Aparentemente el modus operandi consistía en irrumpir ilegalmente en un domicilio cercano al que tenía que ser allanado para que de esta forma los narcotraficantes se percataran de la presencia policial y huyeran dejando los cargamentos.
“Una vez que se fugaban, los efectivos ingresaban a la vivienda en cuestión y se llevaban el estupefaciente. De esta
forma lo iban acopiando y obviamente no quedaba registro de los falsos procedimientos”, aseguraron las fuentes.
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Aparentemente el modus operandi consistía en irrumpir ilegalmente en un domicilio cercano al que tenía que ser allanado para que de esta forma los narcotraficantes se percataran de la presencia policial y huyeran dejando los cargamentos.
“Una vez que se fugaban, los efectivos ingresaban a la vivienda en cuestión y se llevaban el estupefaciente. De esta
forma lo iban acopiando y obviamente no quedaba registro de los falsos procedimientos”, aseguraron las fuentes.
Había sido baleado en aparente ajuste de cuentas
También se conoció que uno de los policías involucrados, un cabo con revista en la Guardia de Infantería habría fingido el 6 de abril del corriente, haber intentado atrapar a dos motochorros que supuestamente le habían arrebatado una cartera a una mujer, en la intersección de la avenida Tavella y ruta provincial 26.
En ese episodio hubo una persecución y el policía recibió un balazo a la altura del hombro por lo que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Los investigadores explicaron que ese episodio “respondería a un ajuste de cuentas”, ya que el cabo era conocido en el ambiente y había mexicaneado droga a un distribuidor local.
“Lo habían mandado a hacer boleta” reveló la fuente.