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Inician acción penal a los responsables del jardín del niño que está en coma

Sabado, 09 de marzo de 2013 12:23

La flamante y a la vez cuestionada fiscal Penal 6, Gabriela María Buabse, promovió ayer una causa penal por abandono de personas en contra de los responsables del Centro de Desarrollo Infantil “Mi Refugio”, ubicado en el barrio 2 de Abril, en el este de la capital salteña.
En ese centro costeado con dinero público un jardinerito de cuatro años sufrió un inexplicable y aún no investigado accidente, tampoco no denunciado oportunamente por el personal docente y los responsables de la tutela de doce menores asistentes a esa sala el día de la tragedia.
Tras una supuesta caída Elián Mamaní se desvaneció, siendo acostado por la maestra en una cama.
Jamás llamaron al Samec ni se comunicaron con la policía, distante a solo 150 metros del lugar.
Por todo lo contrario se limitaron a localizar a la madre, a quien entregaron a las 14.15 del día 28 de febrero a su pequeño desvanecido. El chico, según su madre, ya se hallaba en coma.
Elián fue operado de urgencia de un coágulo cerebral y permanece desde entonces en terapia intensiva de la Clinica Güemes, con respiración asistida.
Ayer, tras la denuncia pública efectuada por sus familiares, a través de las páginas de El Tribuno, los resortes de la Justicia comenzaron a funcionar de inmediato, sobre todo después que la madre del pequeño concurriera a la comisaría 1, donde denunció el bárbaro episodio que mantiene a su hijo inconsciente y en riesgo de vida.
Poco después, la atribulada madre denunció públicamente una cadena de ocultamiento, presiones ejercidas sobre ella y su familia para que no diera estado público al escandaloso accidente y falta de información acerca de la mecánica y las circunstancias del mismo.
Ayer, en una consulta telefónica Mirian Mamaní aseguró que su hijo evoluciona milagrosamente, que ya salió del coma profundo pero que aún no despierta. “Su situación neurológica es incierta”, dijo.
Los médicos me informaron que hay que esperar a que despierte para ver cuál es realmente el cuadro que presenta, a partir de allí se verán cuales son los caminos más acertados hacia su total rehabilitación, que es lo que más anhelo en este momento.
La mujer aseguró que durante más de una semana esperó alguna respuesta oficial sobre las características del accidente, pero que fue en vano.
“Me trajeron dos cajas de leche, una bolsa de pañales y las toallas descartables, esa fue la contención que recibimos”, dijo indignada.
“Lo peor fue que salieron a decir por televisión que hicieron todo correctamente, que el chico fue asistido como ordena el protocolo”.
Eso me indignó, porque a mí me llamaron por un golpecito y me entregaron a mi hijo en coma, junto con una planilla para que lo internara en la Clínica.
Yo lo cargué hasta mi casa, le cambié la ropa, caminé cinco cuadras hasta la avenida con Elián desvanecido en brazos, junto a una vecina, para finalmente abordar un remise que nos trajo hasta la clínica.
A eso llaman protocolo ¡Por Dios!.
Pero si eso fuera poco, durante la semana que permanecí en silencio sufrí el acoso de toda clase de funcionarios para que callase lo del accidente. ‘Se va a poner bien, no te va a faltar nada y qué se yo’, me decían.
Ayer, con todo el dolor que tengo sufrí otra vez la presión. Esta vez fue la supervisora del programa Lucía Miranda quien me reclamó airadamente por qué los había denunciado. Le respondí: porque Elián exige Justicia.

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La flamante y a la vez cuestionada fiscal Penal 6, Gabriela María Buabse, promovió ayer una causa penal por abandono de personas en contra de los responsables del Centro de Desarrollo Infantil “Mi Refugio”, ubicado en el barrio 2 de Abril, en el este de la capital salteña.
En ese centro costeado con dinero público un jardinerito de cuatro años sufrió un inexplicable y aún no investigado accidente, tampoco no denunciado oportunamente por el personal docente y los responsables de la tutela de doce menores asistentes a esa sala el día de la tragedia.
Tras una supuesta caída Elián Mamaní se desvaneció, siendo acostado por la maestra en una cama.
Jamás llamaron al Samec ni se comunicaron con la policía, distante a solo 150 metros del lugar.
Por todo lo contrario se limitaron a localizar a la madre, a quien entregaron a las 14.15 del día 28 de febrero a su pequeño desvanecido. El chico, según su madre, ya se hallaba en coma.
Elián fue operado de urgencia de un coágulo cerebral y permanece desde entonces en terapia intensiva de la Clinica Güemes, con respiración asistida.
Ayer, tras la denuncia pública efectuada por sus familiares, a través de las páginas de El Tribuno, los resortes de la Justicia comenzaron a funcionar de inmediato, sobre todo después que la madre del pequeño concurriera a la comisaría 1, donde denunció el bárbaro episodio que mantiene a su hijo inconsciente y en riesgo de vida.
Poco después, la atribulada madre denunció públicamente una cadena de ocultamiento, presiones ejercidas sobre ella y su familia para que no diera estado público al escandaloso accidente y falta de información acerca de la mecánica y las circunstancias del mismo.
Ayer, en una consulta telefónica Mirian Mamaní aseguró que su hijo evoluciona milagrosamente, que ya salió del coma profundo pero que aún no despierta. “Su situación neurológica es incierta”, dijo.
Los médicos me informaron que hay que esperar a que despierte para ver cuál es realmente el cuadro que presenta, a partir de allí se verán cuales son los caminos más acertados hacia su total rehabilitación, que es lo que más anhelo en este momento.
La mujer aseguró que durante más de una semana esperó alguna respuesta oficial sobre las características del accidente, pero que fue en vano.
“Me trajeron dos cajas de leche, una bolsa de pañales y las toallas descartables, esa fue la contención que recibimos”, dijo indignada.
“Lo peor fue que salieron a decir por televisión que hicieron todo correctamente, que el chico fue asistido como ordena el protocolo”.
Eso me indignó, porque a mí me llamaron por un golpecito y me entregaron a mi hijo en coma, junto con una planilla para que lo internara en la Clínica.
Yo lo cargué hasta mi casa, le cambié la ropa, caminé cinco cuadras hasta la avenida con Elián desvanecido en brazos, junto a una vecina, para finalmente abordar un remise que nos trajo hasta la clínica.
A eso llaman protocolo ¡Por Dios!.
Pero si eso fuera poco, durante la semana que permanecí en silencio sufrí el acoso de toda clase de funcionarios para que callase lo del accidente. ‘Se va a poner bien, no te va a faltar nada y qué se yo’, me decían.
Ayer, con todo el dolor que tengo sufrí otra vez la presión. Esta vez fue la supervisora del programa Lucía Miranda quien me reclamó airadamente por qué los había denunciado. Le respondí: porque Elián exige Justicia.

La ministra esquivó el tema

La ministra María Pace no reconoció errores o negligencia en el caso del jardín Mi Refugio, tampoco dio explicaciones al respecto y prefirió huir raudamente de una movilera que la entrevistaba, sin emitir ninguna respuesta. El desplante tomó ayer estado público de inmediato y provocó un sinnúmero de comentarios adversos en la web.
La ministra de Derechos Humanos, Maria Pace, sostuvo que el pequeño Elián Mamaní recibió asistencia social apenas ocurrió el accidente en el Centro de Desarrollo Infantil del barrio 2 de Abril, cerrado ayer por orden de su ministerio. Sin embargo, los familiares del pequeño mostraron la otra cara de una historia dolorosísima.
 

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