Una enorme antena se erige camuflada de palmera en pleno macrocentro de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán. La estructura, de unos 30 metros de alto, emula una exótica planta tropical. Podría tratarse de un acto de “viveza criolla” de la empresa de telefonía que la instaló o de un ingenioso programa de responsabilidad, tendiente a minimizar los efectos de la contaminación visual que este tipo de estructuras provoca en los centros urbanos. La finalidad aún no se develó, puesto que la compañía en cuestión no emitió ningún comunicado pese a que la situación ya tomó estado público.
Lo cierto es, que la antena en forma de palmera se ha convertido en un verdadero centro de atracción para los vecinos por su envergadura, sus llamativos colores y por la calidad del trabajo realizado tanto en la base que simula el tronco, como en las enormes hojas que cuelgan arrogantes desde la corona disimulando los paneles transmisores. “Esto de ninguna manera es una improvisación, sino que parece el trabajo de un artista”, comentó un vecino.
La antena fue instalada en el predio del cementerio parque de la ciudad norteña, ubicado en avenida Fassio, hace poco menos de una semana.
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Una enorme antena se erige camuflada de palmera en pleno macrocentro de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán. La estructura, de unos 30 metros de alto, emula una exótica planta tropical. Podría tratarse de un acto de “viveza criolla” de la empresa de telefonía que la instaló o de un ingenioso programa de responsabilidad, tendiente a minimizar los efectos de la contaminación visual que este tipo de estructuras provoca en los centros urbanos. La finalidad aún no se develó, puesto que la compañía en cuestión no emitió ningún comunicado pese a que la situación ya tomó estado público.
Lo cierto es, que la antena en forma de palmera se ha convertido en un verdadero centro de atracción para los vecinos por su envergadura, sus llamativos colores y por la calidad del trabajo realizado tanto en la base que simula el tronco, como en las enormes hojas que cuelgan arrogantes desde la corona disimulando los paneles transmisores. “Esto de ninguna manera es una improvisación, sino que parece el trabajo de un artista”, comentó un vecino.
La antena fue instalada en el predio del cementerio parque de la ciudad norteña, ubicado en avenida Fassio, hace poco menos de una semana.
Prohibiciones
Respecto de esta situación el arquitecto Celso Méndez, de la Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad, manifestó que la instalación de antenas en la zona urbana no está permitida por ordenanza. Dijo, además, que la empresa de comunicación que la instaló carece de los permisos correspondientes por lo que ya se solicitó su clausura.
La contaminación electromagnética
Si bien la comunidad científica no fijó una postura determinante sobre las consecuencias de la contaminación electromagnética de las antenas de telefonía celular, el Estado tomó diversas medidas de prevención a fin de evitar riesgos en la salud de la población. Desde algunos sectores manifiestan que estas emanaciones son causantes de numerosas patologías, incluso de cáncer.
No son pocas las denuncias de gente que vive cerca de las antenas repetidoras que aseguran padecer estrés, disminución de la capacidad de trabajo, migrañas, ansiedad, fatiga crónica, trastornos del sueño, hipertensión, irritabilidad, disminución de la memoria, trastornos de la visión, etc. Por estas razones es que su instalación en los centros urbanos es cada vez más resistida por la sociedad.
Los únicos efectos conocidos de las radiaciones electromagnéticas de las antenas de telefonía celular sobre los seres vivos, según diversos estudios científicos, son mayormente térmicos. Para evitar estos efectos deben instalarse según normas estrictas de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC). Es decir, que no pueden colocarse en cualquier lugar por las necesidades del sistema telefónico.