa. Lo demostró haciendo explotar estadios en la B Nacional, también lo hace cada vez que viene a Salta o visita cualquier región de un norte que supo acunarlo como propio desde aquella vigente idolatría hacia el Burrito Ortega.

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A pesar de las turbulencias, de los clásicos resignados, de las glorias ajenas y del triste descenso; de los planteles “muletto” y hasta de cierta indiferencia hacia el fervoroso hincha del interior del país, River demuestra ser un grande y dejar estelas de fuego por cada lugar que pasa. Lo demostró haciendo explotar estadios en la B Nacional, también lo hace cada vez que viene a Salta o visita cualquier región de un norte que supo acunarlo como propio desde aquella vigente idolatría hacia el Burrito Ortega.

El plantel millonario, que enfrentará esta tarde al seleccionado salteño en un amistosos de lujo, a las 16, en el Padre Martearena, fue recibido con el caluroso afecto de los salteños anoche en su arribo al aeropuerto de nuestra ciudad, y mucho más cuando pisó el famoso hotel cinco estrellas de calle Balcarce que le brinda estadía por estas horas a Ramón Díaz y compañía.

A las 20.50 aterrizó el grupo millonario a la terminal aérea salteña, encabezado por su mediático entrenador y por el vicepresidente segundo de la entidad de Núñez, Omar Solazzi, quien llegó en representación del titular Daniel Alberto Passarella. Además del cuerpo técnico del Pelado, conformado por Marcelo Pichi Escudero y Emiliano Díaz -hijo de Ramón-.

Además del brillo con luz propia del técnico de River, dueño de un particular carisma con el que se robó todo el protagonismo, la atención de los hinchas y curiosos también se posó en el arquero Leandro Chichizola, en los mediocampistas Manuel Lanzini y Juan Manuel Iturbe; y en el delantero Rogelio Funes Mori, las caras más conocidas de un River que presentó una composición mayoritariamente juvenil para venir a Salta, teniendo en cuenta que el agravante de las lesiones sufrido en los últimos días impidió jerarquizar aún más el espectáculo previsto para esta tarde en el césped del estadio mundialista.

“Estamos felices de volver a Salta, donde siempre nos tratan muy bien”, fueron los escuetos conceptos de un cordial Ramón Díaz en el breve contacto que mantuvo con El Tribuno antes de subirse al micro que los trasladó al hotel. El “millo” llegó a nuestra provincia con un retraso de 40 minutos, por lo que los jugadores y el DT se dirigieron sin preámbulos hacia el micro dificultando el mayor contacto con los hinchas, que se las ingeniaron para conseguir los infaltables “trofeos de guerra”, llámense autógrafo o foto con sus ídolos y referentes.

A su llegada, Ramón y el vice Solazzi recibieron de manos del secretario de Deportes, Federico Abud, unos vinos salteños y el tradicional poncho autóctono como gesto de cordialidad.

 

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