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La narcofrontera desbordó a Urtubey

Sabado, 01 de junio de 2013 01:14

En los últimos 10 años el diario El Tribuno, no solo fue el medio provincial, ya sea, gráfico, radial, televisivo o digital, que más reflejó el serio problema del narcotráfico, sino que además es seguramente el diario que más publicó sobre el tema en todo el país. Hace 10 años que el tema del narcotráfico dejó de ser un tema secundario en la agenda de los medios y pasó a las primeras planas. Muchas de esas noticias llegaban desde Salta y nacieron en la redacción de este diario. Fue el primer medio en decir que Salvador Mazza es la puerta de entrada de la cocaína a la Argentina, que se conmocionó con algunos de los crímenes llevados a cabo por sicarios. Las notas publicadas llegaron a transformarse en pedidos de informes en el Congreso y también fueron replicados por medios de distintos lugares del mundo. El Tribuno estuvo en la escena del triple crimen de Acambuco; en los barrios más peligrosos del extenso límites con Bolivia; con los fiscales más olvidados; con los jueces sobrepasados de expedientes; con los padres que tienen que mandar presos a sus hijos adictos al paco; con los 50 colombianos que todos los días entran a Salta por Pocitos y con el abandono de la frontera por parte de Gendarmería. Le contamos al mundo lo que pasa en esta provincia. Está bueno.

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En los últimos 10 años el diario El Tribuno, no solo fue el medio provincial, ya sea, gráfico, radial, televisivo o digital, que más reflejó el serio problema del narcotráfico, sino que además es seguramente el diario que más publicó sobre el tema en todo el país. Hace 10 años que el tema del narcotráfico dejó de ser un tema secundario en la agenda de los medios y pasó a las primeras planas. Muchas de esas noticias llegaban desde Salta y nacieron en la redacción de este diario. Fue el primer medio en decir que Salvador Mazza es la puerta de entrada de la cocaína a la Argentina, que se conmocionó con algunos de los crímenes llevados a cabo por sicarios. Las notas publicadas llegaron a transformarse en pedidos de informes en el Congreso y también fueron replicados por medios de distintos lugares del mundo. El Tribuno estuvo en la escena del triple crimen de Acambuco; en los barrios más peligrosos del extenso límites con Bolivia; con los fiscales más olvidados; con los jueces sobrepasados de expedientes; con los padres que tienen que mandar presos a sus hijos adictos al paco; con los 50 colombianos que todos los días entran a Salta por Pocitos y con el abandono de la frontera por parte de Gendarmería. Le contamos al mundo lo que pasa en esta provincia. Está bueno.

“Soy víctima de un hostigamiento permanente de Juan Carlos Romero. Él no perdona que en Salta se combata el narcotráfico”, dijo de manera insólita el Gobernador de la Provincia esta semana. Las serias acusaciones del mandatario kirchnerista solo pueden significar dos cosas: que el senador nacional es un narcotraficante o que El Tribuno lo amedrenta por sus supuestos embates contra el narcotráfico. Si quiso decir que Romero es narcotraficante debería haberlo dicho frente a la Justicia. Si el confuso mensaje, en cambio, pretendía decir que El Tribuno lo agobia por sus desconocidos éxitos en la lucha contra el jugoso negocio de las drogas, entonces debería saber que El Tribuno combate al narcotráfico de la única forma que puede: informando. Para poder informar los trabajadores de este medio, algunas veces, arriesgan su propia vida y ponen en peligro a sus familias. Es el riesgo que corre el periodismo comprometido con su tierra. Juan Manuel Urtubey, que sonríe cuando dice “El Tribuno miente”, terminó su mensaje cifrado, con una mentira: “Pero yo no voy a ir nunca contra un medio de comunicación”. No está bueno.

La confusión alcanzó también a las líneas inferiores del Gobierno. Pablo Kosiner le contestó parcialmente a El Tribuno en su columna para un medio oficialista denominada “No me van a asustar”. En su recorrido por las respuestas que eligió contestar, el diputado nacional que apoyó el pacto con Irán y la reforma del Consejo de la Magistratura habló también de narcotráfico y de El Tribuno, aunque no de Romero, del que fue funcionario durante 11 años. Sobre el tráfico de drogas, escribió de puño y letra la siguiente afirmación: “Sabíamos en que nos metíamos y contra quiénes nos metíamos”. Es imposible no preguntarse, por qué si ya sabía quiénes eran los que estaban metidos con el narcotráfico, todavía no los denunció ante la Justicia ¿Con quiénes se metieron? ¿Quiénes son los narcos? También es imposible no destacar que el diputado votó a favor de una ley de blanqueo de capitales. En un contexto donde la Argentina lleva 10 años sin radares en su frontera con uno de los principales productores mundiales de cocaína, blanquear dinero negro no resulta un dato menor. No está bueno.

“Se realizaron 5.472 procedimientos, 7.073 detenidos por infracción a la ley de drogas, 821 cierres de bocas de expendio y 3.576 kg de droga secuestrada en el período 2008/2012, contra 1.925 procedimientos, 2.431 detenidos, 369 cierres de bocas de expendio y 976 kg de droga secuestrada en el período 2003/2007”, dijo Kosiner y aunque no aclaró, esas cifras no incluirían datos de Gendarmería Nacional, encargada de combatir el macro tráfico de drogas. Si los datos son de la Policía local, encargada de combatir el micro tráfico en los barrios salteños, una de las interpretaciones más evidentes que surgen de los números es que en Salta aumentó el micro tráfico de estupefacientes. No está bueno, consigue asustar.

La cruzada por transformar “la mala en buena”, es decir, la “mala” noticia de la realidad del narcotráfico en la “buena” noticia de que nunca jamás se combatió tanto el narcotráfico como lo hizo en el actual Gobierno provincial alcanzó también las oficinas de Carlos Parodi, ministro de Economía, Infraestructura y Servicios Públicos. El funcionario, después de resolver la Economía, planificar la Infraestructura y hacerle llegar a la gente mejores Servicios Públicos habló del narcotráfico, de Romero y de El Tribuno. “Romero habló de 100 gendarmes y eso no es real. La unidad de Orán tiene 360 y Aguaray 400, de los cuales la mitad se encuentra en Salvador Mazza y el resto recorriendo el Chaco salteño”, aseguró, pero no informó cuántos gendarmes fueron trasladados al Gran Buenos Aires para combatir la sensación de inseguridad aplastante. Claro que en esta cruzada comunicacional nadie explicó por qué no hay cámaras de seguridad en el Sector 5, de Salvador Mazza, pegado al barrio África, de Yacuiba, señalado como un lugar de acopio de la cocaína y separado de la Argentina por media cuadra. Ningún funcionario les explicó a los padres que les mataron un hijo y que tienen al asesino prófugo, porque nadie pide documentos en la frontera para entrar o salir del país. No está bueno.

“No es cierto que la Provincia no intervino en el traslado del Escuadrón ya que el Gobernador... intervino en la construcción de un alojamiento en el cual se invirtieron $6 millones”, dijo Parodi. ¿Seis millones para un tinglado con techo de chapa? Ahí, aseguran que pueden vivir 300 gendarmes, aunque no hace falta más que ver las fotos para darse cuenta de que esa acción de gobierno no es una de las más brillantes. Gendarmería, después de un año argumentando razones estratégicas accedió a devolverle 200 gendarmes a Salvador Mazza, a cambio de que la Provincia más pobre del país, según el Indec, le construyera el humilde galpón. Según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino, el Estado erogó para financiamiento de la Gendarmería, Prefectura y Policía Federal, la impresionante suma de $10,7 mil millones, “los cuales se deberían destinar al cuidado de fronteras y los delitos federales”. Según la senadora Sonia Escudero, en la provincia solo se destina el 0,02% del presupuesto para combatir las drogas, un monto cercano a los $2.400.000. No está bueno.

“Antes del 2007 los procedimientos de droga eran uno por día y ahora son seis. Desde 2003 hasta 2007 se secuestraba menos de mil kilos de droga y ahora superamos los 1.500. Cuando llegamos había 3,2 policías y ahora hay 6,2, teníamos 300 móviles y ahora 600”, agregó Parodi, aunque no dijo que antes del 2007 no existían en Orán las 300 bocas de expendio de paco que hoy ataca el fiscal federal de Orán, José Luis Bruno, con 24.000 causas a su cargo. Tampoco mencionó que puede existir una relación entre las cifras que ofreció con el evidente aumento del narcotráfico en la zona. Ese aumento no es acto de la casualidad. Pudo haber aumentado la demanda de cocaína y haberse evolucionado los medios para producir más droga, pero el Estado deja solitarios a jueces y fiscales. El Juzgado Federal de Orán no tiene alcaidía para alojar detenidos, ni centro de rehabilitación de adictos, ni traductores para juzgar a narcos de Europa del Este. Desde hace 10 años no hay radares en la frontera con uno de los principales productores mundiales de cocaína. En la frontera alguien dijo: “Acá no hubo década ganada, hubo una década liberada”. No está bueno.

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