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Dos mujeres y un secreto llevado a la tumba

Sabado, 04 de mayo de 2013 21:09

Flotando en la piscina de una mansión de Veracruz, estaba el Conde italiano Césare d'Acquarone, con cinco balazos en el cuerpo. Una cincuentona de pelo corto renegrido, tez blanca, profundos ojos pardos, hermosa y sensual, se ocupó de llamar a la policía. Ella se hizo cargo del muerto. Era un caluroso 2 de enero de 1966. “Fue un accidente”, dijo, “le estaba mostrando el arma a mi yerno y lo herí”, agregó.

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Flotando en la piscina de una mansión de Veracruz, estaba el Conde italiano Césare d'Acquarone, con cinco balazos en el cuerpo. Una cincuentona de pelo corto renegrido, tez blanca, profundos ojos pardos, hermosa y sensual, se ocupó de llamar a la policía. Ella se hizo cargo del muerto. Era un caluroso 2 de enero de 1966. “Fue un accidente”, dijo, “le estaba mostrando el arma a mi yerno y lo herí”, agregó.

Esa hipótesis fue la que sostuvo durante el transcurso del juicio la hermosa pintora mexicana Sofía Bassi.

Espíritu artístico

Sofía Bassi había nacido en 1913 en Veracruz, México, bajo el nombre de Sofía Celorio Mendoza. Tuvo un primer matrimonio calamitoso, luego vino el divorcio y un segundo casamiento, esta vez con Francisco Bassi, un aristócrata mexicano, sospechado de haber asesinado a su primera mujer para quedarse con su dinero.

Sofía era madre de Claire Diericx (hija del primer matrimonio) y de Franco Bassi (del segundo). Era una mujer culta, había estudiado filosofía y tenía gran afición por el arte. Llevaba una vida dedicada al yoga, a la filosofía, a la pintura y a la vida social.

Claire, su hija, era una hermosa y delicada joven con un fuerte espíritu artístico alentado por su madre. Estudió pintura en México con los maestros José Bardasano y Robin Bond. Posteriormente se trasladó a Italia para continuar su perfeccionamiento. Allí aprendió historia del arte en la Academia de Bellas Artes de Venecia, y más adelante en la Academia Real Belga, de Roma. Se codeó con lo más rancio de la aristocracia italiana y terminó casándose con Césare d'Acquarone, un conde italiano unos 20 años mayor que ella y con quien tuvo una hija, Chantal.

El amor de una madre

Lo que sucedió en la mansión de los Bassi, ese verano del 66, es algo que Sofía y Claire se llevaron a la tumba.

Después de “herir accidentalmente” a su yerno, sin testigos, ella misma se ocupó de llamar a la Policía y contó una ingenua historia: el arma se había disparado mientras se la mostraba al conde, quien era un fanático de la caza, al punto de que la luna de miel fue un viaje dedicado a la caza mayor en Africa.

Sin embargo, esta historia era increíble: no había forma que manipulando un arma se le hubieran escapado cinco balas.

La instrucción de la causa estuvo llena de irregularidades, favoreciendo a la hermosa y poderosa mujer y a su entorno, al punto que su hija Claire se negó a hacerse la prueba de parafina hasta dos días después de cometido el crimen.

¿Realmente Sofía mató a su yerno?, ¿o lo mató Claire?

Entre las hipótesis periodísticas de la época, se dijo que Claire asesinó a su marido porque lo había encontrado abusando de su hermano menor, Franco. Una vez ocurrido el hecho, Sofía se habría hecho cargo del crimen para que su hija, que solo tenía 30 años, no fuera a la cárcel.

Camino a la impunidad

Todo estaba encaminado para que el crimen del noble italiano quedara impune. La relación de los Bassi con la Justicia era muy estrecha, pero los D'Acquarone no estaban dispuestos a abandonar la causa.

Se opusieron a que el cadáver fuera cremado y exigieron una nueva investigación. Las cosas no cambiaron demasiado, no se logró descubrir quién había asesinado realmente al conde, pero sí lograron un juicio condenatorio para Sofía, ya que ella sostuvo siempre la autoría del crimen y recibió una pena de 11 años.

La mujer fue alojada en la enfermería de la cárcel, nunca estuvo en los pabellones comunes. Allí se dedicó de lleno a la pintura, vestida siempre de blanco y sonriente. Sus obras eran rematadas para obras de caridad y era visitada por numerosos artistas. Al poco tiempo comenzaron a llegar cartas de diferentes partes del mundo pidiendo por su liberación, cosa que ocurrió cuando llevaba cuatro años de encierro.

Claire, ¿asesina?

¿Qué fue lo que realmente pasó?, ¿quién fue la asesina? Pocos años después, Claire intentó suicidarse tomando gran cantidad de somníferos. Se dice que dejó una nota en la que confesaba su crimen, pero la carta desapareció misteriosamente. Nadie pudo probar la existencia de la misiva. La joven fue rescatada a tiempo, sin embargo, quedó ciega de por vida. Sofía falleció el 11 de septiembre de 1998 a los 85 años. La bella y dulce Claire murió a los 67, en diciembre de 2005. Las mujeres se llevaron el secreto a la tumba.

Conde pedófilo, pero conde al fin
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El conde Césare d’Acquarone tenía 58 años, cinco más que su suegra. Formaba parte de una reconocida familia italiana muy vinculada al poder y activa participante de la lucha contra el fascismo, incluso su padre estuvo relacionado directamente con la ejecución de Benito Mussolini.
Las hipótesis que se tejieron sobre su muerte en esa época fueron muchísimas. Una de las que más peso tuvo fue la que sindicaba al conde como un permanente acosador de Franco, el hermano menor de su esposa Claire, al punto que se dijo que ella lo encontró violándolo y de allí el ataque de ira.
¿Por qué lo habría matado en vez de divorciarse? Fue otra de las preguntas que dio vueltas en las redacciones de los diarios. Muchos lo explicaron basándose en el contrato prenupcial. Si Claire se divorciaba perdía la fortuna del conde y tal vez lo que a ella podía importarle más, se quedaría sin su título de condesa. En cambio, al ser viuda, nada de eso ocurriría.
La madre, Sofía, estaba dispuesta a proteger a su hija y a su nieta, por eso nunca habría dudado en hacerse cargo del crimen, tal vez especulando que los contactos y el dinero la salvarían de la cárcel.
En la investigación se trató de demostrar que era casi imposible que se le hubieran escapado accidentalmente cinco disparos, pero ella se mantuvo en su declaración y por eso y con la presión de la familia del conde fue condenada.
 

 

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