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?El liderazgo de Chávez se acerca al de Perón y Getulio Vargas?

Sabado, 09 de marzo de 2013 22:40

“El liderazgo de Brasil más bien tiene que ver con lo que representa como la máxima economía latinoamericana”.

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“El liderazgo de Brasil más bien tiene que ver con lo que representa como la máxima economía latinoamericana”.

La muerte de Hugo Chávez ha provocado, como era previsible, una emoción popular enorme en Venezuela. También ha conmovido a la opinión pública internacional en particular a la región. Lo cierto es que su desaparición ha abierto un innumerable cantidad de interrogantes en cuanto a la continuidad del proyecto y los pasos a seguir de la región.

En este marco, es que El Tribuno conversó en exclusiva, con Alejandro Groppo, decano de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Católica de Córdoba e investigador especializado en Ideología y Análisis del Discurso.

¿Qué significancia tiene la muerte de Chávez para Venezuela y Latinoamérica?

Chávez mismo ha sido un fenómeno político y social en América Latina. Lo más pertinente para decir dado es que los liderazgos políticos en las democracias contemporáneas son tan importantes pero también tan escasos. Así que es correcto plantear la idea de cuanto le cuesta a una región o cuanto trabajo previo le lleva a una región producir un líder que trasciende las fronteras como el de Chávez. Son liderazgos muy excepcionales como Perón en su momento, como Getulio Vargas y en este siglo como Chávez. Entonces, la desaparición de un líder carismático y que trascendió las fronteras de América Latina es muy importante. Primero por la dificultad de su reemplazo y luego por la dificultad de esa sociedad para mantener las promesas y el imaginario que encaró ese liderazgo.

Usted habla de un liderazgo como el de Perón o Vargas y en una de sus publicaciones hace referencia a que el peronismo y el varguismo representaron los movimientos políticos de mayor envergadura en la región. ¿Se lo puede comparar con le chavismo?

Me parece que tuvieron puntos de contactos con el populismo clásico o con el populismo de mediados del siglo XX. Los puntos de contacto tienen que ver con una centralidad de la política social con forma de la política pública. El segundo elemento, un discurso fundamentalmente integrador, inclusivo de sectores que antes estaban excluidos y permanecían no representado en la escena pública. Tal vez, el elemento diferenciador que más destaca a Chávez es un liderazgo populista pero en un contexto globalizado con un discurso mucho más integracionista, con un discurso latinoamericano que no estaba tan presente en los liderazgos populistas del siglo XX. Ese sería un elemento distintivo de Chávez.

Generalmente se le da una connotación negativa al populismo, asociándolo a lo banal, al asistencialismo. ¿En este caso como relacionamos este concepto con Chávez?

Personalmente me enrolo dentro de una tradición histórica que plantea una visión positiva del populismo, distinto a esas corrientes que usted bien hace referencia. El populismo para nosotros es una dimensión de la política necesaria, es la creación de los sujetos políticos en contexto de exclusión. En este marco toda política democrática en principio siempre tiene elementos populistas. La democracia es precisamente la inclusión de sectores para la expansión de derechos. Así, Chávez con su discurso populista produjo un importante nivel de adhesión por parte de sujetos actores, que antes estaban a la deriva, desenganchados de cualquier proceso identatario.

¿Se puede hablar de una nueva etapa en Venezuela y Latinoamérica?

Yo no estaría tan seguro de hablar de una nueva etapa. Venezuela ahora tiene un desafío muy importante, como sociedad y como sistema político. Primero debe lograr estabilizar el sistema político más allá de la figura de Chávez. Es esto lo que se denomina la reutilización del carisma. Poder, en el caso de los chavistas y el Gobierno manteniendo las políticas, el proyecto de Chávez sin la presencia de Chávez. Y el desafío de la oposición va a ser el de ofrecer una propuesta alternativa, lo suficientemente creíble como para que la sociedad pueda de alguna manera entender que son una alternativa. De alguna manera ya lo demostró Capriles, quién no se mostró como un opositor radicalizado al chavismo. Fue un adversario político. En su discurso electoral del año pasado bien mantenía lazos de contacto y mantenía una especie de continuidad con el legado del chavismo.

¿Como se continúa un proceso con grandes conquistas sociales y sin la presencia de un liderazgo tan marcado?

El liderazgo es constitutivo de la democracia. Es un error pensar que la democracia se juega solo en el meandro de las instituciones republicanas liberales. Los liderazgos son fundamentales para la democracia. Primero porque ya han mostrado en el mundo mayor capacidad de generar cambios sociales. En segundo lugar son los modelos políticos con liderazgos fuertes los que han generado transformaciones sociales más durareras. Por supuesto, luego va a ser un desafío de esas sociedades poder mantener esas transformaciones. Parte del legado de la concepción republicana liberal cree que el liderazgo es algo negativo o peligroso para la democracia porque se confunde con el personalismo, con el individualismo del líder, Para nada. Estados Unidos vive en democracia y el liderazgo de Obama es muy marcado. Todas las democracias europeas de posguerra han podido salir de la crisis de la segunda guerra mundial a partir de liderazgos fuertes.

¿Es correcta la homologación que hacen algunos analistas entre las políticas del kirchnerismo y Venezuela?

En algunos puntos si y en algunos puntos no. Como todo proceso político hay puntos de contactos y otros de diferencia. Por supuesto que el liderazgo de Chávez tiene elementos que son particulares a la especificidad venezolana caribeña. Por ejemplo todavía hay una fuerte militarización en la sociedad venezolana. Eso no se da en la Argentina. El segundo punto de diferencia es que la matriz productiva de ambos países es muy diferente. Venezuela sigue teniendo una economía petrodependiente. Argentina no tiene una economía dependiente de un solo producto. Tiene una mayor diversificación productiva. Y en tercer lugar las sociedades son diferentes. La sociedad argentina es mucho más diversificada. Con una clase media mucho más amplia y con una vitalidad en la sociedad civil mucho más rica. Mientras que la sociedad venezolana sigue siendo muy fragmentada a nivel social. Dado esas características, Venezuela está más militarizada y la división social es mucho más profunda de la que tiene la Argentina.

Esta militarización marcada de la que usted habla tiene que ver con la fuerte polarización en Venezuela...

Es un componente de la polarización. La polarización es una polarización social. Venezuela es una sociedad que se comienza a fragmentar socialmente una vez que se rompe lo que se llamó el pacto del “Punto fijo”. Fue un acuerdo que durante veinte años en la época de posguerra los dos principales partidos le dieron estabilidad institucional a la democracia venezolana. Se alternaban de manera acordada en el poder. Generaron una estabilidad institucional que fue muy reconocida en América Latina. Pero luego, esa estabilidad no pudo evitar la fragmentación social, no pudo cambiar la matriz productiva petrodependiente y tampoco pudo superar la polarización social entre ricos y pobres. En ese contexto es que en asume Chávez. En una situación de “apartheid” social de extrema segregación social y económica y de gran fragmentación estructural de la sociedad. Por otro lado asume luego de la década del noventa en un proceso que se había dado después del Caracazo hasta el año '98 de un proceso de gran fragmentación del sistema político. Desaparece el sistema de partidos, se desmembra. Por lo tanto, el liderazgo de Chávez se explica en ese contexto. Es un liderazgo cohesivo, centralizador que homogeneiza el sistema político. Un proceso de notable inclusión de sectores excluidos.

¿ Y en Latinoamérica cómo se suplanta a quien era el líder de la región?

En términos de la política internacional es muy claro que Brasil va a comenzar a ocupar ese rol en la política estratégica. Ocupará un rol cada vez más preponderante en la política internacional latinoamericana que en algunos puntos, específicamente en la cuestión de la Unasur y Mercosur, y Celac. Hoy claramente la desaparición física de Chávez implica a un Brasil más comprometido con la región cada vez asumiendo roles estratégico regionales como el que esta asumiendo ahora. Brasil debe proteger la estabilidad institucional en Venezuela armando una coalición para evitar un posible golpe de Estado y un posible intento de desestabilización social. Ese va a ser el rol de Brasil que va a tener en los próximos diez años.

¿Pero el liderazgo se personificará en Dilma Rousseff?

El liderazgo más bien tiene que ver con lo que representa Brasil como la máxima economía latinoamericana.

El populismo de Perón y Vargas

A Getulio Vargas se lo suele comparar con Juan Domingo Perón. En parte, porque ambos gobernaron en el mismo período de tiempo entre 1950 y 1954. Pero también porque cada uno se ocupó de dotar a su país de bases industriales y relativa independencia energética.

A diferencia de Perón, que fue derrocado por un golpe militar, Vargas optó por suicidarse ante la amplitud de la feroz campaña en su contra a lo largo de 1954.

En agosto de ese año, el entonces presidente brasileño, abrumado por las enormes presiones y abandonado por amigos y compañeros, se pegó un tiro en el pecho.

Según los historiadores brasileños, cuando se supo de la muerte, la población salió a las calles a protestar contra “los enemigos del padre de los pobres”.

Hubo entonces batallas callejeras, incendios de edificios de los diarios opositores a Vargas y se llegó a apedrear la embajada norteamericana. Por entonces, la capital era Río de Janeiro. Como Perón, el brasileño Getulio Vargas se declaró neutral ante el ascenso del fascismo en Europa. En 1945 Vargas fue derrocado del gobierno que había asumido, en forma constitucional, en 1934.

Volvió a gobernar el país en 1950.

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