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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Renace el país más grande del mundo

Miércoles, 12 de junio de 2013 06:33

Dejo Moscú con nostalgia. Quedó atrás la ciudad más grande de Europa, que vive una recuperación sin disimulos luego de la gran pérdida que le significó el desmembramiento de la Unión Soviética, que duro siete décadas. En 1991 esa ruptura significó perder quince países que representaban cinco millones de kilómetros cuadrados, es decir, una vez y media la superficie de la Argentina. Así y todo, con más de 17.000.000 de km2, Rusia sigue siendo, holgadamente, el país más grande de la tierra.

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Dejo Moscú con nostalgia. Quedó atrás la ciudad más grande de Europa, que vive una recuperación sin disimulos luego de la gran pérdida que le significó el desmembramiento de la Unión Soviética, que duro siete décadas. En 1991 esa ruptura significó perder quince países que representaban cinco millones de kilómetros cuadrados, es decir, una vez y media la superficie de la Argentina. Así y todo, con más de 17.000.000 de km2, Rusia sigue siendo, holgadamente, el país más grande de la tierra.

Moscú, junto al inigualable San Petersburgo, son los lugares más visitados por los turistas y empresarios. Los primeros vienen por la belleza de las dos metrópolis, los segundos porque en base a ambas ciudades gira la economía del país.

La capital tiene la misma cantidad de aeropuertos que Nueva York, y solo superada por Londres, única ciudad que posee cinco estaciones aéreas.

Ciudad costosa

Según el Banco Mundial -y uno lo comprueba fácilmente- Moscú es una de las ciudades más caras del mundo, sobre todo para la alimentación del viajero que no recurre al supermercado.

Sin embargo, los medios de transporte público, que son muchos y no contaminantes, no son costosos. Tomar un moderno tren expreso de cualquier aeropuerto internacional hasta el centro de la ciudad es una excepción por lo barato, rápido y lujoso. Existen tranvías, trolebús y metro. Este último cuesta un dólar y es el que mayor cantidad de pasajeros transporta en el mundo: diez millones al día.

El sueldo promedio de un moscovita llega a mil dólares mensuales. Mientras que el promedio general del país no pasa los seiscientos. Todos visten de una manera digna y moderna que nos podría transportar a la imagen de cualquier ciudad del centro europeo. Al revés de lo que dicen muchos críticos y a pesar de la barrera idiomática, los rusos son pacientes y amables cuando uno los consulta.

Con total seguridad

Hay un estereotipo que asegura que Moscú es una ciudad peligrosa, pero es falso. Uno puede caminar tranquilamente, máxime en estos días de incipiente verano cuando oscurece después de las 23 horas.

Para el viajero es un motivo de comentario inmediato la cantidad de automóviles de lujo que surgieron después de la caótica privatización determinada por el ingeniero nacido en Ekaterimburgo, Boris Yeltsin. Entre ese grupo de oligarcas también se encuentran Román Abramóvich, que entre otras cosas posee el club de fútbol Chelsea en Inglaterra; Anatoly Chubais, dueño del monopolio eléctrico ruso; y Yelena Baturina, la mujer que según la revista Forbes es poseedora de más de 2.000 millones de dólares.

Según el presidente Vladimir Putin, el objetivo es reforzar el control de Rusia para que los antes nombrados, entre otros, terminen las maquinaciones contra el Kremlin.

Nivel de vida

Después de la caída estrepitosa que sufrió por la huida de quince países, entre ellos Ucrania, fuente de científicos y proveedor de todo tipo de granos, Rusia pasó de ser segunda potencia a ocupar lugares por debajo del décimo puesto.

Tal es así que la esperanza de vida de los hombres llegó apenas a los 59 años y las mujeres a 73. El por qué hay que buscarlo entre la mala calidad de los alimentos, sobre todo por el exceso de grasas y, en los varones, por ser bebedores consuetudinarios. Aquí aparecen el vodka y la cerveza, que divierten y ocupan el tiempo libre, pero que producen además altísimas tasas de mortalidad. A todo esto hay que agregar que en Rusia se conduce muy mal, lo que provoca que sea el país con mayor cantidad de accidentes viales en el planeta.

Cada vez son menos

Putin ha establecido premios de hasta mil dólares para aquellas madres que tengan su segundo hijo. La causa es muy sencilla: Rusia tiene cada vez menos habitantes. Lo que es notorio por la falta de niños en los distintos ambientes.

En este extenso país, que representa el 13% de todo el planeta, viven apenas 143 millones de habitantes. Pero de seguir las condiciones actuales, en el 2030 perderán veinte millones.

Por supuesto que visité la Plaza Roja, bellísima como ninguna, donde sobresale nítidamente la catedral de San Basilio, actualmente en refacciones, lo que me impidió visitar el mausoleo de Lenin.

Fui también hasta el teatro Bolshoi, pero, como suele pasar, no había entradas disponibles. Por eso terminé a toda orquesta observando asombrado el espectáculo que durante dos horas y media brindó el Circo de Moscú, el número uno del mundo.

Hacia Siberia

Desde la estación Kazan, una de las nueve que posee Moscú, tomé el tren hacia la primera etapa, Ekaterimburgo, ciudad que merecerá una nota propia. Ya en Siberia el paisaje es uniformemente verde y húmedo.

Según el escritor Máximo Gorki, es “una tierra de cadenas y de hielos”. Esta enorme planicie de 3.500.000 km2 la ampliaron los conquistadores y saqueadores. La escasa población se concentra a lo largo de las vías del ferrocarril, idea brillante que tuvieron los zares para avanzar más allá de Moscú.

Voy en el tren más largo y célebre del orbe, el Transiberiano, el cual llevó 25 años para su construcción, la que tuvo lugar al concluir la época arabista entre 1891 y 1926.

El país de los ríos

Rusia tiene seis de los veinte ríos más largos del mundo. No los caracteriza la majestuosidad del Nilo ni del Amazonas, pero son prolongados y navegables. El primero es el Amur, le siguen el Leña, Yemisei, Irtish y el Obi, que circunda la ciudad de Novosibirsk, capital de Siberia.

Como si lo anterior fuera poco, Rusia posee el lago Baykal, el más profundo del planeta, con 1.637 metros. Un dato aún más sorprendente: posee el 20% del agua dulce del mundo, solo superado por la región amazónica.

Del campo a la ciudad

Hasta hace pocas décadas este histórico país tenía la gran mayoría de su población en zonas rurales. Hoy, las tres cuartas partes de sus habitantes viven en las ciudades. De hecho, hay trece de ellas que tienen más de un millón de ocupantes.

Por el contrario, de los 150.000 pueblos que existían, 13.000 fueron totalmente abandonados y 35.000 apenas tienen decenas de habitantes.

Rusia y el Transiberiano merecen ser recorridos y analizados. Lo escrito es un breve pantallazo. Ampliaré en las próximas semanas...

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