La incertidumbre y la preocupación reinan en México tras la captura de Miguel Angel Treviño Morales, el máximo jefe del cártel de Los Zetas ocurrida anteayer. Su detención generó una “alerta” ya que el descabezamiento de ese tipo de organización siempre se traduce en hechos de violencia, ya sea por disputas internas o por represalias del mismo cártel, informó el Gobierno, mientras la prensa y la agencia antidrogas estadounidense DEA calificaron la detención como un “gran éxito” del presidente Enrique Peña Nieto.
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La incertidumbre y la preocupación reinan en México tras la captura de Miguel Angel Treviño Morales, el máximo jefe del cártel de Los Zetas ocurrida anteayer. Su detención generó una “alerta” ya que el descabezamiento de ese tipo de organización siempre se traduce en hechos de violencia, ya sea por disputas internas o por represalias del mismo cártel, informó el Gobierno, mientras la prensa y la agencia antidrogas estadounidense DEA calificaron la detención como un “gran éxito” del presidente Enrique Peña Nieto.
El operativo de captura se hizo en un camino de tierra, 27 kilómetros al suroeste de Nuevo Laredo, ciudad fronteriza de EEUU. La camioneta de Treviño fue interceptada con apoyo de un helicóptero. Además de Treviño fueron arrestados un contador de Los Zetas y un escolta.
Treviño tenía siete órdenes de captura y es investigado en al menos 12 causas. Sobre él pesan cargos de delincuencia organizada, homicidio, tortura, lavado de dinero y portación de armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas, precisó Sánchez.
Se especula que Omar Treviño, alias Z-42, hermano del capo apresado, y hasta ahora segundo al mando, pasaría a encabezar el cártel.
Edgardo Buscaglia, experto en crimen organizado, señaló que la experiencia muestra que con la captura de líderes de ese tipo de grupos “se corre el peligro de mayor atomización y más violencia extrema de conflicto armado”.
La crueldad, la marca del “Z-40”
Miguel Angel Treviño Morales inició su carrera delictiva cuando era adolescente como mensajero de la pandilla “Los Tejas”, que controlaba la mayor parte de la actividad criminal en su ciudad natal, Nuevo Laredo.
Pasó de lavar autos y llevar mensajes a transportar drogas por la frontera y con el tiempo se integró al Cartel del Golfo, que absorbió a “Los Tejas” al copar el tráfico de drogas en ese territorio fronterizo.
Treviño Morales se integró a Los Zetas a fines de los años 90. Rápidamente comenzaron a circular anécdotas de la crueldad de “El Cuarenta”.
Una de las técnicas preferidas de Treviño Morales era el “guiso”, en el cual la víctima era colocada en un barril y quemada viva. Está probado también que Treviño fue quien ordenó el secuestro y asesinato de 265 migrantes en el municipio de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, de los cuales 72 aparecieron sin vida en un rancho en agosto de 2010 y 193 fueron hallados en 47 fosas comunes en abril de 2011.