Un centenar de chicos del barrio Norte Grande, acompañados por sus padres y abuelos, soplaron las velitas del cumpleaños número 57 del muñeco Pepito. Los verdaderos protagonistas fueron los niños cuya espontaneidad es el origen mismo de la existencia del muñeco más famoso de Salta. Familias completas compartieron una jornada de alegría que empezó a las 11 y se extendió hasta entrada la tarde.
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Un centenar de chicos del barrio Norte Grande, acompañados por sus padres y abuelos, soplaron las velitas del cumpleaños número 57 del muñeco Pepito. Los verdaderos protagonistas fueron los niños cuya espontaneidad es el origen mismo de la existencia del muñeco más famoso de Salta. Familias completas compartieron una jornada de alegría que empezó a las 11 y se extendió hasta entrada la tarde.
A pesar de que el “amiguito” de Rodolfo Aredes ya está pisando las seis décadas, mantiene la calidez, la inocencia y la sinceridad que caracteriza a los más pequeños.
Entusiasmo y diversión fueron los sentimientos que primaron durante la celebración, llevada a cabo en el corazón de la populosa barriada. No faltaron los juegos, los globos, la magia y el entretenimiento. Uno de los momentos más emotivos fue el que se vivió en momentos en que Pepito sopló las 57 velitas que adornaron dos grandes tortas, preparadas con mucho cariño por el personal de la Panadería Social de la Municipalidad. Hubo golosinas y juguetes aportados por empresas salteñas, la Cooperadora Asistencial y los vecinos.
“Es increíble que las abuelas, las madres y sus hijos, todos por igual se diviertan, conozcan y sientan como parte de sus familias al muñeco Pepito. Ese es el resultado de una larga trayectoria compartiendo los momentos más importantes de los sectores populares. Grandes y chicos saben del compromiso del muñeco con los niños” comentó Liliana, una vecina que se acercó a curiosear.
A este merendero asisten diariamente unos 85 niños. Pero más allá de brindarles parte de la alimentación diaria, apunta a generar un espacio de contención y recreación para alejarlos de los peligros de la calle. Con ese fin funciona allí una escuela deportiva dirigida por Jorge Antonio Corimayo. “A través de la enseñanza del boxeo buscamos inculcar a los chicos los valores del esfuerzo, la dedicación e incentivarlos a practicar deportes. Se trata de pilares imprescindibles para su buen desarrollo y que les permitirá adquirir una disciplina que les será útil en todas las etapas de la vida y en todo lo que emprendan”, contó Corimayo.
“Lo reconocí y me emocioné”
El boxeador profesional Jorge Corimayo, quien dirige la escuela de boxeo en Norte Grande, contó a El Tribuno que este festejo del cumpleaños 57 del muñeco Pepito surgió espontáneamente. Recordó que “hace algunos días, Rodolfo Aredes se acercó al merendero y se sentó con los chicos. Cuando entré y lo vi, lo reconocí de inmediato y me emocioné”.
Jorge pasó sus primeros años en hogares para niños y uno de sus grandes ídolos fue Aredes, a quien acostumbraba brindar espectáculos infantiles durante los festejos del Día del Niño. “Yo lo admiré siempre y tenerlo aquí, sentado en el merendero me alegró la vida. Comenzamos a charlar y al cabo de unos cinco minutos decidimos organizar esta fiesta. Fue totalmente espontáneo”.
Hoy, con 32 años, Corimayo se regocija cada vez que ve actuar a Pepito y no dudó en subirse al escenario y oficiar de secretario, un sueño que hizo realidad.