Se encadenaron el miércoles, en uno de los salones del Centro Cívico Municipal. Se trata de cinco personas, cuatro mujeres y un hombre, que reclaman un empleo en la Municipalidad. “Estamos pidiendo un puesto de trabajo. El 24 de abril nos prometieron que nos iban a dar un empleo, al menos a dos de nosotros. Desde ese día que venimos a la municipalidad todas las mañanas y no tenemos respuesta”, dijo Analía Liendro, una de las mujeres que se encadenó. “Esa situación nos cansó y por eso decidimos tomar esta medida. Vamos a seguir acá hasta que nos den una solución concreta”, aseguró la mujer.
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Se encadenaron el miércoles, en uno de los salones del Centro Cívico Municipal. Se trata de cinco personas, cuatro mujeres y un hombre, que reclaman un empleo en la Municipalidad. “Estamos pidiendo un puesto de trabajo. El 24 de abril nos prometieron que nos iban a dar un empleo, al menos a dos de nosotros. Desde ese día que venimos a la municipalidad todas las mañanas y no tenemos respuesta”, dijo Analía Liendro, una de las mujeres que se encadenó. “Esa situación nos cansó y por eso decidimos tomar esta medida. Vamos a seguir acá hasta que nos den una solución concreta”, aseguró la mujer.
Las cinco personas trabajaban en el balneario Carlos Xamena en forma temporaria, pero según ellos, escucharon que la municipalidad iba a tomar gente para su planta permanente, y ellos solicitaron que se los tenga en cuenta. Ayer a la mañana fueron recibidos por Roque Mascarello, jefe de Gabinete Municipal, quien les dijo que intentará darles una solución al pedido de los trabajadores. “Nos dijo que intentará darnos una respuesta lo más pronto posible.
La sorpresa fue que, cuando salimos de la reunión a la que no habíamos entrado todos, nos dimos con que a una de nuestras compañeras el personal de seguridad la tenía rodeada y no la dejaban ingresar a buscar sus cosas en el sector de las sillas en donde se habían dispuesto”, contó Liendro. Pasaron la noche en el salón del Centro Cívico Municipal.
Con frío, incómodos, comiendo lo que cada uno pudo llevar y tomando mates. Pero dicen que no declinarán su decisión. “Nos vamos a quedar acá porque estamos cansados de la mentira y porque necesitamos trabajar. Somos todas personas adultas que tenemos una familia que mantener. Hacemos esto porque sentimos que no nos dejan alternativa”, dijo Liendro.