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Colosal operativo de seguridad en Brasil ante la visita del Papa

Martes, 16 de julio de 2013 23:44

Preparativos contrarreloj. Las protestas que sacudieron a Brasil en junio pasado y la decisión del papa Francisco de utilizar un “papamóvil” abierto durante la visita que hará a este país la próxima semana obligaron a las autoridades brasileñas a revisar y reforzar la seguridad para la Jornada Mundial de la Juventud.

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Preparativos contrarreloj. Las protestas que sacudieron a Brasil en junio pasado y la decisión del papa Francisco de utilizar un “papamóvil” abierto durante la visita que hará a este país la próxima semana obligaron a las autoridades brasileñas a revisar y reforzar la seguridad para la Jornada Mundial de la Juventud.

El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, afirmó ayer que la movilización de cerca de 1,5 millones de personas durante al menos los tres días en los que habrá actos multitudinarios exigirá una operación logística y de seguridad similar a la que es montada cada año durante el carnaval.

El plan inicial de seguridad durante la visita que el Papa hará a Río de Janeiro y Aparecida, entre el 22 y el 28 de julio, preveía la movilización de 12.000 militares y policías, número ahora elevado a 14.000, de los cuales 10.200 son miembros de las FFAA.

El enorme contingente obedece a que, además del Papa, será necesario garantizar la seguridad de los millones de fieles que participarán en las diferentes actividades del encuentro.

Algunas de esas actividades serán multitudinarias, como la misa campal que Francisco celebrará el 28 de julio en un enorme descampado en las afueras de la ciudad, al igual que la ceremonia de recepción del Pontífice y el vía crucis por el turístico barrio de Copacabana.

Las preocupaciones por la seguridad aumentaron tras las masivas protestas por mejores servicios públicos que millones de brasileños protagonizaron en centenas de ciudades en junio pasado, algunas de las cuales terminaron en enfrentamientos entre policías y manifestantes.

Hasta ahora, solo ha sido anunciada una manifestación para el 27 de julio en Copababana por la “Marcha de las Vagabundas”, una organización de mujeres, pero las autoridades no descartan que sean convocadas manifestaciones por grupos que defienden temas considerados tabú por la Iglesia, como el aborto, el uso de preservativos y los casamientos de homosexuales.

Pese a los temores de las autoridades brasileñas, el Vaticano asegura no estar preocupado con las posibles manifestaciones.

El contingente para garantizar la seguridad durante la Jornada Mundial de la Juventud fue elevado no solo por las manifestaciones sino también por la decisión de que sea el Ejército el responsable por cuidar del Campus Fidei, el descampado en la empobrecida región de Guaratiba en el que el Papa celebrará su misa campal. Inicialmente la seguridad allí iba a ser realizada por una empresa privada, pero, como los organizadores no consiguieron contratar a una firma confiable, el Gobierno optó por darle la tarea a unos 7.000 soldados.

También fue modificado el plan para garantizar la seguridad personal del Papa debido a que Francisco no utilizará el papamóvil de sus antecesores, con una cabina de vidrio a prueba de balas, sino el jeep abierto que emplea en Roma.

Carta para Cristina

El papa Francisco le envió una carta a la presidenta Cristina Fernández, en la que le pide que “ore por él ya que el trabajo no es nada fácil” y donde le confirma que no ha abandonado la costumbre de tomar mate porque es “más digestivo” que el café y el té. El contenido de la misiva fue difundido ayer por la mandataria en su cuenta de la red social Twitter.

“No tiene la culpa”

El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, consideró ayer que el papa Francisco no debería ser blanco de protestas durante la visita que realizará a esta ciudad la próxima semana, por “no tener la culpa de los pecados de los gobiernos brasileños”.

“El papa Francisco no tiene ninguna relación con los pecados de los gobiernos o de la sociedad brasileña”, afirmó ayer Paes al ser consultado sobre las manifestaciones planeadas por algunos sectores durante la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizará en Río entre el 22 y el 28 de julio, y que contará con la presencia del Santo Padre.

“Si alguien quiere reclamar contra las autoridades (brasileñas) puede hacerlo, pero no creo que el Papa sea el más adecuado para escuchar esas reivindicaciones”, agregó.

Paes aseguró que las manifestaciones son propias de un país democrático y que las autoridades no prohibirán ni reprimirán ninguna protes ta.


 

 

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