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Graves incidentes en otra protesta en Brasil

Miércoles, 26 de junio de 2013 21:24

La Policía de Minas Gerais dispersó ayer con gases lacrimógenos a un grupo de manifestantes que intentó romper el cerco que rodeaba el estadio Mineirao de Belo Horizonte, donde Brasil le ganó a Uruguay en una de las semifinales de la Copa Confederaciones. Como consecuencia de la represión policial hubo un número no determinado de heridos.

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La Policía de Minas Gerais dispersó ayer con gases lacrimógenos a un grupo de manifestantes que intentó romper el cerco que rodeaba el estadio Mineirao de Belo Horizonte, donde Brasil le ganó a Uruguay en una de las semifinales de la Copa Confederaciones. Como consecuencia de la represión policial hubo un número no determinado de heridos.

El grupo, una minoría de entre las cerca de 50.000 personas que participaban en una protesta contra los elevados gastos del Gobierno, derribó vallas metálicas que la Policía había instalado en el acceso al estadio.

Mientras que la mayoría de los manifestantes prosiguió pacíficamente por una importante avenida de Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais, el pequeño grupo se desvió, intentó romper el cerco policial y lanzó piedras y bombas molotov, que incendiaron una concesionaria de autos. La Policía de Minas Gerais montó un cerco en un perímetro de 3 kilómetros alrededor del Mineirao e instaló bloqueos en las calles del acceso al estadio, que sólo podían superar las personas que portasen ingreso para el partido.

Previo a ésto, el movimiento de protestas callejeras que estremece a Brasil desde hace dos semanas había obtenido una victoria en el Congreso, luego de que la Cámara de Diputados rechazó un proyecto que retiraba facultades investigativas a la Fiscalía y que era objeto de una oposición enconada de los manifestantes que temieron ver debilitado el combate contra la corrupción.

También ayer se conoció que la Cámara de Diputados inició un proceso para destituir al legislador Natan Donadon, después de que el Tribunal Supremo ordenó su captura para cumplir una pena de trece años de cárcel por corrupción.

“Cualquier persona que fue condenada tiene que cumplir su pena”, declaró el diputado Carlos Sampaio.

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