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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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El final de jornada por el río Ij

Miércoles, 01 de mayo de 2013 23:13

Guillermo Alejandro y Máxima, desde el martes los nuevos reyes de Holanda, concluyeron la intensa jornada de su investidura con un paseo en barco por los canales de Amsterdam al son de la “Canción del rey”, mientras millones de fervorosos holandeses seguían la travesía desde la orilla o en pantallas gigantes. 

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Guillermo Alejandro y Máxima, desde el martes los nuevos reyes de Holanda, concluyeron la intensa jornada de su investidura con un paseo en barco por los canales de Amsterdam al son de la “Canción del rey”, mientras millones de fervorosos holandeses seguían la travesía desde la orilla o en pantallas gigantes. 

La pareja y sus tres hijas llegaron a uno de los muelles del río Ij para realizar ese paseo fluvial, que puso el fin a sus actividades oficiales en el día en que la reina Beatriz abdicó en su primogénito, tras 33 años en el trono.
A bordo de una barcaza con cubierta, los reyes y las princesas recorrieron el río, mientras artistas locales interpretaban en sus orillas distintas representaciones gimnásticas, artísticas, desde danza clásica al “Bolero” de Ravel. Mientras escuchaba los compases de esa música, se pudo ver a Máxima siguiendo el ritmo y exhibiendo la amplia sonrisa que desde hace más de una década ha conquistado a los holandeses.
La música fue responsabilidad de la orquesta dirigida por el maestro André Rieu, quien acompañó a la soprano australiana-holandesa Mirusia Louwerse, quien sorprendió entonando el clásico “No llores por mí, Argentina”, un momento especialmente emotivo para Máxima. De fondo se transmitía un video clip con imágenes de la ahora reina consorte, su infancia, juventud y, especialmente, su boda con quien era el príncipe Guillermo.
Las ceremonias de la tarde, con las que se puso el broche al día en que se produjo el relevo generacional en la dinastía de los Orange, tuvo un tono marcadamente popular y de cercanía al pueblo, después de las celebraciones que la pareja real tuvo con altos dignatarios holandeses e internacionales. Miles y miles de familias también siguieron el paseo fluvial de los reyes desde las orillas del río, así como desde algunos barcos antiguos.
En las calles de Amsterdam miles de holandeses de todas las edades y rincones del país siguieron festejando a la pareja real más joven entre las monarquías europeas.
Los festejos se prolongaron hasta la noche y concluyeron con el llamado “baile del rey”, al que asistieron unas 70 mil personas, que cerró dos días dedicados a los Orange y que han costado al contribuyente holandés unos 11,5 millones de euros.

 

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