Y fue una decisión salomónica. Ante la creciente polémica por la designación del nuevo titular del Ejército, César Milani, la Presidenta de la Nación dispuso congelar hasta fin de año el tratamiento de los pliegos de los nuevos jefes militares.
De esta manera, y cuando la campaña electoral está en plena recta final, un comunicado oficial aseguró que “la presente decisión se toma en virtud de la más que evidente desnaturalización del procedimiento, con clara intención electoralista y en la necesidad de preservar a las Fuerzas Armadas de convertirse en objeto de disputa electoral, algo totalmente ajeno a sus funciones y misiones específicas“.
Cabe destacar que ayer el Senado había iniciado el debate en comisión del nombramiento de Milani, pero el oficialismo decidió postergarlo hasta hoy, tras recibir un escrito del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que pidió que el pliego “sea rechazado”.
Lo cierto que Milani, quien está en el “ojo de la tormenta”, está acusado de participar en la desaparición del conscripto Alberto Ledo y también de los secuestros de Alfredo y Ramón Olivera.
Claro que la decisión de la Casa Rosada buscó descomprimir la polémica generada en torno de la figura de Milani, que seguirá al frente del Ejército, más allá de que su promoción no cuente con el aval del Senado.
Por la tarde, la jefa de Estado mantuvo una reunión en Casa de Gobierno con el ministro de Defensa, Agustín Rossi, poco antes de decidir el retiro del pliego.
En un comunicado, Miguel Angel Pichetto y Marcelo Guinle informaron que la Presidenta mandará nuevamente el documento a fin de año, cuando envíe el resto de los ascensos militares a la Cámara Alta. Milani fue nombrado nuevo jefe del Ejército a principios de este mes, tras un relevamiento de la cúpula de las FFAA dispuesta por Rossi, aunque aún resta que su ascenso sea convalidado por el Senado.
Cuestionamientos a un jefe sin acuerdo
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Y fue una decisión salomónica. Ante la creciente polémica por la designación del nuevo titular del Ejército, César Milani, la Presidenta de la Nación dispuso congelar hasta fin de año el tratamiento de los pliegos de los nuevos jefes militares.
De esta manera, y cuando la campaña electoral está en plena recta final, un comunicado oficial aseguró que “la presente decisión se toma en virtud de la más que evidente desnaturalización del procedimiento, con clara intención electoralista y en la necesidad de preservar a las Fuerzas Armadas de convertirse en objeto de disputa electoral, algo totalmente ajeno a sus funciones y misiones específicas“.
Cabe destacar que ayer el Senado había iniciado el debate en comisión del nombramiento de Milani, pero el oficialismo decidió postergarlo hasta hoy, tras recibir un escrito del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que pidió que el pliego “sea rechazado”.
Lo cierto que Milani, quien está en el “ojo de la tormenta”, está acusado de participar en la desaparición del conscripto Alberto Ledo y también de los secuestros de Alfredo y Ramón Olivera.
Claro que la decisión de la Casa Rosada buscó descomprimir la polémica generada en torno de la figura de Milani, que seguirá al frente del Ejército, más allá de que su promoción no cuente con el aval del Senado.
Por la tarde, la jefa de Estado mantuvo una reunión en Casa de Gobierno con el ministro de Defensa, Agustín Rossi, poco antes de decidir el retiro del pliego.
En un comunicado, Miguel Angel Pichetto y Marcelo Guinle informaron que la Presidenta mandará nuevamente el documento a fin de año, cuando envíe el resto de los ascensos militares a la Cámara Alta. Milani fue nombrado nuevo jefe del Ejército a principios de este mes, tras un relevamiento de la cúpula de las FFAA dispuesta por Rossi, aunque aún resta que su ascenso sea convalidado por el Senado.
Cuestionamientos a un jefe sin acuerdo
Los senadores Norma Morandini, de la Alianza Frente Cívico; el radical Gerardo Morales y el salteño Juan Carlos Romero, del Frente Popular Salteño, expresaron ayer en el programa Desde el llano, su preocupación por el vuelco político que supone la jefatura del Ejército a cargo de César Milani. La objeción central apuntó a la posibilidad de que Milani oriente a las Fuerzas Armadas a las actividades de inteligencia interna y las encolumne, como anunció, en “el proyecto nacional y popular de la presidenta”.
“La decisión responde a una necesidad interna del Gobierno y, en el clima actual de impunidad, suponían que el pliego iba a pasar - dijo Romero - Hoy la ciudadanía tiene la oportunidad de comenzar a cambiar eligiendo legisladores que no vengan al Congreso a levantar la mano”. A su vez, Morandini advirtió que “las armas pueden volver a ser apuntadas hacia adentro”. Morales, por su parte, asoció a Milani con “la represión, los carapintadas y la corrupción” y sostuvo que “un ejército alineado con el Frente para la Victoria es una amenaza para el nuevo go bierno que asuma en 2015”.
