Dijo estar en contra, pero votó a favor. Dijo que la iniciativa necesitaba cambios, pero acompañó al oficialismo.
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Dijo estar en contra, pero votó a favor. Dijo que la iniciativa necesitaba cambios, pero acompañó al oficialismo.
Quizás la gran diferencia entre haber sido concejal y hoy diputada nacional tenga que ver con la fuerza de sus conviccio es.
María Cristina Fiore Viñuales parece ser una mujer de convicciones fuertemente cambiantes. Su hasta ahora corta carrera política es un muestrario de saltos a un lado y al otro del espectro político, especulando siempre con obtener el mayor rédito personal, aún a costa de los del propio partido.
Esta semana la joven diputada nacional tuvo un alto protagonismo no solo en Salta, sino en todo el país, por integrar una lista de 12 legisladores que podían torcer la votación en la Cámara de Diputados de los proyectos de ley para “democratizar la Justicia” que impulsó el Gobierno nacional. Pero aquellos que esperaban de ella una actitud consecuente con su pensamiento o una defensa firme de su postura, encontraron más de lo mismo. Dijo estar en contra, pero votó a favor. Al hacer uso de la palabra dijo que la iniciativa necesitaba cambios, pero acompañó al oficialismo en la votación. Lo absurdo de su postura quedó reflejado en Twitter, donde llovieron comentarios sobre su intervención en la sesión del pasado miércoles, al punto de convertir su apellido en trend topic (uno de los 10 temas de los que mas se habla en esa red social) a nivel nacional. Quizás el tuit mas gráfico haya sido el de la diputada Patricia Bullrich que escribió: “Fiore dijo que no está de acuerdo con la partidización pero vota a favor! Qué vota a favor? Si ese es el corazón de la Reforma?”. Otro usuario de la red fue mas duro:
“Fiore Viñuales dio cátedra de como un Dip. Nac.se puede prostituir ideológicamente con el gobierno de turno”.
Esa dualidad expresada por Fiore no es nueva. La joven diputada dio sus primeros pasos en política en el Partido Renovador de Salta. Proveniente de una familia con militancia, rápidamente destacó entre sus pares, que visualizaban en ella un futuro promisorio. Fue candidata a concejal por su partido y accedió a una banca en el Concejo Deliberante capitalino. Desde allí supo proyectar una imagen de eficiencia y trabajo intenso. Su facilidad para comunicar y aparente solvencia legislativa la convirtieron rápidamente en protagonista del Legislativo Municipal, donde su posición crítica respecto del Ejecutivo le provocó más de un dolor de cabeza al intendente justicialista Miguel Isa.
“Si no puedes vencerlos, únete a ellos” afirma el refrán. Y Cristina Fiore lo tomó como su lema cuando el jefe comunal la tentó para un cargo en su Gobierno. Mientras Isa ganó por partida doble al atenuar las críticas en el Concejo y sumar a su equipo a una funcionaria con buena imagen pública; la por entonces concejal apostó a lograr una mayor exposición mediática, con la mirada puesta en su crecimiento político. Esa decisión, sin embargo, provocó una verdadera tormenta en el PRS, cuyos principales dirigentes no dudaron en calificarla de traidora. Hostigada por las fuerzas internas, la flamante Secretaria Comercial y de Participación Ciudadana decidió que era hora de cambiar de bando: renunció al PRS y se afilió al Partido Propuesta Salteña, fundado poco antes por varios renovadores históricos. Algunos meses más tarde, la política y el interés personal la traerían de vuelta.
En 2011 el frente gobernante en la provincia acordó integrar la lista de candidatos a diputados nacionales con un hombre del peronismo en primer término, una mujer del PRS en segundo y un representante del Frente para la Victoria en tercer lugar. El vicegobernador Andrés Zottos, presidente del Partido Renovador, no dudó entonces en ir a la Municipalidad de Salta en busca de su candidata. Fiore “medía” mejor que cualquiera de las otras mujeres reconocidas de ese partido, y lo de la afiliación al PPS era, en su opinión, un mero formalismo. Pese a las durísimas críticas y a la reacción indignada de la mayor parte de la conducción partidaria, Zottos impuso su parecer y Fiore fue primero candidata y luego elegida diputada nacional por Salta.
Pese al brillo que tuvo en el Concejo Deliberante y en la Municipalidad, en la Cámara de Diputados de la Nación Fiore casi no tiene protagonismo. Revisando la lista de proyectos de ley, de declaración y de resolución presentados por los legisladores nacionales en 2012, aparecen mencionados entre los 20 primeros los salteños Fernando Yarade, Alfredo Olmedo y Bernardo Biella. Fiore, sin embargo, brilla por su ausencia. El año pasado presentó ocho proyectos de ley, cinco de resolución y cinco de declaración. El más relevante de todos fue el que declaró feriado nacional el 20 de Febrero pasado en conmemoración de la Batalla de Salta. La joven de rulos prominentes tampoco aparece en la nómina de diputados que tuvieron asistencia perfecta, ni entre los que más hicieron uso de la palabra. Se podría decir que es una diputada “del montón”.
De hecho, desde su llegada al Congreso de la Nación la noticia más relevante que la tuvo como protagonista fue un escandaloso accidente de tránsito. En él, una camioneta que era conducida por el vicegobernador y en la que ella era acompañante, atropelló a una pareja que iba a bordo de una moto. El escándalo se produjo, en realidad, cuando Zottos mintió al afirmar que quien conducía era su chofer, pese a que los testimonios de vecinos aseguran que el trabajador del volante llegó al lugar varios minutos más tarde.
Ni en esa oportunidad ni ahora, cuando las críticas arreciaban, Fiore sacó a relucir la gran capacidad de comunicación que había mostrado primero como concejal y luego como funcionaria. Más bien se escondió de los medios o eligió hablar, escuetamente, solo en medios oficialistas. Quizás la gran diferencia entre su paso por el Concejo Deliberante y su actual transitar por la Cámara de Diputados de la Nación tenga que ver con la fuerza de sus convicciones.
Un reconocido dirigente del PPS que la vio nacer en el PRS, aseguró hace pocos días que Fiore era “profundamente antiperonista”, pero hoy solo le falta cantar la Marcha Peronista.