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Por la sequía, el campo pierde miles de millones y pide ayuda para salvarse

Sabado, 27 de abril de 2013 16:03

La sequía hizo metástasis en la mayoría de los campos salteños donde crecen soja, maíz y maní. Es tan brava que los daños afectaron también al poroto y tocan inevitablemente a la ganadería porque las reservas forrajeras comienzan a agotarse. Las pérdidas millonarias, estimadas oficialmente en más de $2.130 millones, le dan relieve a lo que está sucediendo y a las grietas que la falta de lluvias dejará a la producción agropecuaria de los departamentos La Candelaria, Metán, Anta, General Güemes, Rosario de la Frontera, Rivadavia y San Martín.

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La sequía hizo metástasis en la mayoría de los campos salteños donde crecen soja, maíz y maní. Es tan brava que los daños afectaron también al poroto y tocan inevitablemente a la ganadería porque las reservas forrajeras comienzan a agotarse. Las pérdidas millonarias, estimadas oficialmente en más de $2.130 millones, le dan relieve a lo que está sucediendo y a las grietas que la falta de lluvias dejará a la producción agropecuaria de los departamentos La Candelaria, Metán, Anta, General Güemes, Rosario de la Frontera, Rivadavia y San Martín.

Registros de una situación similar hay, pero de hace 30 años. En el interior ya se advierte que sin ayuda financiera no se podrá volver a sembrar, que este año será imposible cumplir con las obligaciones tributarias y que Salta perderá productores si la situación no cambia.

El Gobierno provincial anunció la pronta declaración de la emergencia y/o desastre, dependiendo del nivel de daño que la sequía haya provocado, medida que el sector valora a pesar de creerla insuficiente, por lo que espera también un guiño nacional y de los legisladores que representan a la provincia en el Congreso.

Las gestiones para que todos los estamentos conozcan la situación se hacen también en Buenos Aires y se profundizarán a nivel provincial. “Estamos tratando de bajar dinero para que los productores puedan volver a sembrar, no subsidios, sino créditos a doce meses con tasas bajas. Estamos advirtiendo que muchos van a quedar en el camino, estamos intentando contrarrestar esa situación que mucho depende de decisiones políticas”, dijo a El Tribuno el presidente de la Asociación de Productores de Legumbres del NOA, Natalio Iglesias.

Las pérdidas del valor bruto de la producción agrícola se cuantificaron por departamento, luego de un relevamiento realizado por técnicos de la Secretaría de Asuntos Agrarios de la Provincia, afectados y especialistas del INTA: a los exactos $2.133.246,200 que se obtienen al sumar todas las cifras, los productores de granos le agregan mil millones.

En el detalle que se elevó al organismo provincial el mes pasado, las cuentas se hacen tomando la superficie perdida, el rendimiento de tonelada por hectárea, las pérdidas en toneladas y el precio por esa misma cantidad. El panorama fue presentado en una reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria, grupo que luego envió al Ejecutivo el pedido para que se ampare a los afectados con beneficios impositivos que recién entrarán en vigencia cuando el gobernador firme el decreto correspondiente.

Para la Asociación de Productores de Granos del Norte (Prograno) las pérdidas no suman menos de $3.300 millones. Lisandro de los Ríos, gerente de la institución, coincide en que “todos los cultivos extensivos están sumamente afectados, al igual que las pasturas para ganadería. En muchos campos las pérdidas son totales, no habiéndose podido cosechar ni una hectárea”. El dirigente informó que se perdió el 80% de la soja y que los rindes cayeron en 600 mil toneladas.

De los Ríos anticipó que Prograno elabora con la Sociedad Rural Salteña una propuesta que en los próximos días elevará al Gobierno de la Provincia, “para que nos ayuden a sobrellevar esta situación, una de las más duras que vive el campo salteño”.

El presidente del CREA Bermejo, Ezequiel Vedoya, también hizo su análisis: “De toda la gama de cultivos extensivos que se hacen en la provincia, en cuanto a pérdidas, no se salva ninguno. Hasta la caña de azúcar, que tiene la opción de riego, está en muy malas condiciones. Hay pérdidas totales en cultivos de granos y las parciales superan en algunos casos el 80%”.

Otras cuestiones

Mientras los sectores afectados esperan que Juan Manuel Urtubey apruebe la declaración de emergencia, con lo que podrán gestionar el mismo estatus a nivel nacional, un grupo de dirigentes busca alternativas y aprovecha para recordar que la casi nula competitividad del campo salteño hoy se nota más por el desastre que está dejando la sequía.

Iglesias hizo mención al flete y a reclamos conocidos como retenciones, altos costos en dólares (los agroquímicos se encarecieron un 200% en dos años) y la presión impositiva. “Pedimos entre 350 y 400 pesos por hectárea productiva para volver a cultivar. El cuello de botella está en la competitividad. Si no somos competitivos, no podremos devolver lo que nos presten y no podremos volver a producir. Con un dólar a 5 pesos es imposible seguir, no somos rentables”, afirmó.

Dicen que los departamentos más afectados son Anta y los del norte salteño. En algunos casos se perdió hasta el 80% de la soja y el 50% del maíz, mucho poroto no se pudo sembrar por la falta de humedad en los suelos y al ganado le empieza a faltar comida.

En varios campos no se pudo cosechar ni una hectárea porque la falta de agua y las elevadas temperaturas mataron los cultivos; en otros se pudo salvar muy poco. A la situación se la veía venir desde enero.

 La situación de la ganadería

La ganadería también es víctima de la falta de lluvias porque el alimento para los animales comienza a escasear, tanto que los productores están desorientados y sin saber qué hacer para salvar la hacienda. Quieren evitar que el problema impacte en la próxima campaña de cría, provocando menores índices de preñez y destete.
En el informe elaborado por la Secretaría de Asuntos Agrarios de la Provincia también se hizo mención a una posible “gran mortandad de animales por desnutrición” y al mal estado corporal de los vientres.
La situación se repite en los mismos departamentos que en los que la sequía arrincona a la producción agrícola. La combinación falta de lluvias y altas temperaturas provocó lo que está pasando en campos del sur, norte y este salteño: en algunos casos, como en el departamento Rosario de la Frontera, el déficit de lluvias es de -279 milímetros, de acuerdo a los registros elaborados por el Aero Club de la ciudad cabecera; en Anta la ausencia de precipitaciones provocó una carencia de -88 milímetros.
“La sequía y las altas temperaturas ocasionaron un menor desarrollo de las plantas, una menor oferta forrajera total (aproximadamente el 50% de un año normal), un ciclo de aprovechamiento más corto y un menor volumen de raciones cosechadas por hectárea. Esto se evidenció más temprano aun que en la campaña anterior ya que a la fecha (hace referencia al mes pasado) casi no hay forrajes disponibles cuando esta situación se presentó en la campaña 2011 - 2012”, dice -en una parte- el informe elaborado por técnicos de la Secretaría de Asuntos Agrarios, en base a un relevamiento realizado por el INTA Joaquín V. González para todos los departamentos afectados.
La situación, advierten los técnicos, “impide realizar diferimientos o reservas forrajeras, lo que impactará directamente en el invierno y primavera. Por ello, la ganadería se verá muy comprometida en los próximos meses ya que las pasturas fueron prácticamente consumidas por la hacienda, entre un 90% y 100%. Esto está llevando a los productores a tomar decisiones drásticas”, como destetes anticipados, ventas de animales, reducción de rodeos y no retención de vientres, entre otras medidas.
 

Esperan la emergencia agropecuaria
 

El Gobierno de la Provincia anunció el lunes de la semana anterior que se declarará la emergencia agropecuaria para los productores que sufren las consecuencias de la sequía en siete departamentos salteños. Esperan el papel para iniciar ante la Nación el trámite que podría otorgarles, además, otros beneficios impositivos.
En el decreto que se espera firme el gobernador Juan Manuel Urtubey en los próximos días también se incluirá el reconocimiento para quienes fueron dañados por un alud en la localidad de Las Conchas (departamento Cafayate). Las lluvias provocaron la crecida de ríos y el arrastre de arena y piedras tapó hectáreas enteras de tomate, cebolla, comino, pimiento para pimentón y alfalfa.
Otro de los pedidos es para los productores afectados por un tornado que se registró, también en enero, en Apolinario Saravia. Al fenómeno se sumaron el granizo y la lluvia torrencial que dañó no solo cultivos (como el maní),sino también a invernaderos, galpones y tinglados.

“Tampoco habrá campaña de invierno”

La campaña gruesa en Salta es crítica. Los cultivos de soja, maíz y poroto enfrentan magras cosechas con rindes muy por debajo de lo esperado. La situación del maní tampoco es buena.

Hasta el sábado pasado, en soja y maíz, las pérdidas rondaban el 80% y el poroto presentaba una caída del 50%. Pero desde Prograno advirtieron que si no llueve en los próximos días se acelerará la pérdida de poroto.

El gerente de la institución, Lisandro de los Ríos, señaló a El Tribuno que “la declaración de la emergencia agropecuaria a nivel provincial no sirve como paliativo para los productores del sector ya que solo prorroga el pago de canon de riego y la totalidad de la producción extensiva de granos no se realiza con riego”. Sin embargo, destacó que “es condición indispensable para solicitar la emergencia agropecuaria a nivel nacional, donde ahí sí podrían prorrogarse los pagos de algunos impuestos nacionales o refinanciar créditos con el Banco Nación”.

El dirigente admitió que el sector no es optimista con la aprobación de la emergencia por parte del Gobierno nacional, “ya que no lo ha hecho en años anteriores, igualmente graves. Es un proceso muy largo y los posibles paliativos llegan con más de un año de demora”. En este punto recordó que el Ministerio de Agricultura de la Nación aún no convocó a la Comisión Nacional de Emergencia Agropecuaria para tratar los pedidos de 2012.

Caída de rindes

La cosecha gruesa viene de capa caída, muy caída. Se estima que los rindes en soja rondan entre los 400 y los 700 kilos por hectárea, cuando el rendimiento promedio histórico es de entre 2.500 y 2.700 kilos por hectárea. En el caso del maíz, en tanto, se estiman rendimientos de entre 2.000 y 2.500 kilos, siendo el promedio histórico de entre 5.000 y 6.000 kilos por hectárea. Se apuntó que la sequía también afectó la calidad de los granos.

De acuerdo a las últimas estimaciones de Prograno, realizadas la semana pasada, se perdieron 1,5 millones de toneladas de soja, 600 mil toneladas de maíz y entre 70 mil y 100 mil toneladas de poroto, lo cual representa una pérdida de alrededor de $3.300 millones. “Eso sin contar que tampoco habrá campaña de invierno (trigo y cártamo), por lo que el impacto para la economía local será muy fuerte, especialmente en los pueblos del interior que dependen casi exclusivamente del campo”, advirtió De los Ríos, quien advirtió sobre la situación del maní.

Ante este panorama, los productores salteños de granos dicen estar ante un serio riesgo de no tener la capacidad para seguir produciendo.

LAS OPINIONES

“Los pueblos del interior del país viven netamente de la producción agropecuaria, salvando a los que tienen industria. Pero nosotros estamos quedando del culo al campo”. El presidente de la Asociación de Productores de Legumbres del NOA, Natalio Iglesias, no usó eufemismos para graficar la situación que sufren los productores. Y sentenció que si las cosas siguen así el 25% quedará en el camino. 

En la Secretaría de Asuntos Agrarios se analiza la posibilidad de habilitar una nueva línea de crédito para subsidiar tasas, ayuda que sería únicamente para los afectados por la sequía. El titular del área, Lucio Paz Posse, informó que se fortalecerá un programa para los pequeños productores y que se asistirá a ese sector con forrajes y otros insumos. “Esta sequía es muy dura y estamos atentos a los productores”, dijo.
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El presidente del CREA Bermejo, Ezequiel Vedoya, dijo que “nadie sabe qué va a pasar. No hay capital de trabajo, se frenaron las inversiones y algunas empresas están reduciendo los jornales o echando personal porque no pueden mantener a la gente.
Es tristísimo. El interior se cae a pedazos y todavía no llegó lo peor.
En esto hay muchos responsables, empezando por el Gobierno nacional”.
 

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