Tras su detención, el domingo pasado, José Luis García (a) Cabudo fue conducido ayer a la mañana al despacho del juez federal Julio Bavio para su indagatoria por los graves delitos que se le imputan. Luego de escuchar los cargos en su contra se negó a declarar y el magistrado dispuso que permaneciera detenido. El hombre, oriundo de Tucumán, está acusado del secuestro extorsivo de un grupo de gendarmes, el 7 de mayo pasado, cuando junto a su gente se resistió de manera violenta a un procedimiento de la Afip en la playa de camiones de la Municipalidad de Orán donde se acopia la mercadería de contrabando. En esa ocasión, tres efectivos fueron tomados como rehenes e introducidos en un baño y para liberarlos Cabudo exigió la devolución de la mercadería que había secuestrado la fuerza. En un video, el imputado reconoce que en un principio fueron veinte los gendarmes secuestrados y eso fue determinante para que el juez ordenara su detención. Esta se concretó el domingo pasado en el sur de Tucumán, luego de un minucioso seguimiento. García o Cabudo venía siendo investigado desde el año pasado cuando se resistió a un procedimiento en el puesto de El Naranjo, en ocasión en que guiaba a una caravana de 60 colectivos cargados con ropa adquirida mediante el contrabando de Bolivia que realizan los bagayeros. De la investigación surgió que Cabudo era el propietario de algunas de las unidades y que a las otras les brindaba apoyo logístico para impedir que les incauten la mercadería en los puestos de control, desde Orán a Tucumán. Por esta suerte de custodia el sujeto cobraba una importante suma de dinero en cada uno de los viajes.
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Tras su detención, el domingo pasado, José Luis García (a) Cabudo fue conducido ayer a la mañana al despacho del juez federal Julio Bavio para su indagatoria por los graves delitos que se le imputan. Luego de escuchar los cargos en su contra se negó a declarar y el magistrado dispuso que permaneciera detenido. El hombre, oriundo de Tucumán, está acusado del secuestro extorsivo de un grupo de gendarmes, el 7 de mayo pasado, cuando junto a su gente se resistió de manera violenta a un procedimiento de la Afip en la playa de camiones de la Municipalidad de Orán donde se acopia la mercadería de contrabando. En esa ocasión, tres efectivos fueron tomados como rehenes e introducidos en un baño y para liberarlos Cabudo exigió la devolución de la mercadería que había secuestrado la fuerza. En un video, el imputado reconoce que en un principio fueron veinte los gendarmes secuestrados y eso fue determinante para que el juez ordenara su detención. Esta se concretó el domingo pasado en el sur de Tucumán, luego de un minucioso seguimiento. García o Cabudo venía siendo investigado desde el año pasado cuando se resistió a un procedimiento en el puesto de El Naranjo, en ocasión en que guiaba a una caravana de 60 colectivos cargados con ropa adquirida mediante el contrabando de Bolivia que realizan los bagayeros. De la investigación surgió que Cabudo era el propietario de algunas de las unidades y que a las otras les brindaba apoyo logístico para impedir que les incauten la mercadería en los puestos de control, desde Orán a Tucumán. Por esta suerte de custodia el sujeto cobraba una importante suma de dinero en cada uno de los viajes.
Los vehículos partían en caravana desde la ciudad norteña y sorteaban los controles sin inconveniente debido a que la Gendarmería no cuenta con la cantidad suficiente de hombres para requisar las unidades repletas con ropa. A los colectivos les sacan los asientos para aumentar el volumen de la mercadería. Cabudo garantizaba a los “clientes” el arribo de los cargamentos a Tucumán y de allí se establecía otra conexión para transportarlo a la feria de La Salada, en Buenos Aires y a otros puntos del país. La Afip estima en más de un millón de dólares por mes el contrabando a través de esta modalidad y por ese motivo comenzó a activar los mecanismos para poner fin a este accionar delictivo. A partir de la captura de Cabudo creen que la actividad va a experimentar una sustancial merma ya que los tours de compra no contarán con el hombre que les aseguraba llegar a destino sin ningún inconveniente.
Un negociado
Los investigadores creen que el contrabando que explotaba Cabudo contaba con el guiño de funcionarios de la Municipalidad de Orán. Para quienes conocen este negociado resulta harto sospechoso que el intendente Marcelo Lara Gros haya concesionado la playa de camiones por una ínfima suma. Los 1.500 pesos que Tomás Cano paga por mes por el alquiler del predio no guarda relación con los $ 200.000 que recibe de los tours de compra. Cano les asegura el estacionamiento de los vehículos y el acopio de la mercadería de contrabando. Se comenta que Cano es un hombre de la riñonada de Lara y de allí su generosidad con él.