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Los tres acusados por el crimen de la niña Judith Palma en Joaquín V. González, se declararon inocentes

Jueves, 23 de mayo de 2013 11:09

Durante casi cinco horas el juez de Instrucción de Metán, Mario Dilascio indagó en la tarde de ayer a los tres detenidos por el asesinato y la violación de la niña Judith Palma, ocurrido el fin de semana pasado en Joaquín V. González.

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Durante casi cinco horas el juez de Instrucción de Metán, Mario Dilascio indagó en la tarde de ayer a los tres detenidos por el asesinato y la violación de la niña Judith Palma, ocurrido el fin de semana pasado en Joaquín V. González.

José Insaurralde (47),Ramón Leiva(67) y Rubén Sixto Soria(83) negaron haber cometido el aberrante hecho que conmocionó a los pobladores de la localidad ubicada en el departamento de Anta.

Soria es un hombre muy mayor y llegó al juzgado casi tambaleando. Leiva, también mayor, evidencia una salud muy frágil.

Los tres están imputados de supuesto homicidio agravado y abuso sexual con acceso carnal y fueron asistidos por el defensor oficial de Metán, Edgardo Martínez.

Lo negaron rotundamente, pero ahora se abre la posibilidad de un careo entre los dos mayores y el más joven, además de la probable citación a numerosos testigos.

En las indagatorias también estuvieron presentes la fiscal Susana Redondo Torino y el secretario del Juzgado,el abogado Juan Manuel Salinas. “Los tres coincidieron en afirmar que desconocen absolutamente lo que ha pasado con la menor. Durante las indagatorias han detallado precisamente las actividades que tuvieron durante el sábado a la mañana hasta el momento de su detención”, dijo Martínez a El Tribuno. “Los tres dijeron que no participaron del hecho”, remarcó.

Contradicciones

Insaurralde, conocido como “el chaqueño”, declaró durante tres horas ante el juez Dilascio y en su larga exposición dijo algo que sorprendió a todos.

Señaló que el sábado por la noche estaba en el fondo de la casa, que vio a Leiva orinando. Luego se tropezó y sintió algo blando que estaba tapado con un pedazo de silo bolsa. Dijo que lo tocó con la punta de uno de sus pies, que se asustó y se metió adentro de la casa.

Lo que no se explica es por qué Insaurralde no dio a conocer eso a las autoridades y prefirió el silencio. La niña ya estaba desaparecida en ese momento y era buscada por sus familiares y vecinos, porque el rastrillaje policial se inició con la luz del sol del día posterior.

La autopsia determinó que Judith murió entre las 20 y las 22 del sábado. Presentaba cortes en el cuello y falleció por asfixia por sofocación secundaria a heridas de arma blanca. Sufrió una inundación sanguínea de las vías aéreas.

Por su parte, Soria y Leiva aseguraron que desde las 18 del sábado y hasta la madrugada del domingo estuvieron en un velorio. Esto que no coincide con la declaración de Insaurralde, que dijo que vio a Leiva orinando y que Soria estaba en la vivienda.

Dudas y expectativas

Las esperadas declaraciones indagatorias de los únicos detenidos por el brutal crimen no aportaron más que dudas acerca de la investigación. Nada cambió desde el fin de semana.

Un dato revelador del descreimiento general del pueblo de J.V. González acerca de la supuesta participación de los detenidos en el crimen de Claudia Judith lo dieron los propios manifestantes la noche del sepelio de la pequeña, cuando un grupo de exaltados solicitaba reducir a cenizas la casa de uno de los acusados, siendo detenido por otros manifestantes quienes dijeron que las pruebas contra ellos eran “solo palabras”.

Uno ciego, otro con by pass

Fuentes tribunalicias aseguraron anoche a El Tribuno que el estado de salud de dos de los tres únicos detenidos genera interrogantes en parte la investigación, aunque aún falta mucho, explicaron.
El más longevo de los acusados del horrendo y espeluznante crimen de la pequeña Claudia Judith, Rubén Sixto Soria tiene 84 años y padece una marcada disminución visual, que prácticamente le impide salir solo a la calle.
La fuente judicial aseguró que le explicó al juez una y otra vez que sus limitaciones no son solo visuales sino también del orden fisiológico por lo que sostuvo su completa inocencia en la violación y muerte de la pequeña Judith.
De la misma manera Ramón Leiva (68) fijó su coartada en la asistencia a un velorio a la hora señalada del crimen (entre las 18 y las 20 del sábado) junto a Soria. Además, aseguró que se encuentra en precario estado de salud, aquejado desde hace muchos años por problemas cardíacos de gravedad que lo llevaron al quirófano hace un tiempo ya, donde los médicos debieron realizarle un bay pass coronario ante la inminencia de un infarto fatal.
De comprobarse la veracidad de las declaraciones de estos dos acusados, quienes sindicaron a los posibles testigos de sus aseveraciones, los que serán citados en las próximas horas, el caso se quedaría con un solo detenido, el gomero José Insaurralde, alias el “Chaqueño”, a quien, según fuentes policiales, le habrían secuestrado en su habitación objetos comprometedores, aunque no probatorios.
 

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