El músico jujeño se presentará hoy, a las 21, en el Teatro Provincial. En esta nota repasa su carrera y reflexiona sobre la música de su provincia. Además, en exclusiva para nuestra web, brinda detalles de su show a horas de su encuentro con el público.
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El músico jujeño se presentará hoy, a las 21, en el Teatro Provincial. En esta nota repasa su carrera y reflexiona sobre la música de su provincia. Además, en exclusiva para nuestra web, brinda detalles de su show a horas de su encuentro con el público.
¿Cómo te tomó la consagración de Cosquín 2013?
Fue como un momento especial ganar un premio así, es como rendir bien un examen del folklore poder sacar un premio de Cosquín. Siempre sos un artista que promete si no te consagra La Plaza, entonces estamos como condicionados a hacer un buen show en Cosquín, a que la prensa esté alerta y atenta a lo que uno hace, y a hacer un poco de ruido en ese festival que es tan importante para lo que es nuestro folklore. Sobre todo por su historia, todos sabemos lo que es Cosquín. Veníamos haciendo ruido estos últimos tres años y me sorprendió que el público esta vez se brindaba al 100% desde las tribunas hasta las plateas, la gente de atrás, de los costados, el público estaba conectado con todo lo que hacíamos nosotros en el escenario. Fue una actuación de dieciséis minutos, armamos un repertorio a las corridas, recortando temas...la mitad de una chacharera, la mitad de otra, la mitad de Kolla en la ciudad, la mitad de El Locallito, la mitad de Cinco siglos- Jacha Malku, la mitad de la saya y al último un ballet que estaba, que era el ballet de La Quiaca, con gente de Córdoba y de Buenos Aires que se habían sumado. Tenía que salir todo sincronizado para no pasarnos del tiempo, porque si no se te da vuelta el plato.
También contaron con un artista plástico salteño...
Sí. Llevamos un pintor de Salta, Andrés Gauna. Y eso también le dio otro color al espectáculo que alguien esté pintando una obra en el tiempo del escenario. La prensa se puso contenta con el premio y la gente también. Creo que es una etapa cumplida poder salir consagración de Cosquín. Desde el "99 que voy a tocar allá. Ese año por primera vez fui a la luna joven de Landriscina y marca todo un camino y también un sacrificio con la música que, después de más de diez años, da sus frutos.
Desde el principio de tu carrera, en todos tus discos hay una impronta muy personal, sin embargo el reconocimiento llegó con “Kolla en la ciudad” ¿por qué creés que sucedió?
Es difícil, creo que también tiene que ver una maduración en el camino del artista. Uno va en constante aprendizaje y va creciendo constantemente. En mi caso, no me conformo con quedarme en lo que estaba. Siempre trato de mejorar en todo sentido, desde lo artístico a lo musical. Si puedo estudiar, estudio, si puedo aprender… todo el tiempo nutrirme de música del mundo, escuchar otras cosas. Siempre estoy atento a que pase eso, sentir que todo el tiempo uno va a prendiendo y creciendo. Con la cuestión del repertorio también me gusta componer y necesito sentir que lo que hago es para aportar. Yo tengo tres discos nada más y también he demorado mucho en sacar el tercero, de Aterrizaje en 2007 a éste en 2012 no había grabado nada. Había hecho el producto Bondi Cultural en 2009 y había quedado todo ahí. Creo que en este disco hay un mensaje de lucha que tiene que ver con los tiempos que nos tocan vivir, con la cuestión de los pueblos originarios, la megaminería a cielo abierto. Sobre todo, el disco reivindica la lucha de los pueblos originarios. Estar estos últimos tres años tocando en todo ámbito de lucha social, ese compromiso me ha abierto una puerta a otro público y a sumar mucha gente.
¿Ves diferencias entre tus tres trabajos?
Los discos son distintos, éste (el más reciente) tiene un sonido muy parecido al vivo en la cuestión de interpretar las cosas y, sobre todo, en el canto. La banda y el canto de Kolla en la ciudad suenan muy parecido a lo que suena el vivo, entonces tiene también esa esencia de ese sentimiento que se da en los shows, a diferencia del estudio donde es más frío el ambiente. Creo que se ha logrado eso y que lleva mucho tiempo. En Kolla en la ciudad se define más mi personalidad. La música que estoy haciendo ya tiene un sonido propio, creo que eso también influye en la gente cuando escucha el disco.
¿Cómo te posicionás dentro del cancionero jujeño, con tu obra que aborda tanto lo festivo como lo reflexivo?
Tuve la suerte de conocer a la mayoría de los representantes de Jujuy y que grandes valores, como el gordo Barrojo, Ricardo Vilca o el Kolla Mercado, me pasen las canciones de mano en mano. Eso tiene otro peso y a la hora de tocar, los temas tienen otra vida. Cuando los interpreto siento un compromiso fuerte de todos los músicos que soñaron con que su música se difunda a nivel nacional. En el caso del Víctor Hugo Barrojo, del Kolla Mercado, Pachi Alderete o de Máximo Gregorio Puma. Fuera de todos los artistas que ya son reconocidos, como Tomás Lipán, Fortunato Ramos o Ricardo Vilca, hay muchos artistas. Es difícil sostener eso. Jujuy tiene muchas influencias de Salta, Bolivia, Chile. Entonces encontrar una forma jujeña para diferenciarte es difícil. O caés en lo festivo que tiene un sonido más boliviano o en algo más carpero como en el Chaco Salteño. Es difícil mediar con eso. Ojalá que mi música sirva para que las nuevas generaciones puedan aprender cosas y continuar el legado de esos grandes referentes, como yo cuando comencé escuchando los discos de Ricardo (Vilca) o del Kolla Mercado. No puedo decir exactamente cómo me veo en ese sentido, eso lo tiene que decir la gente. Ellos tienen que decir si se sienten representados por mi música o no. Esa legitimación tiene que ser de la gente. Es difícil representar a mi provincia, por toda su diversidad cultural. Trato de continuar con ese camino, pero dándole una impronta propia.