¿Es el “paintball” un deporte o sólo una diversión? Esto es algo que podemos comprobar en los tres campos de “paintball” que hay en Salta, todos accesibles al público que busca divertirse en estas vacaciones. Esencialmente en el “paintball” -o “bola de pintura” en español- deben enfrentarse dos equipos en los que sus integrantes tienen “marcadores” de aire comprimido que arrojan bolas de pintura a unos 30 metros de distancia, dejando “marcados” a sus contrincantes. En este juego, se trata de que un equipo cumpla una misión y que el otro trate de impedírselo. Se trata de un juego complejo de estrategias, en el que los jugadores alcanzados por bolas de pintura son eliminados a veces en forma transitoria, a veces en forma definitiva, dependiendo de la modalidad con que se haya comenzado. Contrariamente a lo que se piensa, el paintball es considerado como uno de los deportes al aire libre más seguros.
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¿Es el “paintball” un deporte o sólo una diversión? Esto es algo que podemos comprobar en los tres campos de “paintball” que hay en Salta, todos accesibles al público que busca divertirse en estas vacaciones. Esencialmente en el “paintball” -o “bola de pintura” en español- deben enfrentarse dos equipos en los que sus integrantes tienen “marcadores” de aire comprimido que arrojan bolas de pintura a unos 30 metros de distancia, dejando “marcados” a sus contrincantes. En este juego, se trata de que un equipo cumpla una misión y que el otro trate de impedírselo. Se trata de un juego complejo de estrategias, en el que los jugadores alcanzados por bolas de pintura son eliminados a veces en forma transitoria, a veces en forma definitiva, dependiendo de la modalidad con que se haya comenzado. Contrariamente a lo que se piensa, el paintball es considerado como uno de los deportes al aire libre más seguros.
Cómo se juega
En la ciudad capital podemos encontrar al menos cuatro campos para jugar “paintball”: “Tuareg” en Vaqueros, “Inferno” en el Portezuelo, “Adrenalina” en la zona Sur, y “La Liga”, en el camino a San Agustín.
Según Mauro, coordinador y juez de Inferno, “a cada jugador se le entrega un aire comprimido con 100 municiones, que deben bastarle para llevar adelante la misión que tiene su equipo”, dice. Es obligatorio el uso de máscaras, para evitar cualquier peligro sobre los ojos. “Aparte de eso, el único peligro es que se te ensucie la ropa”, ironiza Mauro. De todas maneras, el jugador también recibe una chaqueta camuflada. “Nosotros pedimos un mínimo de 8 personas por grupo y un máximo de 20”, señala.
En especial, “Inferno” cuenta con un sector especialmente preparado con trincheras y otros dispositivos. También con tres hectáreas de campo virgen. “Es preferible jugar con la luz del día, aunque también hemos acompañado a jugadores que prefieren hacerlo de noche”, explica Mauro. “Los disparos no son fuertes, por lo que no representan un peligro. Más bien, describen una parábola descendente y a eso hay que tenerlo en cuenta al momento de apuntar”, explica el coordinador.