Las naftas no paran de subir. Cada 15 días las empresas producen algún “reacondicionamiento técnico” como ahora llaman cada vez que suben el combustible. El sábado la petrolera estatal YPF ya había subido sus precios hasta 2,26 por ciento el gasoil (el D-500 se fue a 7,239 y la Euro alcanzó los 8,149), mientras que las premium ya superaron los 8,50. A mediados de abril Esso y Shell aumentaron hasta 9,7 y 7,1 por ciento promedio, respectivamente.
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Las naftas no paran de subir. Cada 15 días las empresas producen algún “reacondicionamiento técnico” como ahora llaman cada vez que suben el combustible. El sábado la petrolera estatal YPF ya había subido sus precios hasta 2,26 por ciento el gasoil (el D-500 se fue a 7,239 y la Euro alcanzó los 8,149), mientras que las premium ya superaron los 8,50. A mediados de abril Esso y Shell aumentaron hasta 9,7 y 7,1 por ciento promedio, respectivamente.
Para las naftas rige el esquema de “precios-tope” por un plazo de seis meses, fijado por la resolución 35 de la secretaría de Comercio Interior que lleva adelante Guillermo Moreno.
De acuerdo con dicha resolución ningún expendedor podrá vender los combustibles líquidos por arriba del valor tope que resulte de los máximos aplicados por las compañías al martes 9 de abril.
Sin embargo, como esos precios-tope por región aún no se conocen, quienes tienen que cargar combustible no saben si se les está cobrando el precio correcto.
En base a este criterio algunas de las compañías (por caso YPF) tienen mayor margen que otras para mover sus precios pero los consumidores no cuentan con información acerca de cuáles son dichos precios topes en cada una de las seis regiones del país que fueron definidas por Comercio Interior en un anexo de la citada resolución.